Si se menciona el género,en el imaginario social, automáticamente se asocia con alguna forma de violencia, como si la idea de violencia necesariamente debiera continuar a la conceptualización del genero (1) .Como si se tratase de un encadenamiento inevitable, definitivamente engranado en su manera de instalarse social y psíquicamente. Lo que sugiere una concepción homogénea de este tema que polariza al genero (hombres, mujeres y transgéneros) y lo ata a las violencias múltiples que enhebra víctimas y victimarios.
Parecería prudente pensar en una resignificación o reconstitución de categorías destinadas al análisis de los diversos procedimientos que las violencias implican, así como al análisis de sus efectos en sus protagonistas. Si continuamos manteniendo la antedicha asociación con distintas semantizaciones pero con el mismo significado, se arriesga vaciar de contenido aquello que pretendemos describir , explicar y modificar. Esta advertencia no invalida el uso actual de la oposición Género y Violencia, solamente reclamo revisión critica, desde un pensamiento actual, descolonizador. Cuestiono “el “marco teórico que utilizamos puesto que contamos con varios posibles,cambiantes, que no han sido determinados definitivamente. La dimensión política como unidad de análisis para rastrear novedades y tradiciones en el inagotable y fecundo campo de la violencia de género-contra las mujeres- es la perspectiva y el posicionamiento que el tema reclama.
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Historias
La rutina “Violencia de Género”se ha instalado no solo como carta de ciudadanía y performatividad , también como venturosa y prometedora modalidad : cuando en alguna institución se decide evaluar ,mediante comentarios o estadísticas, los temas asociado con el tema en el primer párrafo se postula la advertencia: es imprescindible una perspectiva interdisciplinaria así como respetar los principios de los Derechos Humanos.
Hasta la década del 80 no se hablaba de violencia de género (en realidad violencias de géneros) exceptuando en los nodos del feminismo. Haber incorporado la idea , globalizada e institucionalizada, constituye una apertura (sin que resulte evidente hacia dónde se abre, quiénes abren y que escenario miraremos en lo abierto) .La perspectiva proyecta un horizonte nuevo que se mueve y se desplaza. Desplazamiento no necesariamente advertido en el nivel de análisis que las teoría proponen, sobre todo porque las violencias entre los géneros acumulan necesidades impostergables, una de ellas el reconocimiento de las victimas (que la disciplina de la Victimologia anunció en décadas anteriores), así como su atención,reparación sumadas a alguna explicación asociada con los motivos que desencadenan los ataques y las victimizaciones. El arranque de tales explicaciones en el mundo de los y las psicoanalistas se ceñía a masoquismo femenino y diversas psicopatologias masculinas.
Junto con las Violencias de Géneros se fueron institucionalizando, progresivamente, los módulos llamados Asistencia a las Víctimas-con distintos esquemas según quien aplicara dicha Asistencia pero siempre en una misma dirección: la piedad,o la consideración o el derecho de las víctimas- garantizada por la inclusión estatal y la privada de la interdisciplina y los Derechos Humanos garantes de la Asistencia mencionada.(…)
En la década del 80 las incipientes ONG ,convocadas por mujeres que habían sido víctimas ensayaban sus primeros grupos de autoayuda. Hoy en día el horizonte ilumina un espectro polivalente y multicolor.
Asistencia y supervisiones
La Asistencia a la Victima se convirtió en un título que puede cobijar profesionales atentos , pero no necesariamente entrenados en los matices de las Violencias de Géneros y entre los géneros, con frecuencia carentes una formación que les permita pensar en un punto de partida para intervenir ante una víctima de violencia familiar, (exceptuando los cuadros que han sido preparados mediante alguna carrera de especialización y aquellos que adhirieron a alguna pasantia en hospital) (2). Poco probable que dispongan de información referida a la exigencia que actualmente propone la ética de las víctimas.
Los nuevos modelos que se utilizan en las instituciones que se ocupan de Violencias de Géneros recalan en supervisiones que se caracterizan por su constitución inter y transdisciplinaria. Seria preciso ahondar en la crítica que este modelo a la luz de la actual ecología de los saberes(…)
Es improbable que el equipo trabaje preguntándole a los lideres villeros o barriales cuáles son sus puntos de vista frente al “caso” con el que hay que trabajar. Y es improbable porque en general-con excepción del Programa las Víctimas contra las Violencias (3) - la denominada Asistencia a la Victima es intervención de escritorio.(En una institución está previsto el patrocinio de la víctima en tribunales o sea,en terreno).
