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miércoles, 10 de octubre de 2012
TV Textual - El fallo del jury a Flores
SI TIENE VERGÜENZA....QUE RENUNCIE
LA PAMPA: EL JURY ABSOLVIÓ AL JUEZ FLORES
El juez Carlos Flores, quien estaba siendo enjuiciado por mal desempeño en su cargo a raíz de una resolución que terminó en el femicidio de Carla Figueroa, seguirá en su puesto. El Jurado de Enjuiciamiento consideró en forma mayoritaria que, si bien actuó en forma negligente en el Caso Carla, no tuvo mal desempeño reiterado en su cargo. La votación terminó 4 a 1.
Los integrantes del jury fueron Eduardo Fernández Mendía; los diputados Silvia Larreta (PJ, vernismo) y Martín Berhongaray (Frepam, radicalismo); y los abogados Ana Mariela Bonaveri y Sergio Escuredo. El acusador fue el procurador Mario Bongianino, mientras que la defensa estuvo ejercida por Vanesa Ranocchia Ongaro y Marcos Paz.
Diario Textual había adelantado hace cinco días que la votación iba a terminar 4 a 1. Hoy, finalmente, se pudo corroborar la información.
Fernández Mendía, Berhongaray, Escuredo y Bonaveri expresaron que el juez fue "negligente" en el Caso Carla porque no debía otorgar la figura del "avenimiento" (entre otros motivos, porque no se daban los requisitos exigidos), pero sostuvieron que no correspondía echarlo porque no hubo una "reiteración" de mal desempeño. Es que la Ley 313 de Juicio Político establece, entre otros puntos, que solo puede ser echado si hay "negligencia reiterada". Y esto fue solamente un fallo negligente.
A su vez, el único voto por la destitución fue de Larreta: dijo que el magistrado debía ser echado por la "gravedad" del hecho.
Con esta resolución, que se leyó entre las 9 y las 11 de este miércoles en la Cámara de Diputados, el juez volverá a ser reintegrado a su cargo en el Tribunal de Impugnación Penal (TIP).
Al finalizar la lectura, hubo aplausos, entre ellos el de un hijo de Flores. Enfrente, en las tribunas, un grupo de mujeres gritó en contra del jury.
Flores no quiso hablar con la prensa y se escabulló por las escalinatas y ascensores. Los que hablaron fueron sus abogados. "El fallo era esperable", dijeron.
Los votos
El voto de Fernández Mendía: Dijo que el juez "no actuó con la debida prudencia y previsibilidad" y que "ha quedado plenamente probado que no valoró adecuadamente los elementos" en la causa.
El presidente del jury expresó que no existía en este caso dos requisitos que establecía la ley para otorgar el avenimiento: "No aparece la perdurabilidad de la relación preexistente ni tampoco las condiciones de plena igualdad entre las partes", dijo.
"Hizo un examen superficial acerca de la relación sentimental preexistente y que la propuesta que haya sido efectuada en plena igualdad". En su resolución, "ha soslayado la cuestión de género", agregó.
El voto de Fernández Mendía fue, tal vez, el más duro. "En esta resolución se torna patente y manifiesta la negligencia jurídica de Carlos Flores, al haber efectuado un análisis indisimulablemente ligero, incompleto, imprudente, impropio de la revisión de una Alzada, desatendiendo incluso, este rol esencial de revisión para hacer prevalecer el propio, omitiendo la valoración y refutación de algunos de los argumentos del tribunal a quo, que permanecen inalterados", dijo Fernández Mendía. "En otras palabras se observa que la situación fáctica de carácter extraordinario en su juzgamiento es tratado de manera superficial por Flores, con un reduccionismo técnico valorativo inexplicable en términos de 'buen juicio'".
"El examen de verificación de los requisitos continua en una tesitura de falta de completividad, y exhibe un análisis sustancialmente reduccionista, soslayando la tarea de revisión y reexamen de lo resuelto por la Audiencia de Juicio de General Pico, dando una lamentable imagen inversa, como si la instancia inferior fuera la del Tribunal de Impugnación Penal, que aborda el problema con los alcances naturales de una instancia inferior", dijo el expresidente del Superior Tribunal de Justicia.
"Se revela como altamente dificultoso en este análisis, llegar a comprender tales omisiones, en orden a la naturaleza especialísima de una situación humana signada por una tragedia de violencia intra vincular, -no un hecho aislado de violencia familiar- en donde la mirada jurisdiccional debe balancear y proteger al más débil, al dañado, sin importar la decisión formal de la víctima, la cual por su propia situación de posible manipulación por el mas fuerte, no dirige, adecuadamente, ni su discernimiento, ni su libertad y mucho menos su voluntad. Agrava la situación la pretendida justificación del Dr. Carlos Flores, en su declaración ante el Jurado, de que la pericia psicológica no pertenece al incidente cuando estaba a su disposición, como la tuvieron los Jueces de Audiencia, sin obstáculo procesal que inhabilitara su valoración, en los autos principales convirtiéndose en una excusa inaceptable desde la perspectiva tutelar de la función judicial".
Cuestionó la ausencia de perspectiva de género en su resolución. "También configura negligencia, el haber subvalorado, voluntaria o involuntariamente, todo el marco normativo relacionado con la cuestión de género, tanto de raigambre convencional, como infraconvencional, de la naturaleza que sea, incluido en esto las Acordadas del Superior Tribunal de Justicia Provincial".
"Considero que el Juez Carlos Flores ha actuado con negligencia jurídica al dictar la resolución", dijo. "Sin embargo, considero que el hecho imputado no constituye la falta establecida en el art. 22 inc. 3 y ello, básicamente, porque el mencionado tipo infraccional expresamente requiere que la negligencia sea reiterada y esa reiteración debe ser entendida lógica y razonablemente en más de una causa puesta a resolver por el magistrado imputado".
Voto de Berhongaray: Dijo que no debería haber aplicado el avenimiento. Sin embargo, al igual que Fernández Mendía, sostuvo que no hubo reiteración de fallos negligentes.
Reiteró que el avenimiento estaba vigente en el Código Penal. "Sin perjuicio de manifestar mi discrepancia con la solución composicional derivada de la aplicación del denominado 'avenimiento', no puede desconocerse que la referida alternativa legal se encontraba vigente al momento del dictado de la resolución sujeta a examen", dijo.
Expresó que la cuestión de violencia de género estuvo en la resolución de Flores, más allá de que no lo hizo en forma profunda.
