domingo, 5 de diciembre de 2010

CHILE. 100 MUJERES BAJO PROTECCIÓN POR RIESGO DE FEMINICIDIO


Expertos revelan motivaciones de los agresores y describen el impacto en las víctimas


Vivir en una zona minera con un machismo arraigado por generaciones ayuda a entender en algo, según la directora regional del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam), Marisol Salvo, los altos índices de violencia intrafamiliar (VIF).
"En la región hay un 43% de VIF, que es bastante alto", afirma Salvo, quien en las últimas semanas ha dedicado especiales esfuerzos a la campaña institucional "Maricón es el que maltrata a una mujer".
Basta echarle un vistazo a las cifras para darse cuenta de lo preocupante de la situación: los tribunales de familia de la región registran, hasta septiembre, casi 3 mil causas por violencia intrafamiliar.
Y, como si ello no fuera suficiente, hay 100 mujeres que viven bajo protección especial porque están en situación de riesgo, porque sus vidas corren peligro. Están amenazadas
PELIGRO
El Sernam mantiene centros y casas de acogida para atender a las mujeres agredidas por sus parejas.
En Antofagasta existe un recinto que atiende a alrededor de 350 víctimas. La de Calama cobija a 250 mujeres y la de Tocopilla a 150.
El encargado del área jurídica del organismo, Rodrigo Bustos, explicó que estos centros reciben a mujeres derivadas de los juzgados de familia por sufrir violencia leve a moderada.
Realidad distinta son las casas de acogidas. Por mandato de la fiscalía, éstas reciben a mujeres en situación de riesgo vital y ofrecen servicios para ellas y sus hijos de hasta 12 años.
Según el Sernam, la casa de acogida de Antofagasta atiende actualmente a 50 mujeres que corren peligro de femicidio. Misma cantidad de víctimas alberga la casa de acogida de Calama.
Bustos afirma que, en promedio, las mujeres permanecen alrededor de un mes y en muchos casos desertan. En ambos casos se les brinda una asesoría legal y ayuda sicosocial.
CIFRAS
A septiembre de este año existían 2.049 causas por violencia intrafamiliar en la capital regional. En Calama los casos son 700. Más atrás aparece Tocopilla (159), Taltal (79) y María Elena (10). Lamentablemente los femicidios en Antofagasta llegan a tres durante este año.
Las cifras nacionales son igual de impactantes, según detalla el prefecto provincial de la Policía de Investigaciones (PDI), Norman Contreras: en los últimos tres años se registraron en Chile 150 femicidios.
"Por esto la importancia de sensibilizar y educar, con el objetivo de contener este delito, pues las tasas de femicidio en Chile no varían a pesar de las campañas", apuntó.
Marisol Salvo agrega que "cada semana muere una mujer en el país. El 70% de las mujeres no denuncia y el 10% de violencia fue en una relación de pololeo. Por esto, urge educar a la comunidad en el desarrollo de nuevas masculinidades con el fin de mejorar las relaciones entre hombres y mujeres", afirmó.
MITOS
La sicóloga de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Carla Crempien, experta en el tema, derribó algunos mitos respecto a la violencia intrafamiliar.
De partida, aclara que éste no es un problema privado, sino prevalente en la sociedad y que la violencia no concluye con la separación, por el contrario, "con ésta aumenta el riesgo".
Asegura que las mujeres no son masoquistas, pues "las vivencias y la falta de respuesta institucional deja a la mujer en indefensión e inmovilidad". "Ni tampoco ellas provocan al agresor, nadie puede hacer que otra persona merezca violencia".
Crempien también descartó el alcohol como detonante y aclaró que la violencia doméstica no tiene otro propósito que mantener el control.
PERFIL
Al elaborar un perfil del agresor, el sicólogo de la PDI, Gonzalo Torrealba, dijo que estas personas tienen un sentimiento de propiedad o "dueñez" respecto a las mujeres. "La violencia a la mujer es una conducta selectiva y el objetivo del abusador es neutralizarla".
En la mayoría de los casos la violencia comienza con el nacimiento del primer hijo, pues la mujer pone más atención al bebé. El hombre, narciso, se siente desplazado y recurre a la agresividad.
El "trabajo" del agresor no es al azar. A nivel familiar, le dice a su pareja que los padres no la valoraron; en la parte laboral, que no trabaje y se preocupe de sus hijos y de la casa; en cuanto a la dependencia económica, la deja sin dinero o transa las relaciones sexuales; en la parte social, la aísla; y a nivel personal, se preocupa de quebrarle la autoestima.
VIOLENCIA
Las víctimas son mujeres entre 26 y 48 años, casadas o convivientes. La mayoría son dueñas de casa y no superaron la educación media.
Zamarreos, palizas, golpes, amenazas, humillaciones y relaciones sexuales forzadas son algunos de los tipos de violencia.
El efecto de la violencia en ellas, según Carla Crempien, se evidencia en la sumisión, la disminución de su propio valor y en malestares. El sentimiento del amor, a la vez, se tergiversa y ella es capaz de decir "me quedo porque lo quiero" o "todo debe ser permitido en pos de mantener la familia".
Ante el abuso siempre hay un tercero, dice la sicóloga. El tercero en juego, un vecino, familiar o el paramédico -que la atiende-, malamente puede avalar, perpetuar y aceptar. "La responsabilidad del tercero es devolver la dignidad a la agredida".

FUENTE: EL MERCURIO DE ANTOFAGASTA

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