viernes, 31 de julio de 2009

Afecta violencia sexual a niños en condición de pobreza


Ciudad de México, 20 de Julio.- La violencia sexual no distingue edades ni niveles socioeconómicos y la vulnerabilidad de estos abusos aumenta cuando los niños tienen un nivel socioeconómico bajo, señaló la académica de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM, Araceli Suárez.
La especialista indicó que en países como México no hay instituciones que hagan registros o estudios de alcance nacional que permitan calcular la dimensión y características del maltrato infantil, ni siquiera del total de casos que conocen las autoridades.
Debido a que en México a comparación de otros países son pocas las instituciones que realizan estudios para saber los niveles de abuso infantil, la carencia de estadísticas dificulta el estudio y el registro de datos que arrojen los niveles reales de violencia.
Suárez Herrera aseveró que el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) calculó que durante 2004 se atendieron mil 397 casos de abuso sexual en el país, en donde Chiapas es la entidad con mayor reporte de abusos.
Asimismo informó que 50.7 por ciento de las violaciones denunciadas en la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) fueron de menores de 12 a 17 años, de ellos 60 por ciento sufrieron abusos de algún familiar.
También destacó los abusos a niñas de tres y cuatro años, los reportes de vejación a infantes de tres meses en donde en 60 por ciento de los expedientes señalan que los agresores son conocidos o familiares de la víctima, de ellos, 85 por ciento del sexo masculino.
La especialista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) refirió que 55 por ciento de los casos atendidos en clínica en la Facultad de Psicología sufrieron agresiones sexuales en promedio a los seis años, y 86 por ciento de las víctimas fueron niñas.
De los agresores mencionó que 51 por ciento era familiar de la víctima y de ese total 39 por ciento eran hermanos mayores; 26 por ciento tíos; 13 por ciento, padres biológicos; siete por ciento, padrastros; nueve por ciento, primos; y seis por ciento, abuelos.
Sostuvo que fuera de esta esfera familiar, un ocho por ciento registró como agresores a los profesores.
Por otro lado, dijo que en el aspecto psicoemocional el acoso se manifiesta en los menores como inseguridad y baja autoestima, sienten temor a denunciar, experimentan miedo al contacto físico y desconfianza.
Además estos pacientes suelen presentar una actitud sumisa, llanto sin motivo aparente, problemas para relacionarse y dificultad para aceptar elogios, detalló.
La académica de la UNAM recomendó que del tema de la sexualidad se hable con los menores de forma clara para no hacerlos vulnerables a abusos de este tipo, sobre todo porque los agresores buscan a víctimas carentes de atención y afecto.
NOTIMEX

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