Cuestionó, a su vez, una parte del voto de Fernández Mendía e, incluso, de la posición de Bongianino. Para Berhongaray, el avenimiento no estaba "tácitamente" derogado por los tratados internacionales. "En lo que respecta al alegado desconocimiento del marco normativo de raigambre convencional atribuido por el voto de Eduardo Fernández Mendía, y a su pretendida aptitud derogatoria de la figura del avenimiento, debo señalar" que la "Ley 26.485 de 'Protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres' -garante de todos los derechos reconocidos por la Convención para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, la Convención sobre los Derechos de los Niños, y la Ley nº 26.061- prescribe en su artículo 41º que '...en ningún caso las conductas, actos u omisiones previstas en la presente ley importarán la creación de nuevos tipos penales".
"Si bien -agregó- los constituyentes de 1994 acordaron jerarquía constitucional a un conjunto de instrumentos internacionales de emblemático valor, se ocuparon de precisar expresamente que esos Tratados no derogaban 'artículo alguno de la primera parte de la Constitución y deben entenderse complementarios de los derechos y garantías por ella reconocidos'".
Voto de Larreta: Fue la única que pidió echar al magistrado. "El juez no evaluó profunda y responsablemente lo que surge del Legajo 912, ignoró sistemáticamente las veces que la palabra muerte está escrita tanto en la denuncia por abuso como en las declaraciones de Marcelo Tomaselli, así como en cada uno de los relatos que Carla Figueroa hacía cuando contaba su vida y el hecho delictivo que había dado origen a las actuaciones penales (...). De los presupuesto exigidos para otorgar el avenimiento sólo se cumplía el referido a la edad: Carla tenía en ese momento 18 años; elemento que también había sido examinado por los jueces de Audiencia en el fundamento de su fallo denegatorio del beneficio", manifestó.
Dijo que no hubo igualdad de derechos para aceptar el avenimiento. "Los elementos de prueba reseñados me permiten tener por cierto que Carla Figueroa nunca estuvo en igualdad de derechos con Marcelo Tomaselli. Muestra de ello es el estado de indefensión en que se encontraba, el que quedó al descubierto en el escrito de solicitud de avenimiento: Carla Figueroa se encontraba sin patrocinio letrado. La declaración testimonial que el Dr. Agüero realizó ante este Jurado da cuenta que el abogado de Carla Figueroa no estaba en la ciudad de Gral. Pico el día que se requirió aquel beneficio".
"El Dr. Flores omitió el carácter de excepcional que tenía la figura del avenimiento; no tuvo en cuenta la doctrina del riesgo previsible y evitable; no hizo ninguna investigación eficaz tendiente a verificar cada una de las exigencias del tipo legal. En fin, el magistrado acusado consideró negligentemente la propuesta de avenimiento de Carla Figueroa como real y sincera, libre y sin presiones pese a los graves indicios que revelaba el Legajo 912", acusó.
"El juez Flores –prosiguió- al decidir conceder el beneficio del avenimiento no consideró la totalidad del plexo normativo proteccionista de los derechos de protección de género, pese a la presencia de indicios graves presentes en la causa que acreditaban el estado de vulnerabilidad de la víctima. La falta de perspectiva de género en la resolución que determinó la admisibilidad del avenimiento y la libertad de Tomaselli, comporta una falta grave y un actuar negligente".
"Tengo la convicción que el magistrado acusado ante este Jurado de Enjuiciamiento es responsable de la falta probada y que no se encuentra en condiciones de desempeñar el cargo en las circunstancias que los poderes públicos exigen. Estamos en presencia de hechos graves e inequívocos que acreditan la falta de capacidad del magistrado para el normal desempeño de sus funciones", expresó.
Voto de Escuredo: Dijo que no debía otorgarse el avenimiento. Y expresó que el juez soslayó las pruebas psiquiátricas, aunque no hubo un tratamiento despreocupado del caso. Agregó que no hubo reiteración de fallos negligentes, como requiere la Ley 313.
"El Juez Flores, dentro de su función jurisdiccional, basó su voto en un artículo que integraba el plexo normativo aplicable al momento de fallar".
Dijo que le pareció "sincero" el pedido de Carla. "Debo reconocer que de la repetida observación del video de la audiencia personal desarrollada por los miembros del TIP con Carla, también a mí me pareció que el pedido era sincero, que realmente sabía lo que pedía, y hasta tuve la intima convicción de que hablaba desde un convencimiento expresado con total libertad".
"También debo reconocer como una actitud de compromiso del juez con la causa, el hecho de que pese al cúmulo de expedientes con el que cada día se encuentran los magistrados esperando su avocamiento en la sede de su Tribunal, junto al Dr. Balaguer dispusieran de una mañana completa y se trasladaran a General Pico a entrevistar a Carla en forma personal, sorpresiva y sin presiones de abogados o familiares. Este acto jurisdiccional me convence de que no hubo un tratamiento despreocupado de la causa. Por el contrario, es indicativo de que el Tribunal sabía que estaba ante un caso que le requería especial atención".
"Ahora bien –prosiguió- en ese contexto ¿como es posible que el Juez menosprecie a los elementos de prueba que tuvieron en cuenta los Jueces de Audiencia o el propio Ministerio Público para denegar el avenimiento solicitado por la víctima? ¿Cómo es posible que el Dr. Flores soslaye la observancia de las pruebas técnicas, en especial las elaboradas por psiquiatras y psicólogos forenses, a las que el propio Ministerio Público le atribuyó inusual rigurosidad y cientificidad?"
"Me persuado de que la joven Carla Figueroa en modo alguno pudo prestar su consentimiento libremente y en condiciones de plena igualdad y de que su situación merecía el amparo de la ley y de los tratados protectivos del género. El descuidar estas condiciones, llevaron al Juez, equívocamente, a la convicción de que se daban por vía de excepción los requisitos para otorgar el avenimiento como modo más equitativo de armonizar el conflicto y mejor resguardo del interés de la víctima. Advierto a mi juicio un negligente apartamiento de la normativa imperante".
"Dejé en claro mi reproche en cuanto a la forma liviana, imprudente e incompleta que Flores realizó de las condiciones en que debía otorgarse el avenimiento. Dejé en claro también que no resulta propio de un juez de alzada dejar al a quo sin explicación jurídica de porqué su fallo debe ser revocado. También manifesté mi asombro por el desprecio de la prueba científico – técnica, y por haber desoído al fiscal, que como nadie, conocía la causa, la víctima y el victimario. Con sorpresa advertí el apartamiento negligente de la ley sustantiva para fallar conforme a su propia convicción. Todas estas actitudes me llevaron al convencimiento de que el Dr. Flores, en el caso concreto, ha administrado justicia conforme a criterios valorativos propios que implicaron desatender normas y valores que en modo alguno debían ser soslayados. Cabe preguntarse si implican estas falencias mal desempeño en el ejercicio de la magistratura", sostuvo.
