jueves, 30 de abril de 2020

ARGENTINA: 144 CALL CENTER SILENCIOSO. Gobierno Argentino y WhatsApp anuncian línea de chat de emergencia para víctimas de violencia de género

a nueva línea ( +541127716463 ) es producto de la alianza entre el Ministerio de la Mujer, la Secretaría de Innovación Pública de la Jefatura de Gabinete, y directivos de WhatsApp, la red social de mensajería privada que desde 2014 es propiedad de Facebook. Funcionará las 24 horas, los siete días de la semana, en todo el país.




La diferencia con la línea 144 y otras iniciativas de atención telefónica será la posibilidad de comunicarse en silencio. El detalle parece menor, pero es central en el contexto de muchas mujeres víctimas de violencia de género que conviven con sus agresores en espacios reducidos. La posibilidad de pedir ayuda o denunciar, que ya era difícil por múltiples motivos en condiciones normales, se complica con la cuarentena.

La violencia de género, en general, se produce en el ámbito doméstico. Y lo “doméstico”, que antes era una porción del día, con el aislamiento por el covid-19 se extendió a la casi totalidad del tiempo. Adicionalmente, la cuarentena agravó los contextos en muchos hogares y las estadísticas más recientes indican que cada vez más mujeres piden ayuda desde el encierro en Argentina. 

En palabras de Elizabeth Gómez Alcorta, Ministra de la Mujer de la Argentina: “Al iniciarse el aislamiento nos encontramos con la necesidad de generar opciones para que las personas en situación de violencia de género que se encontraban en sus hogares con el agresor tuvieran una alternativa al llamado telefónico. Nos comunicamos con Facebook para pensar en un producto específico que pueda ser más integral al momento de brindar respuestas y asistencia ante estas situaciones”.

Estadísticas de uso

El promedio diario de consultas a la línea 144 por violencia de género, después del decreto de cuarentena, creció un 39%, informaron fuentes oficiales. Y el 25% ingresó por medio de texto. Y la gran mayoría de casos corresponde a la modalidad de violencia doméstica.

“En el marco del incremento de casos de violencia de género, es fundamental trabajar de forma interministerial y en conjunto para acercar soluciones tecnológicas que multipliquen los canales de ayuda en el abordaje de esta problemática”, dijo la secretaria de Innovación Pública de la Jefatura de Gabinete, Micaela Sánchez Malcom.

“En tiempos de crisis vemos nuevas necesidades, que requieren atención y descubrimos maneras de apoyar a varias comunidades”, dijo la vicepresidenta de Facebook para América Latina, Maren Lau. “WhatsApp es privado, confiable y silencioso porque tiene una dinámica de texto y no de voz. Y en una situación de violencia es importante tener ayuda inmediata y de forma segura”.

Facebook trabaja con unas 50 ONG y gobiernos de todo el mundo para brindar información sobre el coronavirus. Una de las más conocidas es el “chatbot” que lanzaron con la Organización Mundial de la Salud (OMS), donde a partir de un mensaje de WhatsApp se pueden elegir opciones para obtener respuestas respecto del Covid-19.

Pero la línea de emergencia contra la violencia de género, que será lanzada en la Argentina y en Chile, por sus características, es inédita en el mundo, informaron desde la empresa. Fue montada en la API (Interfaz de Programación de Aplicaciones) de una de sus plataformas, WhatsApp Business, y permitirá que se realicen múltiples conversaciones, entre personas, al mismo tiempo.

La línea es distinta de otras aplicaciones que brindan respuestas “automatizadas”.

En este caso, solo el saludo será robótico. El resto de la asistencia será ofrecida colaboradores “de carne y hueso” que ya trabajaban en la línea 144. Unos 120 asistentes -de los 136 que se desempeñan en el área en total- fueron capacitadas por WhatsApp en atención vía texto por la ONG estadounidense National Network to End Domestic Violence (NNEDV, Red Nacional para el Fin de la Violencia Doméstica) . Seguirán los protocolos vigentes de atención a víctimas de violencia de género de la Argentina.

La nueva herramienta, desarrollada por la compañía de software Botmaker, se lanzará con una serie de recomendaciones para las mujeres que necesiten usarla, destinadas a protegerlas. Por ejemplo, se les recomendará que guarden el número de WhatsApp con un nombre falso. Y que borren todas las conversaciones que mantengan por ese canal. Una de las características de la forma en que los agresores ejercen la violencia sobre sus víctimas es el control sobre sus vías de comunicación.

Fuente: paradavisual.com



miércoles, 29 de abril de 2020

Coronavirus: el comunicado de Actrices Argentinas en el que repudia la excarcelación de detenidos por abusos y femicidios



El comunicado de Actrices Argentinas en el que repudia la excarcelación de detenidos por abusos y femicidios
El colectivo de Actrices Argentinas se expresó este martes sobre los beneficios de prisión domiciliaria en el contexto de aislamiento social que decidió el juez Víctor Violini, que aceptó durante los últimos días el pedido de más de 2.300 reclusos y firmó su liberación. Entre ellos hay una serie de casos de abuso sexual infantil, en donde los acusados regresaron a sus barrios y volvieron a estar cerca de sus víctimas.

A través de sus redes sociales, el colectivo Actrices Argentinas mostró su rechazo a la decisión de la Justicia de otorgar prisión domiciliaria a acusados o sentenciados por femicidios, abusos, violaciones, violencia familiar o de género, para evitar los contagios de coronavirus en las cárceles.

“Desde Actrices Argentinas repudiamos el accionar del juez Victor Violini y de cualquier juez que otorgue prisión domiciliaria a acusados o sentenciados por femicidios, abusos, violaciones, violencia familiar o de género”, expresaron en el texto.

“En el contexto de emergencia de la pandemia mundial y el aislamiento social, comprendemos y apoyamos que el sistema penitenciario deba ser reformulado sanitariamente para evitar contagios. Frente a esta urgencia se comunicó que excepcionalmente se le otorgaría prisión domiciliaria y monitoreo a presos por delitos menores, que sean pacientes de riesgo sanitario embarazadas y madres de niños pequeños siempre que no hayan cometido delito violentos”, continúa diciendo el comunicado.





Pero el accionar de algunos jueces trasgredió las especificaciones estipuladas. Es de público conocimiento que detenidos y procesados por violación, abuso y violencia de género fueron beneficiados con prisión domiciliaria”, agregaron.

“Estos casos no pueden ser excarcelados. Su prisión domiciliaria habilita una revictimización de quien ya se sometió al tortuoso proceso de denunciarlo; pone en riesgo su vida y de las posibles nuevas víctimas. La justicia debería velar por los derechos de la parte más vulnerable por su condición de víctima, por su condición de niña o niño y por su género”, explicitaron.

El texto finaliza señalando: “Necesitamos jueces responsables y con perspectiva de género que garanticen que ninguna medida de emergencia perpetúe este flagelo. Que una emergencia no tape otra”.



Por estas horas, con su fallo en medio de una pandemia que azota a todo el mundo, Víctor Violini resolvió, mientras dure el aislamiento social en Argentina, el arresto domiciliario de los presos por delitos leves y que son grupo de riesgo. Sobre los internos en situación de riesgo pero alojados por delitos graves, dispuso que cada juez analice si es viable el arresto en su casa.

