miércoles, 28 de julio de 2010

VIOLENCIA LABORAL EL FLAGELO DEL SIGLO XXI


Según el informe “Una amenaza a los Derechos Humanos. Aportes para su comprensión”, elaborado por la Oficina de Asesoramiento sobre Violencia Laboral (OAVL), dependiente de la la Comisión Tripartita de Igualdad de Trato y Oportunidades entre Varones y Mujeres en el Mundo Laboral (CTIO) del Ministerio de Trabajo, el 59 por ciento de las denuncias sobre violencia laboral fueron realizadas por mujeres: el 10 por ciento de ellas declaró haber sufrido violencia sexual, el 80 por ciento violencia psicológica, y el 9 por ciento restante violencia física. Aún cuando la violencia sexual representa sólo el 8 por ciento de las causas de denuncia, en estos casos la mujer es considerada un objeto a disposición del acosador, mientras que en general el acosador refiere que ha sido ella quien lo ha provocado.
Los y las denunciantes han estado expuestos/as en su gran mayoría a situaciones de violencia psicológica (82 por ciento) y, en menor medida, a situaciones de violencia física y sexual (10 y 8 por ciento respectivamente). Por su parte entre los varones, las situaciones de violencia física asumen mayor peso que entre las mujeres. Se han recibido consultas por este motivo en un 11,2 por ciento los varones y 8,7 por ciento las mujeres. Asimismo, del 82 por ciento de los y las denunciantes que dijo sufrir violencia psicológica, se observa que va a ser entre los varones que la misma asume mayor peso relativo que entre las mujeres, expresándose en un 85,9 por ciento contra el 79,5 por ciento respectivamente.
Los datos que componen la muestra corresponden a 320 casos atendidos por la OAVL. Si bien el organismo reconoce que los resultados del informe no pueden ser generalizados al conjunto de las personas víctimas de situaciones violencia laboral (por no ser una muestra estadísticamente representativa) si pueden ser suficientes para dar cuenta de este flagelo.
Contrariamente a lo que se supone, que las relaciones informales son el caldo de cultivo de un hostigamiento laboral, el estudio demostró que la mayoría de los casos registrados en la OAVL se encuentran bajo una relación laboral “formal” (91 por ciento), es decir, un contrato de trabajo, una liquidación salarial mensual, los beneficios de una obra social, aguinaldo y vacaciones pagas. Para Patricia Saenz, titular de la OAVL, esto puede deberse quizás “a que la existencia de la Oficina se difundió más dentro del ámbito formal, y tuvieron más posibilidades de conocer el problema y de informarse, pero también a que en el sector informal de la economía está más naturalizado el maltrato, la explotación, y no hay una mirada de derechos”.
“La primera manifestación que la víctima percibe como violencia laboral es la pérdida de confianza en su trabajo por parte de sus superiores. Estos últimos, que en un principio consideraban óptima o excelente la tarea realizada por el/la trabajador/a, comienzan a cuestionarlo/a permanentemente, encargándole funciones o tareas inferiores a las que venía realizando. Los compañeros de trabajo comienzan en general siendo solidarios con su problemática pero, en muchos casos y al cabo de un tiempo, se alejan por miedo a ser ellos también víctimas de situaciones de violencia laboral” refiere el informe.
Los motivos desencadenantes de la violencia suelen ser algún tipo de reclamo laboral (61,3 por ciento); una situación de enfermedad (17,3); accidente laboral (10); y/o a partir de embarazos (5,3).
El estudio avanza sobre algunos rasgos del perfil del acosador o acosadora. En la mayoría de los casos la violencia es ejercida por el género masculino (60 por ciento) y en menor medida el género femenino (30), aunque también se presentan situaciones donde el acoso es ejercido de manera simultánea por varones y mujeres (10). Pero también resulta importante decir que las mujeres acosan en mayor medida a otras mujeres, constituyendo un 86 por ciento del total de los casos registrados, y en menor medida a los varones, representando un 13,9. Entre los varones esta relación se invierte y se achican las distancias, representando un 46 por ciento y un 54 respectivamente.
El hostigamiento puede manifestarse de modo descendente o procedente de la jerarquía (88 por ciento), en forma directa o consentida en el personal a cargo o en un tercero externo; horizontal o procedente de los colegas; mixto u horizontal con complicidad de la jerarquía; y ascendente o procedente de los trabajadores hacia un superior. Al indagar por quiénes son acosados/as mujeres y varones, se evidencia que tanto mujeres como varones son acosados mayormente por un superior; situación que adquiere mayor peso entre las mujeres, representando un 92 por ciento y un 84,4, respectivamente. Por su parte entre los varones asume mayor peso relativo que entre las mujeres el hecho de ser acosados por un par o un tercero.
Según la CTIO, éste el punto de partida de un registro estadístico de los casos de violencia laboral en nuestro país, al ser ésta una de las formas de abuso de poder que se ejerce en condiciones de desigualdad.
Fuente : Artemisanoticias - Marta Espíndola

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