Insistió que "no hubo reiteración" de negligencia, como para echarlo. Expresó que, eventualmente, el procurador Mario Bongianino debió haber traído algún otro fallo cuestionable de Flores. "La denuncia oportunamente presentada, que dio lugar a la formación de este Jurado de Enjuiciamiento, enrostró al Juez Flores un solo hecho. Precisamente el que he desarrollado. La posibilidad de que se dieran las circunstancias a las que alude el art. 40 de la Ley 313 (que admite la posibilidad de que el Procurador General amplíe la acusación por nuevos hechos que resultaren del debate) es lo que en su momento me motivó a que el Juez fuera llevado a juicio, siendo que el requisito legal requería conductas reiterativas, y esa condición no se advertía en la denuncia. El Procurador General desarrolló la tarea acusadora mediante una impecable intervención, ofreciendo y produciendo numerosa prueba y alegando sobre los hechos que a su entender habían sido probados en el juicio. Sin embargo, fue notable en su alegato la total ausencia de referencias sobre el requisito de reiteración de las conductas que pudieran ser reprochables al enjuiciado. No aludió al respecto. Esa fue su última oportunidad para denunciar otros hechos, y al no hacerlo precluyó su pretensión destitutiva. Indudablemente, un obstáculo que nació con la propia denuncia y que la acusación no pudo salvar en el debate".
Voto de Bonaveri: Expresó que no se demostró la reiteración de la negligencia. Pero también atacó duramente el fallo de Flores.
"Entiendo -dijo- que la negligencia en el deber de investigar radica, especialmente, al exigir la norma 'que la propuesta haya sido libremente formulada y en condiciones de plena igualdad'. Respecto de éste requisito no luce en el voto de Flores reseña alguna que haga tener por sentado que valoró integralmente la situación de la víctima en el caso concreto. No consideró en ningún momento elementos fundamentales, que tenía a su disposición, para resolver una propuesta de avenimiento que -lejos de ser una regla de aplicación obligatoria para el juez- era excepcional, conforme lo prescribía el propio art. 132 del Código Penal; y me refiero al legajo principal, concretamente al material pericial obrante en la causa principal, especialmente la pericia psicológica de Carla Figueroa, la psiquiátrica de Marcelo Tomaselli, disponibles en el sistema informático con el que cuenta el Poder Judicial".
"Estoy convencida -argumentó Bonaveri- de que Flores esperó la mejor resolución al conflicto, y que anidó, tal vez la esperanza de que Carla, Marcelo y su hijo reanudaran felizmente la vida en familia, pero omitió hacerse el planteo contrario, debido a que no tuvo en cuenta el material interdisciplinario obrante a su disposición, en el sistema informático, en el expediente principal o que pudo haber obtenido haciendo lugar a la pericia psicológica solicitada por la Fiscalía en el Legajo 912/2".
La acusación
Flores estaba acusado porque, como juez del Tribunal de Impugnación Penal, permitió la figura del avenimiento -es decir, el perdón de la víctima al victimario- en la causa penal iniciada por Carla Figueroa contra Marcelo Tomaselli.
Tomaselli había sido denunciado de violación por Carla Figueroa, en abril de 2011. Mientras se esperaba el juicio, el joven y su familia habrían comenzado a presionar a Carla para que no lo acusara.
En ese marco, el abogado de Tomaselli, Armando Agüero, pidió la figura del avenimiento. Fue respaldado por Carla y su abogado y tío, Raúl Quiroga.
Los jueces y fiscales de la ciudad de General Pico rechazaron ese pedido: entre otras cuestiones, porque la figura del avenimiento -pese a que estaba en vigencia en el Código Penal- era contraria a los tratados internacionales sobre violencia de género -entre ellas la Convención de Belém do Pará- y porque establecieron que la chica estaba siendo manipulada.
El caso llegó a fines de 2011 al TIP. El juez Tomás Balaguer rechazó, con similares criterios a los jueces piquenses, el avenimiento. Flores lo aceptó porque, entre otros motivos, dijo que Carla no estaba siendo manipulada. Desempató Gustavo Jensen: apoyó la postura de Flores.
Así, finalmente se firmó el avenimiento. Inmediatamente, antes de que se apelara la sentencia del TIP, las autoridades del Tribunal de Audiencia de Juicio de General Pico liberaron a Tomaselli. Una semana después, en diciembre de 2011, mató a la chica a puñaladas. Delante de su pequeño hijo.
La historia volvió a repetirse. Carla, cuando tenía 8 meses, había presenciado un asesinato: su padre mató a su mamá.
Jensen y Flores quedaron, a partir de la muerte de Carla, en la mira. Ambos fueron denunciados por mal desempeño. Pero Jensen presentó el pedido para jubilarse antes de comenzar el jury. De esa manera, solo quedó en pie la acusación a Flores. Ahora fue absuelto.
FUENTE: DIARIO TEXTUAL (La Pampa)
lunes, 8 de octubre de 2012
RIO GALLEGOS: INTENTO DE FEMICIDIO:Roció con alcohol a su pareja e intentó prenderle fuego
Una mujer fue rociada con alcohol por su pareja e intentó prenderle fuego, pero pudo escapar y denunciarlo ante la Policía. El un nuevo caso de violencia doméstica, que puedo haber tenido un desenlace fatal, sucedió el domingo en un domicilio de calle Libertad al 300.
Un hombre de 54 años tras una discusión con su pareja de 28, y fuera razonamiento, roció con alcohol y amenazó con prenderle fuego. Cuando el sujeto fue en busca de un encendedor, la mujer logró escapar de la vivienda que comparte con su pequeño hijo y otros familiares que al parecer no se encontraban en el momento del hecho.
Al lograr salir, la mujer corrió las cuatro cuadras que separan su domicilio de la Comisaría Segunda, y denunció a su marido de intentar asesinarla.
Una comisión policial pudo detener al sujeto, quien hoy prestó testimonio ante las autoridades y tras fijar domicilio quedó en libertad.
La Policía pudo secuestrar elementos en la vivienda que comprueban lo denunciado por la mujer. Ante este nuevo caso de violencia, intervinieron funcionarios gubernamentales para colaborar tanto con la víctima como con su hijo.
FUENTE: LA OPINIÓN AUSTRAL
domingo, 7 de octubre de 2012
TALLERES DE SENSIBILIZACIÓN SOBRE GÉNERO Y DIVERSIDAD SEXUAL
El ministerio de Seguridad puso en marcha los talleres de sensibilización para erradicar la discriminación en razón del género y contra la población de LGTBI (lesbianas, gays, travestis y bisexuales).