Sin embargo, dos de los que consiguieron prisión domiciliaria son violadores de un chico de 8 años y de una nena de 6 años. Los dos violadores viven cerca de los abusados. Uno es vecino y el otro está radicado a cincuenta cuadras del domicilio de su víctima. A ambos los liberó Violini.

Recordemos, que la Cámara Federal de Casación Penal les recomendó a los tribunales inferiores que otorguen prisión domiciliaria, con monitoreo electrónico, a los presos condenados por delitos leves o “no violentos”; los que estén en condiciones de tener salidas transitorias; mujeres embarazadas y los mayores de 60 años que integren los grupos de riesgo.

En este sentido, en las últimas semanas, miles de presos -con y sin condena firme- presentaron recursos de morigeración de prisión. El argumento principal de estos pedidos gira en torno al hacinamiento en las cárceles y a la falta de insumos médicos y de higiene para prevenir los contagios.

Fuente: Infobae

lunes, 27 de abril de 2020

Conversatorio con Dora Barranco

ARGENTINA: ESTADO PRESENTE, INCLUSIÓN AL PROGRAMA " POTENCIAR " A VÍCTIMAS DE VIOLENCIA DE GÉNERO

Título original:Gómez Alcorta y Arroyo firmaron un convenio para incluir a personas en situación de violencia en el programa Potenciar trabajo


El pasado viernes, la ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación, Elizabeth Gómez Alcorta, y el ministro de Desarrollo Social de la Nación, Daniel Arroyo, formalizaron la firma del convenio para incluir en el programa “Potenciar Trabajo” a personas en situación de violencia por motivos de género. Además, desde el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad asumieron el compromiso de realizar el seguimiento de los casos para facilitar la seguridad y el acceso a oportunidades a las mujeres y personas LGBTI+ que ingresen a este plan. Al firmar el acuerdo Arroyo y Gómez Alcorta destacaron la importancia de transversalizar la perspectiva de género en las políticas públicas. Participaron también de la actividad Josefina Kelly Neila, secretaria de Políticas Contra las Violencias por Razones de Género y Erica Roffler, Jefa de Gabinete del ministerio de Desarrollo Social.



El ministro Arroyo destacó que este convenio “es clave para brindar ayuda, para destinar recursos a gran parte de las mujeres que sufren situaciones de violencia, para generar acompañamiento y que el Estado diga «presente» en este tema que es central de la Argentina de hoy”.

Luego la ministra detalló que se trata de un convenio “para articular la inclusión de mujeres y personas LGBTI+ en situación de violencia por motivos de género al programa Potenciar Trabajo, como una más de las medidas que está llevando el gobierno nacional en el marco de la emergencia sanitaria”. En ese sentido, Kelly Neila agregó que desde el MMGyD se van a articular las acciones junto a los municipios, provincias o instituciones que trabajan la materia para los ingresos al programa de las personas en situación de violencia por motivos de genero y se van a generar ámbitos de capacitación y formación específicos para estos casos.

Uno de los objetivos de la inclusión de personas en situación de violencia de género al programa “Potenciar Trabajo” está vinculado con brindar oportunidades a las mujeres y personas LGBTI+ para el desarrollo de su autonomía económica y para facilitar herramientas para vivir una vida libre de violencias.

El Programa Potenciar Trabajo busca promover la inclusión social plena y el mejoramiento progresivo de los ingresos de personas en situación de alta vulnerabilidad social y económica, como así también promover y fortalecer iniciativas productivas de desarrollo socio-laboral y socio-comunitario. La implementación se realiza a través de la asignación del salario social complementario correspondiente al 50% del Salario Mínimo, Vital y Móvil, con el fin de satisfacer las necesidades básicas y de fortalecer las iniciativas productivas implementadas por las personas beneficiarias. El plan contiene además un módulo de formación y otro de inserción laboral.

Esta es una acción más entre tantas otras que articulan los ministerios de Mujeres, Géneros y Diversidad y de Desarrollo Social de la Nación. En el marco del trabajo conjunto se garantizó el refuerzo alimentario y se incorporaron a 3229 personas trans y travestis al programa “Hacemos Futuro” y ya se incluyeron a 270 personas en situación de violencia por motivos de género en este programa.



Fuente: Diario Digital Femenino 

viernes, 24 de abril de 2020

VARONES EN AISLAMIENTO OBLIGATORIO: NUEVOS ROLES Y PROPUESTAS PARA FRENAR A TIEMPO LA VIOLENCIA MACHISTA,

La permanencia en el hogar pone en tensión los roles históricamente asignados a los varones: pierden su rol de proveedor, su lugar en el espacio público, y por último la autosuficiencia. El aislamiento aparece entonces como la oportunidad de desarrollar nuevos roles. Pero también, si la masculinidad se quiebra, pueden aumentar los niveles de violencia. Cómo trabajan con potenciales agresores en el Centro de Varones de la provincia de Córdoba. En una semana atendieron por primera vez casi la misma cantidad de varones que reciben en un mes, un reflejo de cuánto aumentó la violencia en los hogares. En Catamarca lanzaron la “línea varones”.





Los varones están ahora en un territorio que históricamente fue ajeno para ellos: el hogar. Hace una semana que familias enteras permanecen en sus viviendas en todo el país por el aislamiento social, preventivo y obligatorio que dispuso el gobierno nacional para prevenir la propagación de COVID-19. El encierro es uno de los factores que puede potenciar las violencias machistas.

ONU Mujeres difundió estos días el documento COVIDー19 en América Latina y el Caribe: cómo incorporar a las mujeres y la igualdad de género en la gestión de la respuesta a la crisis. Entre las 14 recomendaciones que dan a los Estados,proponen: “asegurar la continuidad de servicios esenciales para responder a la violencia contra las mujeres y niñas y “desarrollar nuevas modalidades de brindar servicios en el contexto actual”. ¿Qué mecanismos activó el Estado nacional para brindarles respuestas a niñas, niños, adolescentes, mujeres, lesbianas, travestis, trans que convivan con potenciales agresores?

Y a los varones, ¿qué herramientas les ofrecen para el desarrollo de nuevos roles en el hogar o para frenar a tiempo la violencia machista? Por el momento, en lo que respecta al territorio argentino, una de las primeras iniciativas que da respuesta a esta pregunta está en Córdoba. Dependiente del Polo Integral de la Mujer, el Centro Integral de Varones empezó a trabajar en 2016 para tratar a varones que ejercen o ejercieron violencia en relación al vínculo de pareja. Ellos pueden ir de manera voluntaria, aunque la mayoría llega por orden judicial, como medida cautelar  en el marco de la ley de violencia familiar. Su modelo de gestión se estructura en torno a áreas de asistencia, capacitación y trabajo interdisciplinario. 

En el Centro Integral de Varones en situación de violencia de Córdoba ingresan aproximadamente 240 nuevas consultas por mes, según informaron a LATFEM para esta nota. Desde que inició la cuarentena obligatoria hasta este jueves 26 de marzo recibieron 250. En una semana atendieron por primera vez casi la misma cantidad de varones que reciben en un mes, un reflejo de cuánto aumentó la violencia en los hogares.

Ante el crecimiento de la violencia, desde el Centro de Varones lanzaron una campaña para hablarle específicamente a ellos, a los violentos y agresores: “En este contexto de aislamiento social es importante manejar el enojo y prevenir la violencia. Si necesitas ayuda, comunicate al 351 3070929 (WhatsApp) o al 0351 4342188/89”. Muchos varones escriben para contar que están mal y preguntan qué pueden hacer.



