A fines de noviembre, PNUD y ONU Mujeres publicaron un informe regional sobre violencia hacia las mujeres que releva el debe y el haber del tema en la región. Neus Bernabé -especialista del Área Práctica de Género del PNUD- explica en esta entrevista cómo fue realizado y cuáles son los desafíos del tema a futuro.
Neus Bernabé es especialista del Área Práctica de Género del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). En esta entrevista explica cómo fue el proceso de diseño y realización del informe El Compromiso de los Estados: Planes y políticas para erradicar la violencia contra las mujeres en América Latina y el Caribe, que acaban de publicar PNUD y ONU Mujeres.
- ¿Cómo fue el proceso de elaboración del informe “El Compromiso de los Estados: Planes y políticas para erradicar la violencia contra las mujeres en América Latina y el Caribe”?
La investigación fue impulsada por el PNUD, en colaboración con ONU Mujeres, en el marco de la campaña del secretario general de Naciones Unidas Únete para poner fin a la violencia contra las mujeres. El objetivo fue sistematizar y compartir con los países de la región lo hecho para abordar la violencia contra las mujeres, y contribuir a mejorar los niveles de implementación. Así, durante una primera etapa se recolectó información y se realizaron entrevistas a las instituciones de gobierno responsables de los planes y acciones públicas. También fuimos a buscar a la sociedad civil y a las academias de 32 países de América latina y el Caribe. Ya con todo sobre la mesa, se revisó la documentación, se identificaron nudos o problemas comunes y se definieron recomendaciones. Todo el proceso llevó un año de trabajo.
- Preocupa percibir, a pesar del mayor activismo, sensibilización y concientización social, un aumento en la gravedad y ensañamiento de la violencia contra las mujeres. ¿Qué explicación le encuentra?
Gracias al compromiso, activismo y trabajo incansable de las organizaciones feministas y de mujeres la violencia contra las mujeres ha pasado de ser un tema marginal a convertirse en un problema público en varios países de la región. La denuncia continua, la demanda de soluciones, la visibilización del problema y la movilización social han ido en aumento y han conducido a la generación de un marco institucional y legal sobre la violencia contra las mujeres. Pese a estos avances, la magnitud del problema nos supera, se complejiza y se entrecruza con nuevas expresiones de violencia de género que hacen aumentar el ensañamiento de estas situaciones. Ha habido avances en leyes nacionales para tipificar la trata, el tráfico de personas y la prostitución forzada, por ejemplo, pero son temas que no están todavía suficientemente incorporados en los planes nacionales de violencia contra las mujeres.
- Resulta llamativo que solo once países amplíen la protección del Estado a los ámbitos público y privado.
La mayoría de los países de la región han dado un salto importante en sus legislaciones para romper con la idea de que la violencia contra las mujeres es un tema del ámbito privado. Ocho países de la región abordan en su legislación el derecho a vivir una vida libre de violencia, y once de ellos ya tienen leyes de segunda generación donde además de abordar el tema de la violencia intrafamiliar o doméstica incluyen otras manifestaciones de violencia que ocurren en el ámbito público.
FUENTE: COMUNICAR IGUALDAD - Por Mariana Fernández Camacho
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