De esta forma, los oficiales y suboficiales de las 4 fuerzas federales (Gendarmería Nacional, Policía de Seguridad Aeroportuaria, Prefectura Naval y Policía Federal) asisten a cursos de concientización sobre la discriminación en razón del género y la diversidad sexual.
Los encuentros están articulados con la Fundación Grupo Efecto Positivo y el Consejo Nacional de las Mujeres.
Al primer taller, efectuado el jueves 20 de septiembre, concurrió personal del Centro Integral de Género de GNA. A esa jornada asistieron 100 cadetes de la Escuela de Oficiales de Gendarmería “General Don Martín Miguel de Guemes”.
Representantes del Consejo Nacional de las Mujeres dialogaron con los cadetes sobre “el concepto de género como categoría histórico cultural”, los roles asumidos en ese marco y las distintas manifestaciones de violencia contra las mujeres.Alex Freyre y José Di Bello, dirigentes de la fundación Efecto Positivo, abordaron conceptos básicos sobre género y diversidad, orientación sexual, identidad de género, igualdad, equidad y diversidad.
Los cursos analizan los cambios culturales y normativos plasmados en las leyes 26.743, de identidad de género, y la 26.618, de matrimonio igualitario.
La actividad, organizada por la Dirección Nacional de Derechos Humanos, contó con la participación de integrantes de la Dirección Nacional de Formación y Capacitación del ministerio de Seguridad.
FUENTE: MINISTERIO DE SEGURIDAD - PRESIDENCIA DE LA NACIÓN
Femicidio: mordazas y vendas que pueden volver impotente al derecho
¿ Y A MI , QUIEN ME CUIDA?
EQUIDAD
El 75 por ciento del cuidado infantil en la ciudad de Buenos Aires está a cargo de mujeres y sólo un cuarto en manos de varones. La desigualdad a la hora de cuidar a niños, niñas y adultos mayores es evidente en la tarea todavía más invisibilizada del trabajo femenino: cambiar pañales, ver carpetas, bañar, alimentar y un etcétera que no termina más. Las investigadoras Eleonor Faur, Valeria Esquivel y Elizabeth Jelin realizaron una tarea en donde se visibilizan las dificultades de los sectores populares y medios para trabajar y llevar adelante la crianza de sus hijos e hijas.
Una mujer le cambia los pañales a un bebé: cuida que no se caiga, que no se desparrame el enchastre, que el bebé se incomode por el menor tiempo posible, que la cola no se irrite, que se entretenga con un juego mientras se lo limpia, que el pañal y el óleo calcáreo estén cerca para no tener que estirar una mano lejos y sostener al bebé con la otra mano) uf, eso es parte de cambiar a un bebé. Un varón abraza y cambia a su hijo en medio de una tarde de verano (eso implica sacar y poner las zapatillas, llevar un bolso con ropa extra por si se moja o se ensucia, lograr que el niño se quede quieto y conseguir la misión prometida). Una mujer mira a su hijo bañar (lo observa para que no se levante, lo convence de enjabonarse, lavarse el pelo y, mucho peor, dejarse sacar el shampoo estirando la cabeza para atrás con tal de que no le caiga ni una gota picante en los ojos, lo entretiene con una timba de juguetes acuáticos y ya tiene preparado el cepillo para peinarlo y el chupete para calmarlo). Una mujer le da un yogurt a un bebé (pero antes le puso el babero, una tarea que puede irradiar una ola de llanto o implicar un simple nudo) y lo montó sobre una sillita llena de juguetes para que en el tiempo que transcurre de la heladera a la cuchara y de la cuchara al avioncito el bebé esté siempre entretenido con botones para tocar y colores para mirar. Una mujer mayor apoya sus manos en la bacha para que una nena se lave las manos (una frase que se puede decir una o diez veces, o que puede ser un simple goteo si no se relojea que realmente el jabón pase por las manos). Una mujer le lava los dientes a la niña (es maestra jardinera por el guardapolvo pero entre sus misiones está hacerle abrir la boca grande y aunque quiera cerrarla lograr cepillar cada muela y cada diente, tal vez por eso su mano está tan firme sobre la cabeza de la nena). Una chica pasa el peine (mientras la nena que pone el pelo pone también cara de tortura china mientras frunce todos los músculos de su cara), pero ella no se amedrenta ante nudos ni rabietas hasta que el cepillo pase como si nada.
Estas son algunas de las imágenes cotidianas que tomó el fotógrafo e investigador Matías Bruno en su ensayo fotográfico “Coreografías del cuidado”, que forma parte del libro Las lógicas del cuidado infantil entre las familias, el Estado y el mercado, que editaron Valeria Esquivel, Eleonor Faur y Elizabeth Jelin. La publicación contó con el apoyo del Instituto de Desarrollo Económico y Social (IDES); el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). En la Ciudad de Buenos Aires sólo un cuarto del cuidado infantil está a cargo de los varones, mientras que el 75 por ciento de esas infinitas tareas cotidianas les corresponde a las mujeres. Y, a pesar de que la mayoría (65 por ciento) trabaja afuera, también gran parte (60 por ciento) trabaja adentro del hogar. En total, ellas le dedican entre tres y cinco horas exclusivas al cuidado de los hijos/as, y los varones entre una y dos.
Las diferencias son claras. En Clarín porteño, por ejemplo, el año pasado se publicó, en la sección “Definición”: “Tareas domésticas: lo que hace una mujer y nadie lo nota, pero si deja de hacerlo, todo el mundo lo advierte enseguida”. El planteo que no se advierte es por qué las tareas domésticas –esas que se borran tan rápido como un plato lavado vuelve a ensuciarse– tienen que estar en la esponja de una dama.
De hecho, cinco de cada diez argentinos/as todavía creen que el rol más importante de la mujer es, “por su naturaleza”, cuidar de su hogar y dedicarse a la crianza de los hijos, según una nota de Mariana Carbajal publicada en Página/12 el 27 de marzo del 2012, con datos de una encuesta nacional de la consultora Ibarómetro, en donde seis de cada diez entrevistados/as reconoce un ambiente machista en la Argentina. Y por casa, ¿cómo andamos? “En el 50 por ciento de los encuestados/as, el esquema más adecuado es aquel en el que el hombre y la mujer trabajan lo mismo y los dos se ocupan por igual del hogar y los hijos. La mitad restante se inclina por alternativas más asimétricas: casi un 32 por ciento elige que “la mujer trabaje menos y se ocupe más del hogar y de los hijos”, y un 16,5 por ciento prefiere el modelo “más tradicional”, donde sólo el hombre trabaja y la mujer se encarga completamente de las tareas domésticas y los hijos”, señala Carbajal.