Los datos del Ministerio provincial de la Mujer afirman que la violencia va en aumento: realizan un promedio de 300 intervenciones diarias desde que comenzó el confinamiento domiciliario obligatorio. Del total de llamadas, el 39% son consultas, 35% denuncias y 26% pedidos de asesoramiento y contención. De las denuncias, el 66% corresponden a violencia de género, abuso sexual y violencia familiar; el 23% a violaciones a las medidas de restricción; y el 11% a situaciones de violencia cometidas sobre terceros, sean vecinos, amigos o conocidos. Además, informaron que en la primera semana de confinamiento se realizaron 70 actuaciones policiales y 25 detenciones. Por su parte, la Brigada de Protección a la Mujer interviene en activación de botón antipánico, y en las situaciones de crisis y emergencia, indica las medidas de autocuidado y resguardo (alojamiento, ayuda económica, alimento), y realiza acompañamiento y contención. 

En este período de cuarentena los profesionales realizan las entrevistas a quienes consultan por primera vez, averiguan si hay denuncias previas y mantienen el contacto a través de llamados para evaluar el riesgo. Además, continúan con el seguimiento de los varones que ya habían iniciado un proceso en el centro. Con cada uno de ellos evalúan si hubo situaciones de tensión o malestar, cómo atraviesan el momento y cómo responden ante cada situación. Cada uno tiene una ficha que contempla una valoración de riesgo. Así identifican a las personas con mayor riesgo de cometer actos violentos, en relación con los que registran riesgo leve o moderado. Focalizan primero en quienes representan riesgo alto. El director general del centro, Pablo Rivarola, asegura que con articulación entre la Policía y la Justicia se dirigen a los hogares cuando se presenta una situación de violencia. 

“Cuando hay situaciones de alerta vamos hacia el hogar. El botón antipánico sigue funcionando. Actuamos igual que sin aislamiento porque estas son situaciones de emergencia. Cargamos la información en conjunto con el Polo y el equipo que trabaja con víctimas de violencia. Así se puede ver con qué varón estamos trabajando nosotros, como a la inversa”, dice Rivarola, en diálogo con LATFEM. 

El centro busca que quienes pasen por el programa “puedan revisar sus creencias y prácticas sobre la manera de ejercer su masculinidad, que es dañina para sí mismos, su pareja, sus hijos e hijas y entorno”. Aseguran que en esta situación de aislamiento obligatorio aumentaron los factores de riesgo para el ejercicio de la violencia porque no hay actividad laboral entonces muchos de los varones se ven afectados por el recorte de ingresos y lo económico aparece como uno de los elementos que genera tensiones. “Por eso en la campaña aparece el mensaje del enojo. No es que se produzca enojo hacia alguien sino que reconocemos frustración alta. Aparece mucho en los relatos: no saben qué hacer, los vencimientos, las cuotas, las tarjetas, la comida”, explica Rivarola y aclara que también influye el cese de actividades deportivas, de distracción o de socialización”.



En Catamarca, también propusieron una línea de trabajo con varones en el marco de la emergencia sanitaria por el avance del COVID-19. La Dirección Provincial de Mujer, Género y Diversidad de la Secretaría de Familia y del Ministerio de Desarrollo Social y Deporte de la provincia, a través de su Coordinación de Políticas Integrales, dio a conocer un nuevo dispositivo de atención telefónica: la “LINEA VARONES”.


El aislamiento como factor de riesgo

El enojo y la violencia aparecen entonces como características naturalizadas en los varones, que durante la cuarentena pueden potenciarse porque otros factores afectan la masculinidad: quedan en tensión frente a la permanencia en el hogar y pierden su rol históricamente asignado como proveedores de familia. 

El encierro afecta la subjetividad masculina en no hacer consciente la fragilidad y la vulnerabilidad ante una situación que escapa de nuestro control, que implica habitar lo doméstico de manera permanente y tener que acatar una ley que se pone cada vez más rígida en términos de exigir obediencia, que los varones no acostumbramos a aceptar fácilmente”, dice a LATFEM Luciano Fabbri, integrante del Instituto Masculinidades y Cambio Social.

El psicólogo Ignacio Rodríguez identifica tres factores que tensionan la masculinidad: “El aislamiento altera la dinámica familiar y doméstica y esto trae conflictividad y tensión. Lo que no es una consecuencia necesaria es que esa conflictividad se resuelva violentamente. Sí podemos prever algunos factores que favorecen las tensiones y la violencia pensándolo desde una sociedad patriarcal. En ese sentido, el aislamiento para el varón implica la pérdida de roles o características históricamente asociadas a la masculinidad. La pérdida de su rol de proveedor, la pérdida de su lugar en el espacio público, y por último la pérdida de la autosuficiencia”. 

“Pensarse en este aislamiento puede abordarse no únicamente desde los privilegios perdidos sino desde la oportunidad de desempeñar otros roles. Ser agente del cuidado de sí mismo y de otres, compartir la crianza, asumir la responsabilidad compartida en las tareas domésticas puede ser un desafío y un aprendizaje, pero no por eso menos necesario. Roles y funciones que este mismo sistema patriarcal asignó a las mujeres y que este aislamiento fuerza a redefinirlo. Entre tanta ansiedad, angustia e incertidumbre que la situación de crisis sanitaria genera, está la oportunidad de trabajar en pos de la equidad no solo desde lo conceptual sino haciendo cuerpo de eso y construir relaciones de pareja más justas, cooperativas y de responsabilidades mutuas”, agrega. Rodríguez integra también el Instituto Masculinidades y Cambio Social. Hasta el año pasado fue coordinador grupal del dispositivo de varones del Instituto municipal de la Mujer de Rosario. 

¿Qué experiencias similares hay en el país?

El Instituto Masculinidades y Cambio Social inició un relevamiento como primer paso hacia la construcción de un mapeo de espacios de trabajo sobre masculinidades con varones en Argentina. El objetivo es centralizar y socializar un recursero de contactos y herramientas disponibles a nivel federal, y promover instancias de coordinación, articulación y trabajo en red. 

Según los datos preliminares identificaron las siguientes políticas direccionadas a varones: en Neuquén cuentan con la Dirección de Masculinidades, dentro de la subsecretaría de mujeres y el Hospital Rincón de los Sauces que tiene un consultorio individual y talleres; en Mendoza figura el Programa de intervención para hombres condenados y procesados por violencia hacia las mujeres del servicio penitenciario de la provincia; en La Pampa también hay un dispositivo, que depende de la Dirección de políticas de género y diversidad de la municipalidad de Santa Rosa. Las experiencias restantes son en Buenos Aires: hay dispositivos para varones dependientes del municipio de Almirante Brown; un programa de tratamiento grupal para varones con conductas violentas y la dirección de políticas de género de la subsecretaría de inclusión social en San Martín; y la Dirección Municipal de Políticas de Género, Autonomía y Fortalecimiento para la salida de las violencias, que depende de la nueva Secretaría de mujeres, género y diversidad en Lomas de Zamora.

