miércoles, 16 de junio de 2010

ESPAÑA: Unas 300.000 personas mayores sufren algún tipo de maltrato


En más de la mitad de los casos los agresores son los hijos, y en el 10%, el cónyuge


Un 5% de los ancianos españoles, unos 300.000, sufren algún tipo de maltrato, que en la mayoría de los casos no denuncian porque dependen emocional o económicamente de su agresor, según un informe de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc) presentado ayer, con motivo de que hoy se celebra el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez.
El maltrato más frecuente en los ancianos es por negligencia (49%): el provocado por fallos o por omisión en la provisión de cuidados que requiere el mayor. Le siguen el abuso psíquico (30%) y el sexual y económico (30%), mientras que el físico se da en un 25% de los casos.
Y lo que es peor, en el informe se resalta que el progresivo envejecimiento de la población, que causará más patologías, más dependencia y más necesidades de cuidados, contribuirá a que este problema aumente aún más en los próximos años. También se resalta que en más de la mitad de los casos los maltratadores son los hijos, y en el 10% están implicados los cónyuges.
Según los expertos de la Semfyc, el maltrato en los mayores se observa en todas las clases sociales y en cualquier nivel socioeconómico. Es más, alertan de que este tipo de violencia es un problema menos detectado que el que afecta a las mujeres.
Según el doctor Juan Manuel Espinosa, coordinador del Grupo de Atención al Mayor de la Semfyc, el maltrato al anciano no tiene nada que ver con el machista: «De hecho, el abuso al mayor lo realiza casi siempre una mujer, y sucede fundamentalmente porque hay cansancio por parte del cuidador. Por eso, cuantas más ayudas reciba este, menos posibilidades de que se produzca el maltrato».
Desde el punto de vista psicológico, se especifican tres tipos de maltratadores: los hostiles, porque han sido maltratados previamente por el anciano al que ahora cuidan; los autoritarios, intransigentes con las incapacidades de la persona mayor; y los dependientes económicamente del anciano.
Las posibilidades de que los mayores sufran agresiones aumentan a medida que empeora su deterioro físico y psíquico. Además, otro factor que influye son los antecedentes familiares. «En familias donde padres o madres han sido maltratadores, con más frecuencia van a recibir ellos mismos posteriormente abusos. Y el aislamiento social, es decir, relacionarse solo con el cuidador, también eleva el riesgo de sufrir maltrato», asegura Espinosa.
Por todo ello, la sensibilización del colectivo médico es imprescindible para detectar el problema. Así lo afirma el representante de la Semfyc: «Tenemos que tener en mente el problema para ser capaces de detectarlo. Si no hay lesiones evidentes, los mayores difícilmente van a expresar este problema
FUENTE. LA VOZ DE GALICIA

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