A modo de juego, la pareja del verano –Paula Chaves y Pedro Alfonso– mostró su convivencia, aunque, en verdad, reflejaban cómo dos personas que hacían teatro (justamente la obra Despedida de soltero), en Villa Carlos Paz, o eran famosas a la vez, mantenían su cuota de desigualdad puertas para adentro, aunque fuese una asimetría fashion. “Peter no sabe hacer asado. Tampoco ordena. Ni limpia. ¡No levanta una cuchara!”, criticaba ella en eso que parece ser una eterna queja –o una crítica a las mujeres por quejosas– y no una herramienta para generar parejas más democráticas en el tiempo de esfuerzo y de disfrute. “El hombre no es colaborador... Para colmo, no puedo exigirle que cocine, porque yo no cocino mucho. Pedro es el hermano menor de tres mujeres y siempre lo malcriaron. No levanta ni una cuchara de la mesa. En cambio, yo soy la hermana mayor, la que siempre se tuvo que hacer cargo de todo.” La idea del hombre que colabora –¡ayuda!– y no que se hace cargo de su parte o que no hace nada porque tiene hermanas mujeres es una radiografía también de los estereotipos que salen prefabricados de la pantalla chica y que llegan a cada hogar, en donde quien levanta las cucharas tiene nombre de mujer.
En el número del 18 de septiembre de la revista Gente, Sofía Zámolo, otra conductora del grupo Tinelli y Utilísima, se ufana: “En la convivencia (con Gastón) nos damos cuenta de que funcionamos muy bien como pareja. El cocina, yo lavo. No es un tipo que se sienta y yo llevo adelante la casa. Me ayuda un montón”. Clap, clap, clap: aplausos. Eso parece ser lo máximo que se puede esperar de una mujer (además de ser rubia): tener un muchacho que la ayuda un montón.
Mientras que la música Andrea Alvarez sintetizó las dificultades entre trabajo doméstico y externo con un twitter: “El lavarropas me la tiene al plato. No se puede tener show y problemas domésticos al mismo tiempo”. Una contradicción resumida en 140 caracteres y el jabón en polvo hasta la coronilla incluso de las mujeres con trabajos más desafiantes como el de baterista. Sin embargo, el debate sobre el cuidado y el uso del tiempo en la crianza y las tareas hogareñas está invisibilizado en la sociedad. Y pareciera que esas largas horas que se pasan mientras el peine fino se traba o el bebé se despierta de noche o hay que llevar una torta a la feria del plato de la escuela o recoger la plata para el Día del Maestro/a se evaporaran como si todo ese esfuerzo no existiera. Por eso, esta investigación es una forma de instalar, al menos, el debate en el marco público. “Las lógicas del cuidado responden a patrones sociales y culturales de relaciones entre géneros y clases sociales. En primera instancia, es en el ámbito del hogar en el cual se organizan y definen las responsabilidades del cuidado de sus miembros. Pero el cuidado no sólo se provee en el ámbito familiar”, resalta el libro de las autoras Valeria Esquivel, doctora en Economía e investigadora de la Universidad de General Sarmiento; Eleonor Faur, licenciada en Sociología y oficial de Enlace del Fondo de Población de Naciones Unidas en la Argentina (Unfpa) y Elizabeth Jelin, investigadora superior del Conicet con sede en el Instituto de Desarrollo Económico y Social (IDES).
¿Cuáles son las principales conclusiones de la investigación?
Valeria Esquivel: Hay un discurso en los países centrales en donde no importa el tiempo sino la calidad de ese cuidado, y termina achacándole mala calidad a los sectores populares. Ni tanto ni tampoco. Con más recursos en las familias hay más posibilidades de externalizar del hogar algunos de estos cuidados del hogar. No es todo o nada. No es que si cuidan no trabajan y si trabajan no cuidan. Además el cuidado es trabajo no remunerado. Pero se ve en los datos que hay menos posibilidades de externalizar algo de este cuidado y de llevarlo a la esfera pública o tomar sustitutos en algunos de estos cuidados en los sectores de menores recursos, y más posibilidades en los sectores de mayores recursos porque hay una trabajadora doméstica o porque pueden externalizar en el momento en que padres y madres están en el mercado de trabajo. Es interesante que en la Ciudad de Buenos Aires las madres participen del mercado de trabajo mucho más que en el promedio del país. Pero a las 16.30 las madres que trabajan paran de trabajar remuneradamente (que coincide con el tiempo del colegio), mientras que los padres paran alrededor de las 20 y esto implica que los ingresos o la carrera profesional de las mujeres se tiene que hacer compatible con eso.
Ahora hay una idea de que los padres son mucho más participativos. ¿Es real?
Esquivel: El dato es que el 20 por ciento de los padres que cuidan tienen mucha participación y poco tiempo cada vez que participan. El 70 por ciento de los padres de niños y niñas entre 0 y 18 cuidan en algún momento del día, pero poquito.
¿Qué pasa en los sectores populares?
Eleonor Faur: Profundizamos la encuesta de uso de tiempo con entrevistas enfocadas en los sectores populares e intentamos acercarnos más a la vida de las mujeres. Recorrimos dos barrios: La Boca, uno de los más pobres de la Ciudad de Buenos Aires, y otro de San Miguel del conurbano bonaerense. Son barrios populares, pero diferentes. Encontramos 31 mujeres y un hombre a cargo de sus niños. Encontramos que las formas en las que organizan el cuidado las mujeres se relacionan con las posibilidades que encuentran en el mercado de trabajo, los servicios de cuidado de sus barrios, la estructura familiar que tienen. Por ejemplo, una jefa de hogar con niños es muy raro que sea una madre de tiempo completo. Tienen que encontrar estrategias alternativas para el cuidado de los niños que no son sencillas de conseguir. Lo que más hay son jardines de infantes y después hay –menos– centros de desarrollo infantil, y prácticamente no hay otro tipo de servicios. En algunos barrios hay jardines comunitarios.
Las mujeres piden más jardines maternales...
Faur: Es una demanda social muy importante que se expresó masivamente en las mujeres de La Boca. Aquellas mujeres que deciden mandar al jardín a sus hijos en edades tempranas hacen un recorrido largo, tedioso y a veces infructuoso.
Sin embargo, no está en la agenda pública a pesar del nivel de dramatismo que tiene para las mujeres no encontrar jardines maternales...