“Las experiencias están sueltas. No son experiencias de políticas públicas integrales o sistemáticas que estén siendo monitoreadas, evaluadas para saber cuáles son los efectos de estos dispositivos de atención a varones agresores y qué grado de nexo tienen con los dispositivos de acompañamiento para mujeres agredidas desde una línea relacional: cuáles son las fuentes desde las cuales se chequea la evolución de esos varones agresores o si hay alguien que además esté trabajando con sus agredidas”, dice Fabbri.

El relevamiento de las experiencias servirá para evaluar cómo esos dispositivos dialogan con otras políticas vinculadas a la prevención, la promoción y la sensibilización. En ese sentido, Fabbri asegura que “no estaría siendo suficiente para frenar la violencia ni transformador para crear una vida libre de violencias que las políticas públicas solo estén destinadas a la asistencia de víctimas cuando la violencia está consumada”.

Entonces ante la prevención de la violencia surge una pregunta clave: ¿Es posible dejar de ser un varón violento?. “Primero hay que desarmar lo violento como una definición del ser y ubicarlo a nivel del acto. Es decir, si un varón puede dejar de ejercer violencia. No hay receta aplicable a un universal, en que pongamos a todxs los varones como plausibles de que dejen de ejercer violencia. Pero si apuntamos a la violencia desde el hacer y no del ser, se puede empezar a trabajar en otras modalidades de relación que excluyan la violencia. La violencia es aprendida (y aprehendida), por lo tanto, puede desaprenderse. Sin embargo no se trata de enseñar a no ejercer violencia, sino de confrontar al varón con su propia historia y la construcción de su identidad y que pueda ahí descubrir aquellos patrones que hoy lo hacen actuar violentamente. Eso implica una interpelación que por sí mismo tiene efectos subjetivos para erradicar o disminuir los niveles de violencia”, explica Rodríguez.

Además de asumir responsabilidad en las tareas domésticas, queda saldar la deuda con las mujeres que ante el cese de las tenencias compartidas quedaron solas en el cuidado de sus hijes. Mantener el contacto, asegurarse que estén bien y tengan las necesidades básicas cubiertas son trabajos que también le corresponden a los varones. Ahora es cuando.

FUENTE: LATFEM - POR FLORENCIA GORDILLO

PANDEMIA: ¿ POR QUÉ LOS FEMICIDIOS SE MANTIENEN Y EL RESTO DE LOS DELITOS BAJA?

Doce funcionarias, legisladoras, activistas feministas, expertas y representantes de las organizaciones de la sociedad civil responden a la pregunta en búsqueda de una respuesta colectiva.



Cristina, Ada, Priscila, Camila, Jesica, Soledad, Olga, Nancy, María Solange: la lista de nombres propios sigue y no frena. Todavía no hay estadísticas oficiales sobre los femicidios en cuarentena en la Argentina pero la realidad es que se mantienen con el nuevo escenario que plantea la pandemia. Si se toman en cuenta los registros de la sociedad civil para marzo de 2019 hubo 33 asesinatos por razones de género. Para marzo de 2020 fueron 34. El número es casi idéntico. Alarma por la gravedad de la constancia y si se mira en contraste con otros datos: en la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, los robos y hurtos, según el Ministerio de Seguridad en marzo bajaron un 92% con el aislamiento. No sorprende: la Organización Mundial de la Salud ya había declarado hace varios años a la violencia de género “un problema de salud global de proporciones epidémicas”. En el Congreso nacional algunas diputadas y senadoras piden que se apruebe el proyecto de emergencia en violencia de género. En la Ciudad de Buenos Aires también hay una propuesta en esa línea para aplicarla a nivel local. Doce funcionarias, legisladoras, activistas feministas, expertas y representantes de las organizaciones de la sociedad civil responden a la pregunta: ¿Por qué los femicidios se mantienen y el resto de los delitos bajan?




Estela Díaz (Ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la provincia de Buenos Aires)

No hay datos objetivos que nos puedan hacer suponer que los femicidios bajen. Estamos corroborando la terrible y dramática realidad esperable. Incluso me atrevo a conjeturar que podrían acrecentarse este año por el contexto de aislamiento obligatorio en los hogares, que se va a prolongar seguro mucho más allá del 26 de abril. Veníamos de un contexto económico y social muy desfavorable que profundizó desigualdades, entre ellas se recrudeció la violencia de género. El feminismo tuvo una enorme potencia política, capaz de hacerla visible y traducirla en reclamos concretos. Así nacieron con el nuevo gobierno los ministerios de las mujeres, políticas de género y diversidad sexual tanto en Nación como en Provincia de Buenos Aires. Pero nos encontramos recién en el proceso de su creación, aún incipiente, y de un nuevo gobierno que no pudo en tan poco tiempo cambiar la ecuación recesiva y de crisis de deuda heredadas. Lo venimos diciendo hace años: para muchas mujeres el hogar es el lugar más inseguro.  A lo que debemos sumar la carga de las tareas de cuidado, que ahora son de 24 horas y la semana completa. Se han fortalecido los equipos de atención y las articulaciones entre las jurisdicciones y entre los distintos organismos que tienen incumbencia en la violencia de género. ¿Alcanza? Clarísimo que no alcanza. Porque además necesitamos hablar de prevención, atención, asistencia, de llegar antes de que la violencia ocurra  y por supuesto mucho antes que el femicidio, que es irreparable. Y para que esto sea posible necesitamos seguir construyendo un nuevo Estado, presente, activo, solidario, popular y un nuevo contrato social, que enfrente todas las violencias de género y ponga en jaque al sistema patriarcal de relaciones sociales. Porque hay muchas otras violencia que son favorecedoras de la violencia de pareja, aunque no las veamos tan relacionadas directamente, como son las simbólica, mediática, institucional, entre otras.  





Mariela Labozzetta (titular de Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres-UFEM)

Tenemos que ser exhaustivas para hablar durante la pandemia si hay modificación o no. No se si podemos afirmar tan ciertamente que los femicidios se mantienen o bajan. No tenemos la información confiable para determinar qué cantidad de casos tenemos. Los trabajos de conteo de femicidios son a largo plazo porque implican ver el expediente a tiempo vencido. En general todos los informes son anuales y respecto al año anterior. Esa es la gran diferencia de lo que hacen los informes de la sociedad civil, que los hacen con la mejor voluntad pero relevan sobre los medios de comunicación y eso no hay forma de tener certeza. Vi varios casos que no se pueden contar como femicidios de la pandemia. Y hay otros casos en los que se encuentran los cuerpos durante la pandemia pero los femicidios fueron cometidos con anterioridad. Los últimos números que se conocen a nivel global, con todos los problemas que tienen las estadísticas como las dificultades para la compatibilidad, por ejemplo, en general se puede afirmar que la violencia y los homicidios dolosos en el mundo bajan con el tiempo a medida que pasan los años pero los femicidios se sostienen en el tiempo. Es un fenómeno que pasa por otro lado: la violencia machista en el mundo no se está revirtiendo. No estamos pudiendo ser capaces de modificarlo. En América del Sur la mayor parte de los femicidios ocurren en los hogares, entonces durante la pandemia, en la que la mayoría de las personas están encerradas, es probable que esto no cambie, no se modifique al contrario de lo que pasa con el resto de los delitos que suelen cometerse en la vía pública. Robos, delitos contra la propiedad bajan porque también hay controles policiales. Pero no hay controles policiales en los hogares.




