domingo, 12 de septiembre de 2010

LA DISCAPACIDAD, un triple estigma social para la mujer.



La violencia de género da una vuelta de tuerca y se torna más cruel aún en un grupo de féminas que sufren hasta tres tipos de discriminación por ser "mujeres, discapacitadas y extranjeras". Y es que, según afirma la presidenta de la Asociación para la Promoción de Mujeres con Discapidad Luna, María Jesús Pérez, se ha detectado que el 31% de este colectivo ha sido víctima de violencia de género y/o doméstica.

No obstante, según Pérez, el número de víctimas podría ser mayor, ya que "muchas no denuncian porque el maltratador es su propio marido, quien además hace las veces de cuidador", con lo que la dependencia es aún mayor.

En concreto, el 14% de mujeres con discapacidad orgánica y física han sufrido violencia de tipo sexual, el 42% psicológica y el 30% física, mientras que el 14% no ha querido especificarlo. Las cifras se desprenden de un estudio elaborado por la Federación Luna a lo largo de dos años (de 2005 a junio de 2007) sobre una población de 10.000 mujeres andaluzas. Está enmarcado en el Programa de Atención Integral de la Mujer con Discapacidad que forma parte, a su vez, del Plan Andaluz de Mujer con Discapacidad 2008-2013.

También dentro del ámbito sexual, el colectivo de mujeres discapacitadas sufre otro tipo de violencia, esta vez discriminatoria, derivada de su "invisibilidad" social. Las familias las ven como "eternas niñas", y se tapan los ojos para no ver la evidencia: "somos sexualmente activas, como cualquier mujer".

Sin embargo, tanto progenitores como médicos "nos prohíben en cierta medida vivir una vida de pareja e incluso tener hijos". Entre las socias se han dado casos en los que se ha tachado de "osadía" que una persona con poliomelitis esté encinta y en otras provincias se ha llegado a impedir que una persona en silla de ruedas continúe con su embarazo.

La presidenta de Luna es rotunda ante quienes quieren mermar su posibilidad de sentirse realizadas: "tenemos derechos sexuales, reproductivos y de adopción, un hijo requiere más cariño que otra cosa". Necesitar ayuda para llevar a cabo según qué tareas no es un inconveniente, "muchas mujeres ni siquiera hacen sus tareas", echan mano de canguros y guarderías, o de asistentas para hacer las labores de limpieza, entonces, "¿por qué nosotras no podemos?"

Las palabras de María Jesús Pérez se ven corroboradas por los datos del estudio citad. El 63%de las mujeres encuestadas confiesan ser activas sexualmente. Entre ellas, el 64% están satisfechas de su calidad de vida sexual.

Por Virginia Hernández
Fuente: elalmeria.es

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