Elizabeth Jelin: Porque está tan interiorizada la idea de que la que cuida es la madre que hay poca organización barrial reclamando. No se juntan diez madres para ir a protestar pidiendo un jardín maternal. Se piensa que cada madre está al cuidado de su hijo. La otra cuestión ideológica y cultural es que si se deja el hijo al cuidado de otra no es tan buena madre. Cuidar a sus hijos es, también, darles de comer. Hay una tensión entre los recursos que se necesitan para darle a ese chico. La madre se levanta a las cuatro de la mañana para conseguir vacante pero no se encuentran acciones colectivas. Se sigue pensando que es una responsabilidad materna.
Faur: Sí encontramos alguna mujer que recurría al sistema judicial, pero no para conseguir vacante sino para conseguir un certificado de violencia familiar para que le den una vacante en la escuela donde estaba, en lugar ocho o diez antes de conseguir ese certificado. Tienen que tener ciertas condiciones para conseguir esa vacante. De todas maneras, en la Ciudad de Buenos Aires se ha posicionado el tema por una organización no gubernamental que ha recurrido a la Justicia pero no como una demanda de mujeres.
Esquivel: Hay un sector social que está resolviendo su cuidado de manera privada, entonces no lo transforma en demanda porque pueden pagar la oferta privada o la empleada doméstica.
¿Ahí está la diferencia de clases?
Faur: Si una pensara en un abanico de alternativas para distintas mujeres y a qué instituciones recurren en el cuidado de los hijos se da cuenta de cuánto recurren a sus familias, cuánto pueden externalizarse en servicios estatales o públicos y gratuitos o cuánto puede privatizarse. Las mujeres más pobres familiarizan el cuidado en una altísima proporción; otras mujeres luchan por conseguir una vacante en el jardín público y las mujeres que lo pueden pagar –con mejores posibilidades en el mercado de trabajo– pagan por servicio doméstico o por jardines de infantes privados o superponiendo las dos estrategias. Las diferencias sociales son muy amplias. El cuidado infantil es un vector de la desigualdad social y de género muy significativo y que está invisibilizado, porque se supone que lo hacemos las mamás y punto.
¿Qué pasa cuando el cuidado recae en las niñas en su rol de hermanas mayores?
Jelin: Esta feminización del cuidado se da, a veces, cuando la urgencia es grande para que la mamá salga a trabajar y que se perjudiquen las posibilidades de las nenas que se hacen cargo de las labores domésticas o cuidan a los hermanitos. Lavar el baño, hacer las compras o preparar la comida son formas de cuidado indirecto. Yo he encontrado nenas de 8 años cocinando en cocinas a kerosén en un lugar cerrado.
Faur: En la investigación un papá refiere que deja a los dos menores con la mayor, que tiene seis años, y dice: “Es como una mamá, ¡es divina!”. Hay situaciones apremiantes. Es importante no caer en la culpabilización de los padres. Este papá que está buscando no logra acceder a su vacante, a veces los deja mirados por una vecina (porque como no le puede pagar no le puede pedir un cuidado permanente), va a comedores y ahí aparece el cuidado de niñas a sus hermanitos como una situación de emergencia. Es una realidad dura para las niñas.
Jelin: Es probable que esta nena falte más a la escuela que otras nenas de seis años y que esto le afecte sus oportunidades y sus capacidades educativas.
Faur: Una pone la lupa en el cuidado atravesándolo desde un enfoque de género y cómo se confina, a veces, a las mujeres a cierta tarea y dificulta niveles de autonomía mayores. Pero no todas las mujeres tenemos las mismas posibilidades. El cuidado aparece como una categoría de desigualdad social muy potente.
En la clase media se vive cada vez menos en grandes familias y hay más mujeres solas...
Jelin: Sabemos que los hogares son cada vez más chicos. Hay muchas profesionales divorciadas con hijos chicos y nos las arreglamos con recursos económicos para pagar cuidados. Mientras que las abuelitas de clase media están haciendo una cantidad de cuidado, no necesariamente por necesidad económica sino porque les gusta y porque también hay una idea de calidad de cuidado. Hay abuelitas que –aunque no convivan– igual cuidan, y está la posibilidad de pagar jardines de infantes y de tener personal doméstico. En los sectores medios la dependencia de la provisión de servicios públicos es menor que en los sectores populares.
¿Por qué el cuidado sigue recayendo tanto en las mujeres?
Esquivel: El 12 por ciento de todo el cuidado es provisto por mujeres que no viven en el hogar –familiares, tías–. No sabemos cuánto es el cuidado provisto por instituciones o trabajadoras domésticas. Pero del cuidado no remunerado se ocupan mujeres que a su vez pierden la chance de conseguir trabajos remunerados. El cuidado es una dimensión para leer las diferencias sociales, pero además las sobreimprime y las refuerza.
¿El poco tiempo de cuidado de los padres cambiaría si cambia la licencia por paternidad, que hoy no llega a un fin de semana largo?
Faur: Simbólicamente es importante incrementar la licencia por paternidad. Es anacrónico que los varones tengan dos días en el sector privado. En distintos sectores de ocupación del empleo tienen distintas licencias, por ejemplo, en el Estado suelen tener más plazo. De todas maneras, las licencias por paternidad sólo cubren el sector formal de la economía. Es una población limitada la que tiene acceso a las licencias. Igual, aunque se aumenten en cinco días no hace a un cambio real en la disponibilidad del papá en poder atender a los niños. Son cambios necesarios porque hacen justicia, pero después hay otras tramas para seguir avanzando para que los varones participen más de la crianza de los hijos.
Jelin: Las licencias son para el momento del nacimiento. Pero al nene hay que cuidarlo muchos años. Y el tema es todo el resto del tiempo y no solamente el comienzo. Ahí las condiciones del mercado de trabajo son fundamentales. Es necesario disminuir las jornadas laborales, que son muy extensas. El tema del cuidado apunta a transformaciones del mercado de trabajo. A las trabajadoras en shoppings les tocan los turnos en beneficio de las empresas, no cuando les viene bien a ellas, que tienen que cuidar a los hijos. Pero la organización del cuidado y el mercado laboral no está para nada en la agenda pública. Tampoco en la demandas sindicales.
Esquivel: El mercado de trabajo funciona como si ni madres ni padres tuvieran responsabilidades de cuidado. El esfuerzo de cubrirlas queda del lado de las madres. Pero se necesitan horarios menos extensos y un mercado de trabajo que reconozca que madres y padres tienen responsabilidades de cuidado porque si no, de nuevo, enfatizás los horarios reducidos para las madres y se vuelve simbólicamente a decir que el cuidado es responsabilidad de las madres, y no es así.