Norma Durango (senadora nacional por la provincia de La Pampa y presidenta de la Banca de la Mujer) 

Presenté un proyecto de declaración de emergencia por violencia de género. Todas las mujeres del Senado que integramos la Banca de la Mujer en el Senado de la Nación estamos muy preocupadas por esta situación. Se lo hemos transmitido a la Ministra. Estamos difundiendo las líneas telefónicas de ayuda y esperamos que se puedan tomar algunas medidas que puedan bajar los datos de femicidios que estamos teniendo que son alarmantes y muy dolorosos. Creo que los femicidios han aumentado porque el aislamiento hace que los violentos se pongan más violentos y los que no eran violentos pero pueden serlo están conviviendo con las mujeres y esto aumenta la cantidad de femicidios y mucho más la violencia. Los delitos bajaron porque la gente no anda en la calle. 



Mónica Macha (diputada nacional por la provincia de Buenos Aires y presidenta de la Comisión de Mujeres y Diversidades)

Es difícil una respuesta corta ante esta pregunta. Primero, es necesario incluir a los femicidios en un problema de inseguridad también. Pero creo que cada vez más hay que pensar qué significa para nuestra población una ciudad segura, un país seguro, y que para las mujeres una ciudad segura también permite que nuestras casas y espacios más privados sean también seguros. ¿Por qué bajaron todos los otros delitos? Porque se dan en el espacio público, se dan en un ámbito donde hay circulación, en la calle, en los medios de transporte. Se dan en un ámbito donde hay una ciudad que está activa. Cuando todo esto se repliega hacia las casas y la circulación en el ámbito público se corta, lo único que queda es el ámbito privado. Y para muchas mujeres ese es el lugar más inseguro, la propia casa. En ese contexto todo lo que significan los vínculos sociales, tengan vínculos violentos o no, para todas las personas el estar tanto tiempo dentro de la casa va a potenciar o traer preguntas que quizás en otro contexto no nos las hacemos. Del mismo modo en una relación violenta también se profundiza la violencia.







Myriam Bregman (Legisladora porteña PTS/Frente de Izquierda)

Todas las estadísticas indican que efectivamente han bajado los delitos sobre todo en las grandes ciudades que tienen alto porcentaje de delitos callejeros y, en estas circunstancias, bajan. Ahora la violencia de género poco tiene que ver con el Código Penal y los delitos que habitualmente se llaman contra la seguridad. Hay que pensarlo de otro lado. Y en estas circunstancias estallan todas las deficiencias que veníamos señalando hace tantos años y que veníamos reclamando hace tanto tiempo: que no haya suficientes refugios accesibles, que no haya planes de viviendas para que las mujeres puedan abandonar la vivienda que comparten con quienes las agreden o violentan, que no haya licencias por violencia de género y tengan que seguir trabajando, que no haya subsidios y puedan abandonar esa casa. En este contexto suben todos los índices de violencia de género y todas nos tenemos que preocupar en ver cómo instalamos esto verdaderamente en la agenda pública. Es muy importante que esa sea nuestra principal preocupación en los próximos días, que se asigne presupuesto suficiente y que se tomen las medidas que necesitamos. Uno de los motivos por los que queremos sesiones es para insistir en nuestro proyecto contra la violencia machista. Creo que ya no se admiten más demoras. Es criminal. 




Elizabeth Gómez Alcorta (Ministra de Mujeres, Género y Diversidad de la Nación)

Los femicidios son un fenómeno muy complejo. En todo el mundo cuesta bajarlos porque las condiciones para que se de un femicidio no son iguales a las de cualquier delito. Tiene un condicionamiento central que tiene que ver con la tolerancia a la violencia machista, por un lado, y por otro lado a las desigualdades de género. Son dos cuestiones que no se ven modificadas en lo más mínimo, son cuestiones culturales que hay que trabajar muy fuertemente, a largo plazo, con políticas de Estado. Y el otro tema es que en general el 70% de los femicidios son lo que se llama femicidios íntimos. ¿Qué significa eso? Que la mujer o la población LGBT muere en manos o de su pareja o de una ex pareja y mueren el 50% en su casa y otro 20% en otra casa, es decir que sigue siendo un homicidio el femicidio, dentro de las relaciones interpersonales y dentro de la casa. En este sentido, a diferencia de los otros hechos delictivos para los que el aislamiento sí implica bajar, aca no implica bajar. –Fragmento de entrevista en La Red –



Ileana Arduino (directora del Grupo de Trabajo Feminismos y Justicia Penal del INECIP)

Los delitos como el robo son de interacción social. Responden a factores ocasionales en torno a las posibilidades de comisión propias de la misma dinámica del delito. En los femicidios, esa interacción se mantiene y se agravan factores por el encierro, por el consumo, por la imposibilidad o por más restricciones para la víctima en el pedido de ayuda. Pero justamente por eso, hay que mirar muy detenida y territorialmente el fenómeno, sobre todo para poder ser concluyente en por qué aumentan en sí mismos.


Malena Rico (Directora de lucha contra la violencia de género de la Subsecretaría de Política criminal del Ministerio de Justicia y DDHH de la Provincia de Buenos Aires)

Desde la Subsecretaría lo que estamos observando es que los delitos relacionados con el espacio público, como los robos y hurtos, vienen bajando significativamente. No así delitos que podemos relacionar con la violencia de género, como las amenazas, las lesiones, y los abusos sexuales. Estas denuncias por estos delitos no vienen bajando tanto, si bien bajan, no lo hacen tan significativamente como los delitos comunes. Al mismo tiempo se registra un significativo aumento en las llamadas de la línea 144 que no se traducen en denuncias pero de todas maneras nos ponen en alerta sobre una dinámica que en este contexto de encierro en el que estamos todos se está modificando y nos pone a pensar qué estrategia podemos desarrollar para combatir la violencia de género en estas circunstancias que son muy particulares por varios motivos. En primer lugar, muchas de las víctimas están encerradas con su agresor, en el ámbito doméstico; por otro lado, casi toda la policía está abocada al control de la cuarentena. Además, el sistema judicial está prácticamente cerrado, o trabajando como si estuvieran en feria. Esto complica toda estrategia que una pueda llegar a diseñar. Sobre los femicidios, hay una cuestión estructural, cultural, con la que tenemos que trabajar y que no bajan como los otros delitos porque no entran en la lógica delictiva común y se trata de la expresión máxima del patriarcado como sistema de dominación. Desde el estado tenemos que diseñar políticas que minimicen el riesgo y el daño en lo inmediato, a través de políticas de seguridad, política criminal, legislación, etcétera pero también, y de forma principal trabajar en políticas a largo plazo.





Natalia Gherardi (Directora Ejecutiva del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género)

Los femicidios son delitos de características distintas a otros delitos. Los perpetradores son en un 70% de los casos personas conocidas. Son, en general, eventos anunciados por una cadena de violencias que muchas personas vieron avanzar y que pocas veces las instituciones supieron detener, entonces tal vez por eso los femicidios son el único delito que no ha bajado en este contexto excepcional de la pandemia. Porque las instituciones no están dando respuestas. Las mujeres, las niñas, las jóvenes se sienten solas y aisladas ya que los mensajes que intentamos replicar en las redes sociales claramente no alcanzan, no las alcanzan. Las instituciones están trabajando con menos territorialidad, menos acceso y menos cercanía a las mujeres y a las comunidades de la que debieran. No está siendo una prioridad del Estado. No hay voces fuera de las personas con directa incidencia en el trabajo de prevención y atención de las violencias, no hay otras voces de la política que estén marcando esto como un tema prioritario en el contexto de pandemia.