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Quedan pendientes las angosturas y cerramientos en los que tales inter y trans pueden desembocar. (4)
Los Derechos Humanos
Las intervenciones en Violencias de Género apelan a ellos reiteradamente .No sabemos si se recuerda que fueron necesarias décadas de lucha para obtener derechos humanos de las mujeres, y sin advertir que a la luz de los estudios postcoloniales han sido consagrados a partir de una idea eurocentrista de “lo humano” (5) en busca de un anhelado universalismo. Fueron consignados de acuerdo con un ethos europeo (6) que disoció al mundo en un “nosotros” de donde provenían los conocimientos y las verdades, y los”otros” entre quienes se encontraban los bárbaros y los nativos. (olvidándose ,al mismo tiempo, de sus propias raíces parmenideas y semíticas). No se trata de oponerse a los Derechos Humanos,sino saber de qué estamos hablando cuando los mencionamos como estandarte garantista de lo que se llama Asistencia a las Víctimas. El reconocimiento de identidades locales y el multiculturalismo quizás morigeren la impregnación del ethos europeo, sin ser suficientes y además, instituyentes -como el multiculturalismo -de teorias discutibles
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La cual conduce a acompañar a la víctima que lleva impresa la marca del victimario,no es LA victima sino un sujeto victimizado,que equivale a la existencia de un agresor.
Sumergirse exclusivamente en los artículos de los Derechos Humanos,(sin matizar las diversas perspectivas posibles de cada historial) arriesga desplazarse de una lectura que revisa la concepción matricial universalista desde el ethos europeo de la cual partieron,sin implicar por ello una lectura anti imperialista de su historia.
El universalismo que las declaraciones de estos Derechos convocan reclama el cuidado de las subjetivaciones –y su estatuto relacional-que encontramos en cada historial y que deben ser rescatadas en el informe al juez.Citando a Appadurai (7) cuando pensaba en “dos conceptos gemelos hijos del iluminismo,lo universal triunfante y lo particular irreductible”
La Violencia de Género, enunciada entre nosotros mediante la ley 26 485(2010) nos enfrenta con la colisión que se produce entre quienes acceden al acompañamiento de las víctimas (8) ya sea en terreno o detrás de un escritorio de acuerdo a la canónica habitual de otras instituciones.
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En nuestras prácticas creamos un Programa cuyo título-para desesperación del personal administrativo de los ministerios-es Las Victimas contra las Violencias. En esa proposición, contra, cuya historia desde el Medioevo ocuparía un par de páginas, se concentra la necesaria demanda que esas mujeres deben plantear al Estado reclamando, activamente-pueden hacerlo si se las acompaña a partir de una ética de las víctimas- la sanción del agresor. Así como la estabilización de sus derechos incluidos en los humanos,con una perspectiva política que reoriente a los operadores en la dirección de saber escuchar los discursos que provienen de esas “otras” ,lo cual no equivale a “asistirlas” sino a reflexionar : ¿con qué cuento para pensar en esta violencia?.Conociendo la propia impregnación colonial y las limitaciones de los conocimientos universitarios.
En ese punto de inflexión,ejercicio mayor de modestia académica,se entrecruzan los estudios postcoloniales-dejando a la vista todo aquello que nos enseñaron parcialmente- y las políticas de emancipación intelectual que de ellos derivan.Precisamos una ecología de los saberes capaz de abrir los diques que contienen las culturas del sometimiento , el engaño y el abuso de poder de las que provienen esas “otras”, las víctimas. Paradojal espejo de quienes podríamos ¿?) estar sometidas, engañadas y victimizadas por el abuso de poder que los claustros universitarios ensayaron en nosotros/as.
1 GIBERTI E. GENERO Y VIOLENCIA- Conferencia , Colegio de Psicólogos de La Plata.Publicado Pagina 12 marzo 2008
2 Esta afirmación está avalada por la convocatoria que durante seis años(marzo 2006 hasta la fecha)realizamos –desde el Ministerio del Interior primero y el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos -después,para contratar psicólogos , trabajadores sociales y abogados destinados a formar parte del Programa las Victimas contra las Violencias que interviene en situaciones de emergencia y urgencia con víctimas de delitos contra la integridad sexual y también violencia familiar.
3 En alguna provincia, ciudad y localidad donde las Comisarias de la Mujer disponen de personal policial que concurre al domicilio de la víctima Podría existir alguna zona donde los psicólogos concurran al domicilio de la víctima para trasladarla, sin que nosotros tengamos conocimiento de ello.
4 Me refiero a los que conozco.
5 Resultaría extenso describir la idea de “lo humano”·desde esa posición colonialista. Es útil recordar los pueblos originarios,las personas transgéneros y las etnias no-blancas.
6 Revisado en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (Niza 2000),pero que aún no modifica los efectos del eurocentrismo en los países emergentes.
7 APPADURAI, A:(2001):LA MODENIDAD DEBORDADA. FCE.Ed. Trilce.Bs.As
8 Programa las Victimas contra las Violencias( Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
FUENTE: BLOG DE LA DRA EVA GIBERTI.
( Editado en REVISTA Imago Agenda. Marzo 2012
Recortes del texto original “Violencia de género, una expresión colonizada y rumiante”
Por Eva Giberti
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