Un trabajo además del trabajo
- Doble trabajo: 65 por ciento de las mujeres porteñas trabajan, pero el cuidado de niños, niñas y adolescentes está a su cargo
- Un tema de mujeres: En la Ciudad de Buenos Aires, el 75 por ciento del total del cuidado infantil es provisto por mujeres y sólo el 25 por ciento por varones.
- A destiempo: Los padres dedican al cuidado infantil un promedio de casi una hora y media por día, mientras que en el caso de las madres ese tiempo se ubica por encima de las tres horas y sube a cinco si en el hogar hay niños o niñas de edad preescolar, y en el caso de los varones a dos horas si sus hijos son menores de tres años.
- Otra ocupación: Las madres y padres no ocupados dedican en promedio un tiempo similar al cuidado infantil (un poco más de cuatro horas diarias).
- Adolecen de tiempo: En el caso de los adolescentes los padres les dedican solamente once minutos y las madres media hora.
Fuente: Distribución del tiempo de cuidado de niños y niñas en hogares de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en el capítulo de Valeria Esquivel de Las lógicas del cuidado infantil entre las familias, el Estado y el mercado.
- 60 por ciento: madres
- 20 por ciento: padres
- 12 por ciento: mujeres no residentes en el hogar
- 4 por ciento: otras mujeres del hogar
- 3 por ciento: varones no residentes en el hogar
- 1 por ciento: otros varones del hogar
FUENTE: PÁGINA 12 - Por Luciana Peker
ENM: " TODOS LOS DÍAS HAY UN NUEVO CASO DE FEMICIDIO"
En el calor del Litoral, Posadas se pobló de debates, colores y consignas. Una chance de exponer la dura temática del lugar.
“Queremos invitarlas a participar de este Encuentro Nacional de Mujeres, que es esta gran herramienta de lucha que hemos sabido sostener y garantizar durante 27 años.” Esa fue la bienvenida de las organizadoras misioneras al recibir a lo que calcularon eran 25 mil mujeres de todo el país. La temperatura del sábado marcaba 32 grados y la vista del río se convertía en sudor en las que caminaban en un Litoral que empezaban a conocer con la piel empapada y a la vez halagada por el regalo de colores verdes brillantes en cada vereda.
Pero también se empapaban de una postal que no es sólo turística: los safaris sexuales, las muertes por abortos clandestinos, la trata de personas, los femicidios, el abuso a mujeres originarias, la explotación laboral, la desnutrición, la criminalización de la pobreza y las violaciones. “Está naturalizada la tarefa, que es la cosecha de la yerba mate, donde trabajan mujeres y niños con los peores sueldos, y las madres tareferas que están en contacto con los agrotóxicos tienen hijos con deformaciones”, denunciaron las organizadoras. Aunque entre las batallas que encabezan las mujeres también hay alegrías, como la cooperativa Amanecer, que es una fábrica recuperada.
En ese despertar de una ciudad compartida por las palmeras, las flores fucsias o violetas y el rojo furioso de la tierra, se daba la bienvenida en el Anfiteatro Manuel Antonio Ramírez. Allí se dio inicio al XXVII Encuentro Nacional de Mujeres, que dura hasta mañana, en un ritual autónomo y autogestionado que convoca a participantes de todo el país y de todos los sectores. Este año la participación fue masiva y 16.000 mujeres que habían reservado desde septiembre se tuvieron que alojar en albergues, casas de familia o escuelas hasta a 200 kilómetros de distancia.
Desde su inicio en 1986, en Buenos Aires, el Encuentro de Mujeres muestra un arco iris de posturas que se discuten de forma horizontal. Aunque esta vez, como suele suceder, la Iglesia no dio la bienvenida a estas turistas activas –a las que se llegó a tildar de terroristas– y ya anunció que no va a dar misa el domingo por la habitual marcha. A nivel político, se presentan más fuertes las discusiones entre grupos de izquierda y kirchneristas que confrontaron en sus posturas en diferentes talleres.
Sin embargo, lo sustancial es la defensa de los derechos de las mujeres. La docente Victoria Rosenfeld y el ama de casa Claudia Fariña iniciaron a las 10.30 la apertura, agradecieron el sacrificio de llegar desde todo el país y recalcaron la felicidad del Encuentro y la importancia de mostrar la realidad litoraleña. “Acá se da el reclutamiento de niños, niñas y adolescentes para la trata por el puente de la triple frontera con Paraguay y Brasil. También hay safaris sexuales a las comunidades mbyá guaraní, en donde nacen chicos con rasgos japoneses o rubios porque las niñas son ofrecidas en redes sexuales”, apuntó Andrea Dombroski, encargada de comunicación. “Es importante que las mujeres misioneras estén presentes. Para nosotras es un antes y un después para revalorizarnos y sentir que no estamos solas.”
Dombroski quiere que se conozca su realidad. “En el año hubo veinte asesinatos de mujeres y en septiembre hubo cuatro casos de femicidios. El último fue el de Natalia Almada, encontrada ahorcada con su corpiño. La policía dice que fue un suicidio, nosotras creemos que no”, advierte. “También tenemos uno de los mayores casos de criminalización de la pobreza, que es el de María Obanda, que vio morir a su hija más pequeña de desnutrición. Ella tiene doce hijos, es analfabeta, vivía en una situación indigna y era víctima de violencia doméstica, pero fue acusada de abandono de persona por enterrar a su nena. Hoy está presa como culpable de su muerte.” Otro caso es el de Dominga, con una desnutrición que le ocasionó la muerte con tan solo 27 kilos. “Todos los días hay un caso nuevo de femicidio, de violación. Después ni se pide justicia y quedan impunes. Por eso queremos que las voces de las mujeres asesinadas y violadas en este Encuentro estén presentes”, pide.
FUENTE: PÁGINA 12 - Por Luciana Peker
Desde Posadas
sábado, 6 de octubre de 2012
FEMICIDIOS: SIN ATENUANTES
El Senado aprobó anoche un proyecto que impone prisión perpetua al hombre que mate una mujer, cuando medie “violencia de género”, o a quien asesine a un niño para causar sufrimiento a su pareja o ex pareja. El proyecto vuelve a Diputados.
