sábado, 11 de mayo de 2013

EL ADN QUE CONFIRMA EL HORROR


Los análisis indicaron que Ariel Castro, que mantuvo a tres mujeres secuestradas una década en su casa, es el padre de la pequeña hallada allí. Michelle Knight, la víctima que aún permanecía en un hospital, fue dada de alta ayer. Había sufrido cinco abortos.



Los resultados preliminares de ADN realizados a Ariel Castro, el secuestrador de las tres jóvenes en la ciudad estadounidense de Cleveland, confirman que es el padre de la pequeña hallada con las víctimas el pasado lunes, reveló ayer el fiscal general de Ohio, Mike DeWine. Ayer fue dada de alta la única víctima que permanecía internada.

Según explicó, una muestra de ADN de Castro, que fue acusado formalmente de cuatro cargos de secuestro y tres de violación, fue analizada durante toda la noche por expertos forenses que pudieron “confirmar que Castro es el padre de la niña de seis años nacida en cautiverio de una de las víctimas del secuestro”. Por el momento, el ADN del acusado no coincidió con ningún otro caso pendiente en Ohio, aunque se estén comparando sus datos a nivel nacional también a través del FBI, agregó la Fiscalía.

El caso se destapó la noche del lunes, cuando una de las jóvenes secuestradas, Amanda Berry –la madre de la pequeña– logró escapar y pedir ayuda a los vecinos para que alertaran a la policía. Los agentes hallaron al llegar a la casa de Castro, un ex conductor de autobús escolar de 52 años, a otras dos jóvenes más, Gina DeJesus y Michelle Knight, desaparecidas como Berry desde hacía una década.

Según se fue conociendo a lo largo de la semana, Castro presuntamente mantuvo a las jóvenes encerradas y atadas durante todo este tiempo, y las maltrataba y violaba repetidamente.

El jueves, un fiscal local adelantó que se está estudiando pedir la pena de muerte contra Castro por los hasta cinco abortos que le provocó al menos a una de las secuestradas, Michelle Knight, según trascendió de informes policiales filtrados a la prensa.

Knight, de 32 años y la joven que más tiempo permaneció secuestrada, desde agosto de 2002, salió finalmente ayer del hospital. La mujer era la única que permanecía ingresada aún, ya que Berry, de 27, y DeJesus, de 23, regresaron a sus casas el miércoles. No está claro sin embargo a dónde se dirigió Knight tras recibir el alta médica. El hospital local donde había permanecido hasta ayer se limitó a emitir un comunicado en el que se dice que Knight está “extremadamente agradecida” por las muestras de apoyo recibidas estos días, pero que “les pide a todos que sigan respetando su privacidad en estos momentos”.

Junto con Ariel Castro, a quien la jueza impuso el jueves una fianza de ocho millones de dólares, fueron detenidos dos de sus hermanos, Pedro y Onil Castro, quienes, sin embargo, fueron puestos en libertad el jueves por falta de pruebas en su participación o conocimiento de los hechos.

También algunos de los hijos del acusado aseguraron estos días a los medios su total desconocimiento de la situación, pese a que en los pasados años visitaron repetidamente la casa de su padre. En entrevista de la cadena CNN, una de las hijas de Ariel Castro, Angie Gregg, se mostró horrorizada por los hechos de los que se acusa a su padre. Gregg dijo que esa imagen no cuadra con el hombre “amigable, cariñoso y adorable” que recordaba de su infancia, si bien reconoció que maltrató duramente a su madre, ya fallecida, y que los últimos años mantuvo extrañas costumbres.

Entre otros, afirmó que ahora le “cuadran” actitudes sorprendentes de su padre, como que se negaba siempre a abandonar su casa durante más de unas horas, que “tardaba una eternidad en abrir la puerta” cuando llegaba a su casa o que solía mantener la música muy alta y cerrar el acceso al sótano o a la planta alta de la casa durante sus visitas.

La joven mujer dijo que aunque nunca vio ninguna señal de que en la casa también había una niña pequeña, dos meses atrás Castro le enseñó una foto de una menor en un celular y que, cuando le preguntó quién era, su padre le contestó que era la hija de su novia, pero negó ser su padre.

Según declaró, ahora su padre está para ella “muerto”. “No habrá visitas (a la cárcel), no habrá llamadas de teléfono. Nunca volverá a ser papá, no siento simpatía alguna por ese hombre”, zanjó Gregg.

FUENTE. PÁGINA 12

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