Svenja Blanke (Representante Fundación Friedrich Ebert – Argentina)

En Argentina, y en casi todo el mundo, se ve un aumento en la violencia doméstica y específicamente contra las mujeres por las cuarentenas en las que viven nuestras sociedades, por la cuestión de salud y cuidado. Mientras se cuida de la pandemia se pierde casi la batalla contra la violencia doméstica. De hecho mientras otros delitos que ocurren en la vía pública bajan. El aumento en la violencia doméstica es una emergencia dentro de la emergencia que hay que atender. Porque no hablamos solamente de asesinatos, sino de amenaza, golpes, lesiones, un maltrato, insultos, retención de dinero, falta de pago de cuotas alimentarias. Son muchas cuestiones que hay que atender. La cuarentena muestra de cierta forma las desigualdades de género que todavía siguen en las casas. Deja en evidencia el reparto no equitativo de las tareas domésticas o el cuidado de los niños y niñas. Y como la mayoría de la smujeres trabajan en sus casas, la violencia doméstica podría llamarse hoy día violencia laboral, porque ocurre durante el trabajo. Es decir que estas cuestiones muestran todavía cuánto trabajo político queda por delante para construir una sociedad y un Estado más igualitario. Desde la Fundación F. Ebert queremos apoyar a aquellos sectores que aspiran a estos cambios necesarios en la estructura, en el cuidado y en las leyes que necesitan estas sociedades más justas.






Dina Sánchez (Frente Popular Darío Santillán, Unión de Trabajadores de la Economía Popular, UTEP)

El feminicidio se mantiene y hasta podríamos decir que se profundiza porque se agrava la situación en un contexto de encierro cumpliendo el aislamiento preventivo y obligatorio, que es una medida importante en términos de salud, pero que en el ámbito del hogar y en una situación en un contexto ya previo de violencia profundiza la situación y el peligro para las mujeres que viven bajo el mismo techo que un violento. Por eso desde la Unión de trabajadores y trabajadoras de la economía popular (UTEP) estamos reclamando que se declare la emergencia en violencia de género porque entendemos que, si bien se están tomando medidas,  no alcanzan. Es un momento donde es necesario pero además es urgente dar respuesta ante la situación de violencia y eso se tiene que hacer con presupuesto, con políticas públicas y garantizando que ninguna mujer esté sola. Y nosotras decimos que nos tenemos y en cada uno de los barrios dónde estamos organizadas estamos tejiendo esas redes de contención, de acompañamiento, pero es necesario que sea el estado quien desarrolle esa política, con recursos, con asistencia, con políticas públicas que den respuesta.







Carina Leguizamón (Red de Mujeres de Moreno y de la Casa Joven de Lomas de Casasco)

Los femicidios no van a bajar por una cuestión de perspectiva de clase. Las mujeres pobres siempre estamos invisibilizadas y representadas por un feminismo que no profundiza el problema social que vienen atravesando los barrios. Nos tocó de cerca Camila Tarocco, una piba de Moreno Sur. Todos sus derechos fueron vulnerados desde que nació. Cami estaba atravesada por un problema de adicción que es un tema que azota a todas las barriadas: el consumo y la comercialización. El hambre, la desocupación, la falta de educación gratuita, la desigualdad social: todas esas faltas limitan los derechos fundamentales para la vida de un ser humano. Los machos que matan a las pibas en los barrios están atravesados por el machismo y por la violencia machista se acrecienta con la violencia económica que ejerce el Estado en todas sus formas. Los femicidios son femicidios de Estado. Las pibas que mueren siempre son pibas pobres. Nos encontramos con falta de políticas y con falta de inversión genuina para que las instituciones públicas puedan trabajar este tema. En el municipio de Moreno no tenemos presupuesto real para que estas situaciones no sigan acrecentando. No hay personal preparado. Es muy profundo porque no hay presupuesto y las políticas que hay no van a frenar los femicidios. Nos van a seguir matando. Cuando los chongos  pierden el control de nosotras, se ponen violentos. Cuando pierden la patria potestad de sus críos, se ponen violentos. Cuando pierden el trabajo, se ponen violentos. Entonces esto se va a ir acrecentando. Necesitamos una justicia antipatriarcal, anticlerical, con perspectiva de clase. Una burguesa que se recibió el abogada no me va a poder entender a mí porque no lo vivió. La falta de perspectiva de clase hace que las pibas no accedan a la justicia. 


fuente: LATFEM - 

lunes, 20 de abril de 2020

CÓMO VIVEN LA PANDEMIA LAS COMUNIDADES INDÍGENAS

Sin internet y, en muchos casos, sin DNI se les hace imposible acceder a los beneficios del Estado.  El aislamiento impide la venta o el trueque de lo que producen. Plantean la necesidad urgente de asumir el mandato ancestral de “la construcción de otra normalidad”.






El acceso al Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y la imposibilidad de desplazarse, y por lo tanto de trabajar, está en el centro de las preocupaciones que tienen las comunidades indígenas del noroeste argentino (NOA) que cumplen con el aislamiento social, preventivo y obligatorio, en el contexto de la pandemia de coronavirus.

En algunas regiones del NOA, los problemas se agudizan: es el caso de los guaraníes, que viven en el ramal jujeño –en la zona este de la provincia– donde "ocupan zonas urbanas o periurbanas en situaciones de marginalidad terribles", indicó a Télam Raquel Analía Tolaba del Consejo Nacional de la Mujer Indígena (Conami).

"El pueblo guaraní tiene una realidad diferente a la de los kollas de la quebrada y la puna, que tienen ganadería y agricultura. La mayoría trabaja en los tabacales por temporada y la cuarentena los perjudica porque, si no trabajan, no comen. A eso hay que sumar que muchísimos no tienen DNI porque nacieron en fincas o lotes y no están inscriptos así que no acceden al IFE", agregó para graficar la "gravedad" de esa situación.

En el caso de los quilmes y amaichas, es decir diaguitas cuyas comunidades se extienden por los valles calchaquíes y tienen presencia en las provincias de Salta, Tucumán, Catamarca y hasta Santiago del Estero, resolver el acceso al IFE está al tope de las actividades que, aún en cuarentena, sus líderes motorizan.

Así lo remarcó el integrante del Consejo de Delegados de los Quilmes, Delfin Gerónimo: "Las comunidades en conjunto con nuestro equipo regional del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) estamos abocados a colaborar para que el IFE le llegue a la mayor cantidad posible de personas aunque el acceso a Internet y los requisitos sean una limitante para nuestros hermanos".

Gerónimo también hizo hincapié en la cuestión económica: "No es fácil para quienes viven de su producción para sustentarse porque la prohibición de circulación impide la venta o trueque de los productos que justo para estas fechas están maduros", y se refirió a los "ficticios limites interprovinciales" como "un problema".

"Hay pueblos cuya vida transcurre sin tener en cuenta esos límites, por trámites, compras, gestiones en el banco o salud. Las provincias cierran sus fronteras sin previsiones para salvedades del caso", añadió el técnico territorial del INAI al referir la intensa relación que existe entre las comunidades de Amaicha y Quilmes, ubicadas en Tucumán y Santa María, que está en Catamarca.