El Senado nacional dio media sanción anoche, por unanimidad de los 47 presentes, a un proyecto que impone prisión perpetua “al hombre que matare a una mujer” cuando “mediare violencia de género”: el proyecto distingue así entre el femicidio (aunque no utiliza esta palabra) y el homicidio simple, castigado con 8 a 25 años de cárcel. La pena que establece alcanza también a quien mate a una persona trans por su condición de tal. El proyecto no requiere que el autor del crimen tenga convivencia con la víctima y no admite que el juez aplique atenuantes cuando el criminal tenga antecedentes de violencia de género. También se impone perpetua al que mate “con el propósito de causar sufrimiento a una persona con la que se mantiene o se mantuvo relación”, como es el caso de los hombres que han asesinado a hijos de su mujer o ex mujer. El proyecto modifica otro aprobado en la Cámara de Diputados, que incluía el femicidio como agravante del homicidio simple. Volverá ahora a la Cámara baja, que previsiblemente dará su aprobación.
La media sanción del Senado incorpora al Código Penal un artículo nuevo, el 80 bis: “Se impondrá prisión perpetua al hombre que matare a una mujer o a una persona que se autoperciba con identidad de género femenino y mediare violencia de género”. También requiere modificar tres incisos del artículo 80 del Código Penal. El inciso 1º, hasta ahora, impone reclusión perpetua o prisión perpetua al que matare “a su ascendiente, descendiente o cónyuge, sabiendo que lo son”; la sanción del Senado agrega al “ex cónyuge, conviviente o ex conviviente”, y no permite a los jueces aplicar atenuantes “a quien anteriormente hubiera realizado actos de violencia contra la mujer víctima u otra mujer”. El inciso 4º ya impone perpetua al que mate “por placer, codicia, odio racial o religioso”; el Senado agrega “por odio a la orientación sexual, a la identidad de género o su expresión”.
Además, el proyecto aprobado ayer agrega un nuevo inciso, el 11º, por el que se impone perpetua al que mate “con el propósito de causar sufrimiento a una persona con la que se mantiene o se ha mantenido una relación en los términos del inciso 1º”. El senador Pedro Guastavino –titular de la Comisión de Justicia y Asuntos Penales– destacó al respecto “dos homicidios que conmocionaron a la sociedad: el caso Cuello, donde un hombre secuestró y mató al hijo de su ex pareja para mortificar a la madre, y el caso Cruz, donde la propia madre mató a su hijo para vengarse del padre”.
La violencia de género contra las mujeres, a la que se refiere el proyecto aprobado, fue a su vez definida en la Ley 26.485 como “toda conducta, acción u omisión que de manera directa o indirecta, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, así como también su seguridad personal”.
El texto aprobado corresponde al dictamen que habían producido las comisiones de Justicia y Asuntos Penales y de la Banca de la Mujer. La titular de esta última, senadora Marina Riofrío, dijo a este diario que “la media sanción de Diputados incluía el femicidio en el artículo 80 del Código Penal, que admite causales de atenuación de la pena: ubicarlo como artículo 80 bis nos permite no incluir condiciones atenuantes. Recordemos el crimen de Wanda Taddei (por el que fue condenado Eduardo Vázquez, baterista del conjunto Callejeros): el tribunal oral que lo juzgó admitió como atenuante la ‘emoción violenta’; esto no debiera ya ser posible bajo la ley que proponemos”.
La legisladora destacó que “al incluir la autopercepción de identidad de género femenino, el proyecto aprobado abarca también a las personas transexuales y travestis”. Y destacó que “el proyecto que aprobamos elimina el requisito de que exista convivencia o vínculo. Así por ejemplo, a lo largo de la historia muchas veces las prostitutas han sido víctimas de la violencia de género, ya que la independencia de la mujer para hacer lo que quiera con su cuerpo toca alguna tecla de la psicología patriarcal; estas situaciones no pueden quedar afuera de esta ley, como tampoco la de los acosadores, que pueden llegar al crimen sin que exista vínculo directo con la víctima”.
Riofrío destacó que la ley propuesta “se inscribe en la batalla cultural contra la violencia de género, que es la que, en el marco de la cultura sexista, patriarcal, se enmarca en el mantenimiento de la supremacía masculina”.
El senador Guastavino afirmó que “la tipificación autónoma del femicidio –que requiere el proyecto– permite visibilizar un amplio conjunto de muertes de mujeres que, hasta ahora, engrueosan indeterminadamente las estadísticas criminales, y contribuye a garantizar la debida persecución del delito, con directivas estatales claras y precisas”.
El texto aprobado por la Cámara alta volverá a Diputados, que tiene la facultad de aprobarlo o rechazarlo pero ya no de modificarlo. “Ojalá Diputados lo trate antes de fin de año”, comentó la senadora Riofrío.
FUENTE. PÁGINA 12 -
Por Pedro Lipcovich - IMAGEN: Sandra Cartasso
lunes, 1 de octubre de 2012
FEMICIDIOS EN SANTA CRUZ : EN EL 2012 SON 4 LOS CASOS YA
La Provincia de Santa Cruz posee un extenso territorio: 244.000 km2, con una totalidad de habitantes de 272.000, y una densidad de población del 1,1 %.
Su capital es la ciudad de Río Gallegos, donde se concentra la mayor cantidad de habitantes – no así la mayor densidad – y la totalidad de bienes, servicios, y organismos representativos de la Provincia.
Al día de hoy, contamos con 4 ( cuatro) FEMICIDIOS. Cifra escalofriante, preocupante y que amerita urgentes políticas de acción ante esta realidad.
MUEREN MUJERES EN MANOS DE HOMBRES: PAREJAS, EX- PAREJAS, ESPOSOS...POR EL SÓLO HECHO DE SER MUJERES.
Mujeres que podrían ser tu madre, tu tía, tu hermana, tu hija, tu sobrina, tu amiga... VOS, podrías ser una de ellas....
¡¿Hasta cuándo?
La problemática de la violencia de género es un problema social complejo que requiere comenzar a trabajar en Prácticas de Políticas Sociales Estratégicas (PSE) profundas.
LA PREVENCIÓN , PROMOCIÓN Y SENSIBILIZACIÓN, ES EL COMIENZO...¿ Se está abordando?
¿ En qué se opera? en la URGENCIA, LA EMERGENCIA...mientras tantos, Mujeres siguen muriendo.
¡ ¿ Por qué?!.
- ¿ Será porque se ha naturalizado la violencia de género?
- ¿ Será " un trámite más?
- ¿Será porque no nos damos cuenta que la violencia nos ha fagocitado y encorsetado?.
- ¿Será, que ésta tejió las telarañas para atraparnos invisibilizadamente?
- NO NOS DEJEMOS ATRAPAR
- BASTA DE SILENCIAR - LA
- DENUNCIEMOS
FUENTE: ONG DESAFIOS Y COMPROMISOS
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