martes, 30 de agosto de 2011

NEUQUÉN: TRES MUJERES POR DÍA PIDEN AYUDA POR VIOLENCIA FAMILIAR


Las víctimas no son sólo las mujeres sino también son sometidos los hijos y ancianos de la familia.


El equipo de profesionales del Consejo Provincial de las Mujeres recibe por día entre dos o tres denuncias de violencia intrafamiliar generada por hombres, quienes someten a su esposa o pareja, como así también a los hijos o ancianos que conviven con ellos.
Son mujeres las que exponen esta situación en la unidad interdisciplinaria del organismo, que atiende de lunes a viernes. En total, se producen entre 40 y 50 denuncias por mes.

Los datos fueron confirmados por la presidenta del Consejo, Graciela Cardone, quien aseguró que “es erróneo el concepto de que en la actualidad hay mayor violencia, porque la violencia familiar o de género existió desde la génesis de la humanidad” y agregó que “lo que cambió es la visibilización del tema, ya que la sociedad hoy habla mucho más de esta problemática que es social y no personal o privada como se creía antes”.
Destacó que “la etapa más crítica es la del noviazgo” y relató que “de todas las mujeres asesinadas por sus parejas, el 25 por ciento son novias, entre 14 y 25 años, que creyeron en una especie de amor romántico manifestado por los celos, en lugar de cuidar su seguridad y autoestima”.
Cardone manifestó que el creciente número de denuncias y consultas evidencian la trascendencia del trabajo desplegado por el organismo y por todas las áreas del Estado que se especializan en el problema. Pero puso el acento en “la influencia que sin dudas ejercen los medios de comunicación masiva en la difusión de los casos violentos, a través de los testimonios de las víctimas y la divulgación de leyes y normas que amparan a las mujeres ante hechos de violencia”; lo cual lleva “a que muchas más mujeres, jóvenes y hasta niños y niñas se animen, tomen coraje y pidan ayuda, porque contar lo que ocurre es el primer paso hacia el cambio de situación”, aseguró.


No distingue clase social

“Otro mito a desterrar –según expresó la funcionaria- es que las mujeres que sufren violencia de su pareja o las familias que atraviesan esta situación, pertenecen a los sectores sociales y económicos más vulnerables de nuestra comunidad, los de menores ingresos o de poca instrucción o educación”. “Esto no es así, la violencia no distingue clase social”, indicó.
Además, se refirió al alcoholismo y la drogadicción como potenciales causas de una situación de violencia, y advirtió que “la violencia es una conducta aprendida por el individuo mucho antes de conformar una pareja o familia, y el alcohol o la droga sólo potencian esta agresividad y falta de control, pero no la generan”.
Cardone consideró imprescindible subrayar que “la violencia es una conducta adquirida, que requiere de un trabajo de cambio orientado por especialistas y no se trata de una enfermedad como aún mucha gente cree”. Añadió que “cuando se acerca una madre y nos cuenta que está sufriendo golpes de su pareja, lo más probable es que el resto de los integrantes de esa familia también esté comprometido y por ello es preciso alertar a estas mujeres, informarla de sus derechos, darle herramientas, describirle los alertas a tener en cuenta y las estrategias para detener o prevenir la violencia”.

Una tarea de acompañamiento

Cardone explicó que la tarea del organismo es “de acompañamiento, de escuchar a esa persona que se animó a solicitar ayuda. El equipo multidisciplinario de profesionales realiza la primera contención, el primer abordaje para identificar bien el problema y luego poder hacer la derivación hacia alguno de los otros organismos públicos que trabajan en coordinación con este consejo”.
“Se trata –argumentó- de una tarea intersectorial con los Juzgados de Familia; el hospital Castro Rendón y todos los centros de salud; el área de Prevención de la Violencia Familiar del Ministerio de Desarrollo Social; la subsecretaría de Justicia y Derechos Humanos; el Centro de Atención a la Víctima y la Jefatura de Policía, entre otros”.
La funcionaria explicó que, si bien el eje de atención del organismo está puesto en la prevención, ello no quita que “desde aquí se colabore en la tarea de contención, porque no debemos olvidar que se trata de personas sumamente vulnerables desde lo emocional y psicológico, que necesitan ser escuchadas”.

FUENTE. LA MAÑANA DE NEUQUÉN

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