En otro plano, para los pueblos indígenas está la cuestión del "sumak kawsay" o "buen vivir" que es una filosofía de existencia que plantea el equilibrio con la naturaleza como forma de vida y que, ante la pandemia, se reinstala como debate necesario.

"Esta crisis mundial debe, de manera excluyente, llevarnos a pensar otros mundos posibles que restablezcan el equilibrio que enuncia el sumak kawsay. Una cuestión que desde los pueblos indígenas venimos planteando desde que emergimos en la escena global", dijo a Télam Mario Quinteros, miembro de la comunidad indígena de amaicha, docente y "comunero activo" según él mismo se define.

Y agregó: "Debiéramos preguntamos ¿qué hacer ante la pandemia y luego de esta? Es necesario más que nunca el fortalecimiento de nuestras economías en los territorios y de la autonomía tan necesaria en esta crisis sistémica, que en la práctica cotidiana de la agricultura, la ganadería, la elaboración de textiles y gastronomía hogareña es un modo de resistencia en territorios indígenas de la alta montaña tucumana y en los valles".

Para finalizar, subrayó la necesidad "imperiosa de que dirigentes originarios y dirigentas originarias asuman como mandato ancestral la construcción de otra normalidad, plural y diversa que convoque a las sociedades del mundo a recuperar el equilibrio perdido detrás de la homogeneización, el derroche y expropiación de energía que provoca el extractivismo".


Fuente: Tiempo Argentino

RÍO GALLEGOS: SOBREVIVIÓ A UN FEMICIDIO Y NADIE SE DIO CUENTA

En 2015, la prendió fuego. En 2017, la violó a punta de cuchillo. Lo denunció por violencia física, por no cumplir las perimetrales y por la cuota alimentaria. Nunca se movió un papel. Ahora que lo contó en Facebook, tiene miedo que la mate. ¿Por qué no está preso Daniel Mansilla?







“A un tipo casi le arrancó la cabeza” me dice Pato, el fotógrafo, mientras vamos a la casa de María.

“Pasé con el móvil y vi que le estaba pegando a una mina. Me bajé, le dije que la suelte y se me hizo el pesado. Le di tantas piñas…está lleno de cagones”. Su anécdota dura casi todo el viaje. Llegamos. Afuera de la casa, rodeada de calles breves con nombres de pioneros- todos varones-, hay un perro grande en la vereda. La veo que viene a abrirnos la puerta y pienso en hacerle algún comentario sobre el animal, algo tonto como que parecía malo y no ladraba. De pronto, del otro lado del portón, uno chiquitito color té con leche del tamaño de dos manos haciendo montoncito, chilla como una fiera.

Entramos. La casa no tiene más muebles que los indispensables. Sobre la mesa, un fuentón de tortas fritas recién hechas y detrás, la pared que divide la cocina está pintada con un paisaje silvestre con cascada y dos patos dándose un pico. Hay dos mujeres además de María. Una es su mamá y la otra una hermana. Me siento y las sillas no alcanzan. María trae una banqueta de plástico negra para ella y empieza a toser. Tose y se larga a llorar tapándose la cara con la mano.

Está bien que llores le digo, y no sé si hacerle un mimo en la rodilla. Mejor no, pienso.

Me la imaginé más grande, pero tiene apenas 22. El pelo rojo furia, los ojos delineados y un arito de argolla en la nariz.

 María lo denunció más de cuatro veces. Daniel nunca fue preso. 

Conoció a Daniel a los 17. Es su vecino, vive a tres casas de la suya. La proximidad es tan real que podrían visitarse saltando paredones. Juntos tienen tres hijos: la mayor de cinco, el del medio de cuatro y el más chiquito, de dos años. Tres meses después de que nació su primera hija, María estaba embarazada del segundo. Recién ahí se fueron a vivir juntos a una casa del barrio El Carmen, donde empezaron los golpes.

 ¿Te acordás de la primera vez que te pegó? 

_Siempre fue por celos. Y eso que yo estaba todo el día encerrada. Empezó con agarradas de pelos, cachetazos. Su costumbre todos los días era pegar cabezazos_, dice, y me señala bultos en la nariz.

_Me lavaba con un poco de agua y listo. Y si era muy grave, no dejaba que me vea nadie hasta que se me pasaba lo violeta, cuenta y vuelve a toser, mientras no puedo evitar mirar a su mamá, que tiene los codos apoyados en la mesa y administra el mate. Es una mujer áspera, de brazos robustos, curtida.

El 14 de diciembre de 2015, Daniel Ruiz inventó otra escena de celos. Esta vez por un posteo de su hermana, donde aparecía un ex. Nunca hay un motivo real. No hay nada que las mujeres podamos hacer para recibir un golpe. Las excusas son siempre un alimento de la imaginación de los violentos para manipular a sus víctimas.



 La ex pareja de María, Daniel Lucas Mansilla. tiene 21 años y es el padre de sus tres hijos.
La ex pareja de María, Daniel Lucas Mansilla. tiene 21 años y es el padre de sus tres hijos.
A Romina Barría, Jorge Huenumil, - primo de Daniel- la mató después de escribirle cartas de amor.

Ese día, Daniel le pegó mientras dormían los nenes. Le dio tan fuerte, que se tuvo que ir a esconder al baño para que no la escuchen llorar. Era chiquito, y entre el inodoro y la pileta había un lavarropas que no funcionaba, formando un pasillo angosto, donde se sentó en bombacha y un remerón abrazada a sus rodillas.

_ No lo vi venir. De repente lo tenía encima y en cinco segundos me tiro alcohol y me hizo ‘click’ con un encendedor. Me prendió fuego.

María hace el gesto que hizo el tipo y se me caen las lágrimas. Busco al fotógrafo con la mirada y veo que está cada vez más lejos de nosotras, como si alguna fuerza lo arrastrara hacia la puerta.

Tiene recuerdos borrosos del intento de femicidio. Sabe que, inmediatamente después, la agarró de los pelos y la metió debajo de la ducha fría para apagarla. Sabe que de alguna manera llegó hasta la puerta y gritó. Que entonces, él la volvió a zamarrear mientras le decía que lo perdone, que él la amaba pero que no dijera nada. Después de eso, ella está en el piso sin poder respirar, porque la ropa se le había pegado a la carne y la combustión entró a sus pulmones. En otro flash de consciencia, hay mucha gente adentro de su casa y todos la miran.

Entiendo la tos.

De repente lo tenía encima y en cinco segundos me tiro alcohol y me hizo ‘click’ con un encendedor

El registro policial de ese día dice que hubo un llamado a la Comisaría denunciando que habían secuestrado a una chica. Parece que alguna vecina alcanzó a ver cuando salió a los gritos, y alguien la retuvo y la llevo de nuevo para adentro de la casa.

_Me desperté en el hospital. Estaba mi mamá, la Policía y él, que ya había hablado con todos diciendo que fue un accidente. Incluso la Policía me preguntaba todo a mí en frente de él. Nunca lo sacaron.

Lo cuenta y mi estómago se enreda ¿En serio nadie puso en duda el relato del varón?, ¿en serio la Secretaría de las Mujeres no le mandó a nadie que la ayudara a contar lo que pasó?, ¿esto pasó de verdad en pleno 2017 con todo el NiUnaMenos en la calle?

