domingo, 17 de julio de 2011

GUATEMALA INTENTA SUPERAR EL MACHISMO Y EL FEMICIDIO


La sociedad guatemalteca se acostumbró a la violencia contra la mujer, ya sea por el maltrato doméstico o por la existencia de comandos que perpetran feminicidios. Las cifras de abusos y asesinatos crecen con los años, pero la concientización social por parte del gobierno y de ONG permite crear una red de contención para las víctimas, que en la mayoría de los casos no denuncian los maltratos. ¿Por qué Guatemala es una sociedad misógina?

Los esfuerzos que los diferentes gobiernos de Guatemala han hecho para parar la violencia sexista siguen siendo insuficientes. Los asesinatos a mujeres pobres, indígenas y desplazadas, que fueron víctimas de la guerra civil, se producen no sólo por cónyuges o como parte de la violencia doméstica, sino también por comandos que sobrevivieron a la época más oscura y actuales agentes de policía, que están inmersos en la lógica misógina que predomina.

Además, las venganzas hacia un individuo suelen cometerse contra sus familiares mujeres. Los hombres que se manifiestan contra la violencia y los funcionarios que investigan los asesinatos ven a sus hijas, madres o esposas amenazadas.

La violencia de género en Guatemala es un hecho cotidiano y en los últimos dos años va en aumento. En los primeros seis meses de 2011 las autoridades contabilizaron 291 muertes violentas de niñas, adolescentes y mujeres adultas. Pero aún no existen elementos de contabilización precisos, ya que el subregistro policial registró 328 casos en el mismo período.

De acuerdo con la Coordinadora Nacional para la Prevención de la Violencia Intrafamiliar y Contra las Mujeres, en 2010 hubo 46.000 denuncias por violencia machista. Pero en los últimos diez años, 5.200 mujeres murieron asesinadas, la mayoría acribilladas a balazos. En tanto, el año pasado, se batió un récord con 680 feminicidios.

Según la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala, el 98% de los casos queda impune.


¿POR QUÉ EL ENSAÑAMIENTO ES CONTRA LAS MUJERES?

Pero esto es sólo una parte del problema, dado que la mayoría de las víctimas de violencia no realiza las denuncias por temor, sobre todo cuando el maltrato proviene de su propia pareja.

Las víctimas suelen ser mujeres de bajos recursos que no cuentan con una protección social adecuada, en general pertenecen a minorías indígenas o son desplazadas internas hacia la Ciudad de Guatemala en busca de mejores condiciones laborales. En varios casos, las autoridades policiales justificaron la matanza de algunas mujeres aduciendo que pertenecían a bandas delictivas, pero esas excusas impiden investigar decenas de asesinatos que no están relacionados con la delincuencia común.


Según la Organización no Gubernamental (ONG) Alianza para la Acción, existen militares desmovilizados y antiguos miembros de los servicios de inteligencia de Guatemala que integran comandos que asesinan a niños de la calle, indigentes, homosexuales, pero su mayor blanco son las mujeres. Varios de estos grupos actúan por dinero, al extorsionar a las familias de las mujeres, pero otros lo hacen porque están convencidos de vivir en una sociedad tradicional, en el que el rol de la mujer no sea preponderante.

Además, varias bandas que asesinan mujeres piden también dinero a cambio de entregar los cuerpos de sus víctimas a los familiares.

No obstante, existe la violencia doméstica, que deja secuelas físicas y psíquicas y que en general no es denunciada, dado que gran parte de la sociedad acepta este modelo de vida familiar.

LEYES CONTRA EL ABUSO A LA MUJER

Aunque Guatemala cuente con la Ley contra el Femicidio y otras legislaciones que contemplan y describen la misoginia, el sistema de justicia presenta deficiencias a la hora de aplicar la ley. El Código Penal considera al abuso doméstico como un problema menor, dado que prevé un sistema de protección deficiente contra las víctimas de la violencia.

Por eso, no sólo las leyes no se aplican con toda su fuerza, sino que además minimizan este grave problema social.


Gran parte de la violencia instalada en Guatemala se desprende de la cruenta guerra civil que destruyó el tejido social entre 1962 y 1996. Durante esa época el Ejército, apoyado por Estados Unidos, aplastó una insurgencia popular, dejando 200.000 personas muertas o desaparecidas, incluyendo habitantes de las comunidades mayas, dirigentes sindicales, estudiantes, periodistas, miembros de la Iglesia y una gran cantidad de mujeres.

AVANCE SOCIAL

Las redes no gubernamentales de contención de las víctimas y las medidas aplicadas por los últimos gobiernos, que intentan combatir este mal, no han sido suficientes, pero apuntan a concientizar a la población de que la violencia y la degradación de la mujer no es una forma armoniosa de vida y que no debería pasarse por alto.

La cotidianeidad de los asesinatos de mujeres produce un malsano acostumbramiento, mientras que el miedo a los que la ejercen provoca la inmovilidad social, desanimando así que se denuncie la violencia.

En los últimos cuatro años, las mujeres, que fueron una minoría en la política, comenzaron a ocupar cargos en la Corte Suprema, en el Congreso y en el Poder Ejecutivo.

Además, las organizaciones de derechos humanos están esforzándose para crear una base de datos unificada de las víctimas y un sistema de protección para las mujeres que son amenazadas por extraños o por sus propios familiares.

En la Ciudad de Guatemala, en donde las cifras de feminicidios son mayores que las de Ciudad Juárez en México, ONG y gobernantes intentan que el problema salga a la luz, para que la sociedad cambie la forma hostil y violenta de incluir a la mujer, un profundo mal que parece formar parte de la vida cotidiana de los guatemaltecos.

FUENTE.EL OBSERVADOR GLOBAL

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