En enero, integrantes del Programa Redes Barriales para la Prevención de la Violencia Intrafamiliar dictaron talleres a mujeres del sector de Bastión Popular. |
En enero, integrantes del Programa Redes Barriales para la Prevención de la Violencia Intrafamiliar dictaron talleres a mujeres del sector de Bastión Popular.
Las mujeres se capacitan y multiplican sus conocimientos para ayudar a familias con problemas.
Requisitos como liderazgo, equilibrio de acciones, saber escuchar, educación básica, disponibilidad de tiempo y otros, fueron parte del perfil que debían cumplir las seleccionadas para ser promotoras comunitarias del Programa Redes Barriales para la Prevención de la Violencia Intrafamiliar.
Cerca de 200 mujeres de Bastión Popular y Mucho Lote asistieron a la convocatoria en enero y se sensibilizaron en temas de no violencia y trabajaron en dinámicas grupales previo a la selección.
Las capacitaciones de las aspirantes se desarrollaron en la Unidad Zumar del Municipio de Guayaquil, bajo la dirección técnica de la creadora del programa, sicóloga Virginia Marrero.
La especialista comentó que el plan piloto es con el objetivo de ayudar a las afectadas por la violencia que reconozcan el problema que tienen y busquen ayuda profesional para que lo superen, pero quienes no la padecen, la prevengan.
Marrero dijo que se les aplicó el test APGA, que contiene 5 preguntas, que permitió conocer el grado de funcionalidad o disfuncionalidad de la familia, en las que se mide la adaptación, participación, crecimiento, afecto y resolución. Esto permitió escoger a las primeras 30 mujeres idóneas para realizar talleres participativos en la comunidad, donde se buscó la intervención de los asistentes para que compartiendo sus experiencias, aprendan nuevas formas de solucionar sus problemas.
Llegaron hasta los bloques 1B, 2, 4, 5, 9 y 10 de Bastión Popular, después se evaluó el trabajo, que resultó exitoso y confirmó que eran idóneas.
Entre ellas estaban Andrea Rivera y Dominga Aldás, quienes habitan en Bastión y Mucho Lote, respectivamente.
Ellas coincidieron en que lo aprendido ha sido constructivo para la vida, porque ahora saben como mediar con sus hijos y cónyuges.
Para las promotoras es interesante ayudar a otros grupos familiares, especialmente, cuando se detectan familias multiproblemas, porque se remitirán esos casos para que sean tratados por especialistas del Centro de Violencia Intrafamiliar (CVI), ubicado en las instalaciones de Zumar.
Aldás recordó que al principió fue difícil, pero fueron tomando confianza y obteniendo la participación de los asistentes, porque no eran juzgados y , además, eran escuchados.
También, notó que cada opinión que se daba sobre un mismo tema se convertía en una sugerencia para afrontar determinado problema, para los demás. Finalmente, aseguró que recibieron la gratitud de los asistentes que les solicitaron regresar.
“Eso fue emocionante, porque nunca imaginamos que en nuestro primer día íbamos a tener esa aceptación, ya que a muchas personas no les gusta recibir consejos, pero nadie nace aprendiendo a ser padres”, aseveró Aldás.
Ella confesó que entró en la labor porque vive en un hogar disfuncional que está a punto de terminar, pero recibe ayuda profesional de Marrero y esto ha logrado mantener el matrimonio.
La mujer aseguró que tiene la esperanza de romper con la cadena de vida de tres generaciones, el divorcio. “Parece que ahora todo el mundo se casa pensando que si no se entienden la solución es el divorcio”, cuestionó.
Marrero dijo que en las exposiciones se mostraron carteles con los tipos de violencia, con el fin de que los asistentes asuman su realidad y reaccionen para terminar con ella y tener bienestar familiar.
El CVI se habilitará este mes con la atención de una sicóloga y un abogado, quienes darán asesoría especializada. Mientras que los casos más severos serán trasladados a la Fundación María Guare, mencionó Graciela Trelles, directora de Zumar.
Para el viernes 14 está prevista la segunda etapa de capacitación a 30 mujeres, hasta julio, en temas como: aprender a negociar con los hijos, evitar o controlar la ira para no descargarla en los más débiles y detectar familias multiproblemáticas.
Además, identificar actitudes sicópatas o sociopáticas criminales para determinar disparadores de violencia.
Trelles dijo que después de analizar la situación en que viven cientos de familia de Bastión Popular, se buscó la forma de guiarlos, educando a los padres y evitando repetir los problemas o dificultades que ellos vivieron en la niñez.
FUENTE: EL TELÈGRAFO (ECUADOR)
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