Dos años antes que eso, en Las Heras, German Romero asesinó a Gissele Páez enfrente de sus hijos chiquitos. Una vecina escuchó los gritos. La Policía fue hasta la casa. El femicida salió, dijo que estaba todo en orden. La Policía no pidió ver a Gissele. Le creyeron a él y 20 minutos más tarde, ella entró muerta al hospital.

La mamá de María sacude las moscas que están porfiadas con las tortafritas. Las tapa con una servilleta y cuenta que, cuando fue a la casa, el agua de la ducha fría seguía corriendo y lo había inundado todo. En el baño, la ropa chamuscada de su hija seguía en un rincón.

 Las autoridades aparecieron recién después de que hizo un escrache en redes. 


María pasó nueve días internada en el Hospital Regional, y tres meses en la Terapia Intensiva de la Clínica del Buen Pastor, en La Matanza. Pudo haberse muerto. Tenía quemaduras de tercer grado y pasó por catorce injertos, todos con piel de las piernas. Su cuerpo joven está lleno de cicatrices que quiere ocultar debajo de remeras y un pulóver de lana.

_ Me la arruinó. Ella no se pone nada que le muestre el cuerpo. Recién ahora, de vez en cuando, se anima a una musculosa, pero acá, adentro de la casa, relata su mamá en voz baja, en un instante en que María deja el comedor, como si no quisiera que la escuche. La conversación se corta porque ella vuelve, esta vez con el más chiquito a upa, que llora desconsolado. Alguien le ofrece una mamadera de mate cocido, pero no hay caso. Sigue y sigue chillando hasta que le dan un celular con Pocoyó bailando reggaetón. El chiquito se calma y la sonrisa hace que los mofletes le achinen los ojos marrones.

_ ¿A quién le contaste que te había quemado?, retomo.

_A nadie.

El terror que le tenía a su agresor era tan inmenso, que no sólo no dijo lo que pasó, sino fue él quien viajó como acompañante para cuidarla en la derivación. Hubo apenas una vez en la que pareció que iban a salvarla.

“Te voy a lavar el pelo y te voy a poner un poco de perfumito para que estés más linda”, le dijo un enfermero, y María entró en un ataque de nervios, porque sabía que los perfumes tienen alcohol: “A esta chica la quemaron, no fue un accidente”, les dijo el hombre a los médicos. Pero quedó ahí. Igual que en Gallegos, nadie avisó a las autoridades.

La relación siguió porque Daniel la amenazaba con matarla y matar a sus hijos. Hasta que, en vísperas de la Navidad de 2017, hizo la primera denuncia por violencia doméstica.

_ Llegó borracho, me tiró a la cama y me pegó. Mis hermanas escucharon los gritos y se le tiraron encima. Cuando zafé, mi hijo me estaba mirando parado en un charco de pis. Ese día dije basta.

De nuevo, le sacaron fotos de los golpes en la cabeza, del ojo en compota y le tomaron testimonio.

“¿Desea agregar algo más, señora?”, le preguntaron después de ocho horas de una declaración, que terminó con una perimetral que su ex no respetó nunca. Por eso, María tuvo que hacer otras cuatro denuncias. Pero jamás, en todos estos años en los que la causa estuvo en el Juzgado de Rosana Suarez, Daniel Mansilla pasó un día preso. Nunca.

No sólo la Justicia Penal le falló, sino también la de Familia, porque desde hace tres años que espera que salga la demanda por alimentos. María está en situación de pobreza, vive de la asistencia social. Destruida por los golpes, por tener que criar a los hijos sola, por no tener dónde vivir ni qué darles de comer, porque los funcionarios judiciales no hicieron su trabajo, María no tuvo más remedio en 2018 que pedirle ayuda a su ex.

_ Se apareció con una pizza y bebida, pero yo empecé a tomar rápido para que él no se emborrache y no se ponga estúpido. ¡Mirá lo que pensaba!, dice.

Como buen manipulador, le insistió para que volvieran, porque desde que no estaban juntos todo le salía mal.

_Le dije que no y agarró un cuchillo, me llevó al baño y me obligó a tener relaciones sexuales.

_Te violó.

_Sí, y mis nenes golpeaban la puerta llorando. El abrió y les gritó: ¡Váyanse a dormir! Ahí pensé en dejarme, así termina y se va. Pero no se fue. Cuando salí del baño, alcance a decirle a una vecina por la ventana que me llame a la Policía.

Dice Luciana Peker en su libro ‘La Revolución de las Mujeres’, que si un hombre te pega después de que lo denunciaste, es porque te quiere matar.

De nuevo, María probó que el sistema no la iba a ayudar. La Policía le dijo que se buscara un lugar, porque más de ocho horas no lo iban a tener. ¿Acaso no pudo la jueza haber unido todos los hechos en una misma causa y detenerlo? Le dieron una paliza, la amenazaron con apuñalarla, la violaron, tiene miedo de morirse o que le maten a los hijos, no puede denunciar ¿En serio no pasa nada?

ahora tengo miedo que me mate porque sé de lo que es capaz


Para esa fecha, Micaela García ya había sido asesinada por Sebastián Wagner. La Ley Micaela era un hecho, el movimiento de mujeres estaba en las calles. 2018 tuvo 281 femicidios ¿En serio? Tuvo que hacer un escrache en redes sociales para que alguien le diera una mano. Abrir las tripas en frente de todos y todas para que vieran que era serio. Y claro, como sucede generalmente en estos acasos, la exposición no sólo deja en pelotas al agresor, sino también al sistema. Y a eso sí que le tienen miedo.

El jueves, siete años después de la primera paliza, la Secretaría de las Mujeres de la provincia se comunicó con ella y le gestionaron una consigna policial, ordenada por el juez de Familia Antonio Andrade. El auto está afuera de la casa y adentro del coche hay una mujer. Pero María no sale ni a comprar pan, vive de cuarentena eterna porque el tipo sigue libre.

_ ¿Cómo fue que te animaste a hacerlo público?

_Porque hace dos días le pedí comida a la mamá de él, y me amenazó.


La madre de Daniel es Elsa Ruiz, una pastora. Me pregunto qué tipo de mensajes dará ¿Sabrá la gente que su hijo es un femicida en potencia y que ella lo apaña?

_ ¿Él se comunicó con vos después de que contaras lo que te hizo?

_ Me hizo un escrache en Face, diciendo que era mentira y que no tiene plata porque yo cobré el bono de $10 mil y no él.

_ ¿Te hizo mejor contarlo?

_ (Silencio) No. Porque yo pensé que lo iban a meter preso y ahora tengo miedo que me mate porque sé de lo que es capaz. Siempre me dijo que él no va a ir preso, que antes me mata a mí y a los nenes y después se mata él. Por eso no lo denuncié.

Nos despedimos con un abrazo mientras la madre cuenta más cosas. Salimos de la casa y María nos acompaña. Nos decimos chau, pero vuelve hasta la vereda.

_ ¿Quiere sacar foto de cómo quedé?_, pregunta, y yo le tengo la bufanda de lana, pesada, calurosa, mientras el sol de las cinco baña todo de un brillo intenso, casi cruel.


Fuente: La opinión Austral - Por Sara Delgado