Adolescentes que se atreven a controlar a sus parejas, a ningunearlas o incluso a decretar el vestuario que deben elegir. Los expertos alertan: el machismo juvenil, lejos de desaparecer, está creciendo.
Machistas de 15 años
“Estamos aquí diciendo todos que no vamos a pegar nunca a una mujer y llegas un día y a saber qué te pasa o lo que sea, la puedes pegar, eso surge, es que eso no puedes saberlo hasta que no estás en la situación de decir es que me has hecho esto, esto y esto y te pones nervioso y te pones de mala hostia” / “Pero es que el hombre no la pega porque no haya hecho nada, no llega a casa su mujer está sentada en la tele y se pone a pegarla, estaría loco” / “Hay que poner el friega platos y ayudarla. Hacen más que nosotros, la verdad. Pero bueno, son sus costumbres” / “Vale que esto es un pensamiento un poco antiguo, pero si el hombre se tira 10 horas fuera de casa y la mujer no tiene nada que hacer en el día pues oye qué menos que… no está obligada, pero que tenga el detalle de tener la cena preparada” / “Si se va de compras y se gasta todo el sueldo del mes, ¿qué haces, le besas los pies?” / “Tú ves a un chaval que le está diciendo a su piba tú haz esto y haz lo otro, y lo ves y dices, joder, tienes a la piba todo controlada, ¿eh?, pero no dices nada. Muchas veces es así” / “Si puede que piense que la mujer no debería tener tanta libertad… antes la mujer no podía hacer nada y ahora está en todos los lados”.
Los entrecomillados anteriores son frases pronunciadas por diferentes adolescentes varones residentes en Madrid de entre 12 y 17 años, recogidos en un informe sobre “violencia de pareja hacia las mujeres en población adolescente y juvenil y sus implicaciones en la salud” elaborado Dirección General de Atención Primaria de la Consejería de Sanidad. El estudio también recoge las impresiones de ellas:
“Se pone histérico y te hace así y tal, pero nunca me ha llegado a pegar. Pero no me deja ni tener amigos… chicos” / “Hombre, obligar, no te puede obligar, pero (…) a lo mejor para estar bien con él pues no lo haces ¿sabes?” / “A lo mejor también la mujer le machaca y un día le llega a agobiar tanto que no puede más y salta. Pero luego, cuando ya piensa bien las cosas se arrepiente de lo que ha hecho” / “Es incluso peor que te estén machacando día a día diciendo que eres una mierda y que no vales para nada, que que te den un guantazo. Y no sé, es machismo, yo creo, por parte del hombre a la mujer” / “Yo llevo con mi novio dos años y medio casi, ¿vale? Y sí, a veces estoy muy bien con él y demás, pero otras veces me cabreo porque es un poco machista. Muchas veces que hablamos de un futuro, de si algún día nos fuésemos a vivir juntos y me dice que yo le tengo que planchar la ropa, que yo le tengo que hacer la comida, que yo le tengo que coser las camisas. Digo, pero tú estás flipado (…). Nunca me ha levantado la mano en la vida, ni que se le ocurra, pero sí que es un poco machista”.
Todas estas opiniones reflejan pensamientos que perviven y han adquirido muchos jóvenes. La población juvenil generalmente rechaza el sexismo en general y la violencia de género en particular. Sin embargo, varios expertos señalan que las ideas machistas no están, ni mucho menos, erradicadas.
El doctor en Psicología y ex defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Javier Urra, que dirige el programa de reinserción de adolescentes Recurra, reconoce que el personal de la institución está “sorprendido por el repunte de machismo entre los chicos”. Luis González Cieza, jefe de Estudios, Programas y Formación, de la Agencia del Menor Infractor (organismo encargado de velar por el cumplimiento de las medidas judiciales para aquellos menores que han cometido algún delito en Madrid), también confirma que “hay comportamientos muy machistas que años atrás parecía que estaban desapareciendo y, sin embargo, están volviendo; está habiendo un retroceso”. Cierto es que son pocos los menores que cumplen medidas por delitos de maltrato: “la cifra es variable, pero no solemos tener internos a más de cuatro o cinco chicos por este motivo”, dice el especialista. “A esa edad los delitos de violencia de género se tardan en denunciar y muchas veces, cuando se hace, los chavales ya tienen más de 18 años, aunque las víctimas sí suelen ser menores”, explica González Cieza. “Además muchos de estos casos no se plantean como violencia de género sino simplemente como lesiones”, agrega.
Celos, Whatsapp, reggaeton
Pero, ¿a qué se debe este repunte? Nadie parece tenerlo muy claro. “Aún no sabemos muy bien por qué se está produciendo, sería necesario estudiarlo”, señala Urra. Entre algunas de las primeras hipótesis destaca el creciente uso de aplicaciones como Whatsapp, Facebook, Twitter que ofrecen información permanente y “son utilizadas como mecanismos de control por muchos novios”. La profesora y doctora de Derecho Procesal Marta del Pozo, señaló en una entrevista con Efe que “ellas asumen como algo normal que el novio censure su comportamiento, imponga su ropa, espíe su móvil o incluso no le deje espacio para estar con sus amigas”. “El tema de los celos se acrecienta con las redes sociales”, remarca Urra.
También el éxito y fomento del ocio que promociona estereotipos machistas podría ser otro factor influyente. Un ejemplo es el programa ‘Mujeres Hombres y Viceversa’ que de lunes a viernes a mediodía se emite en Telecinco. “Es un programa donde se establecen relaciones puramente corporales en las que la imagen es lo más importante y se refuerza el perfil de chico protector, perdonavidas, celosete… es muy preocupante”, señala el ex defensor del Menor de Madrid. Géneros musicales como el reggaeton, que incluyen frases tan explícitas como “y si ella se porta mal, dale con el látigo”, o libros como ’50 sombras de Grey’, que promueven la sumisión de la mujer pero tienen mucho éxito entre el público joven, lanzan mensajes que podrían influir en la perpetuación de estos estereotipos.
Prevención
Según el estudio ‘Igualdad y prevención de la violencia de género en la adolescencia’, elaborado por la Unidad de Psicología Preventiva de la Universidad Complutense de Madrid por encargo del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, más de la mitad de estudiantes españoles declaran que en clase no realizan “nunca o casi nunca” actividades para la construcción de la igualdad y la prevención del sexismo. Además, el 38 por ciento de los encuestados cree que en sus centros de estudio hay machismo en distintos grados. “No basta con que la escuela no sea sexista, sino que exige contrarrestar influencias que proceden del resto de la sociedad, erradicando un modelo ancestral de relación, basado en el dominio y la sumisión, que tiende a reproducirse de una generación a la siguiente a través de mecanismos fuertemente arraigados”, destaca informe. “Los chicos rechazan el sexismo y, sobre todo la violencia de género, de forma mayoritaria, aunque en menor medida que las chicas”, añade.
En 2013 nueve mujeres fueron asesinadas por sus parejas o ex parejas sentimentales en Madrid. La última, una mujer del 44 años fue pateada hasta la muerte por su ex marido (que confesó el crimen) en Torrelaguna. La cifra se ha incrementado un 50 por ciento (en 2012 se produjeron seis muertes). Sin embargo, en los presupuestos para 2014 de la Comunidad de Madrid, la partida para igualdad y violencia de género se reduce más de un millón de euros. A nivel nacional, 45 mujeres fueron víctimas mortales de la violencia machista. En lo que llevamos de año ya son siete las muertas en España, según los datos provisionales recopilados por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
FUENTE: NURIA VARELA
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