miércoles, 6 de julio de 2016

WOMEN´S LINK DENUNCIA A LA COMISIÓN EUROPEA POR VULNERACIONES DE GÉNERO, DDHH DE MUJERES, NIÑAS Y ADOLESCENTES

La queja recoge las vulneraciones que sufren las mujeres refugiadas a vivir una vida digna, a vivir libres de violencia, a acceder a protección internacional, incluyendo el asilo, al acceso a servicios de salud, incluyendo la salud sexual y reproductiva y a la libertad de movimiento.




La organización Women’s Link presentó una queja ante la Defensora del Pueblo Europeo en la que denuncia a la Comisión Europea por no proteger los derechos humanos de las personas migrantes y refugiadas que intentan entrar por sus fronteras o que están ya instalados en su territorio, específicamente los de mujeres y niñas. 


La queja afirma que la Comisión Europea violó el marco normativo de la UE, así como sus principios y valores, al no realizar un análisis del impacto que el Acuerdo entre la UE y Turquía tiene sobre mujeres, niñas y niños. En la práctica, la Comisión está permitiendo la violación sistemática de los derechos de los colectivos más vulnerables, tal y como ha podido documentar la organización en dos misiones realizadas a Grecia y Turquía recientemente.

“Con este tratado, la Comisión Europea, y Europa en su conjunto, está haciendo dejación de sus funciones más básicas en la defensa de los derechos humanos. Pretenden mirar hacia otro lado cuando estamos viviendo la crisis de refugiados más grave en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. La declaración de Turquía como ‘tercer país seguro´, sin ninguna valoración sobre las consecuencias sobre mujeres y niñas es una receta catastrófica para la violación de sus derechos. No existe el concepto de ‘país seguro’ a menos que se analice caso por caso y eso no está ocurriendo”, afirma Viviana Waisman, presidenta de Women’s Link.

Es la primera vez que se presenta una queja ante la Defensora del Pueblo Europeo con un análisis diferencial sobre las consecuencias que el Acuerdo tiene para mujeres y niñas y niños refugiados. En la queja se expone que si la Comisión hubiera realizado un análisis del impacto sobre los derechos humanos que tienen sus políticas y acciones, y principalmente el Acuerdo con Turquía, hubiera evitado las dramáticas situaciones que hoy en día están viviendo los miles de personas refugiadas, y en particular las mujeres, niñas y niños, en territorio europeo.

La queja, presentada el pasado 21 de junio, denuncia que la Comisión Europea no ha tenido en cuenta ni ha tomado ninguna medida para garantizar el derecho a la dignidad de las personas migrantes y solicitantes de refugio. Women’s Link ha comprobado las extremadamente precarias condiciones de alojamiento, alimentación, aseo, iluminación y seguridad en que se encuentran las personas en los centros de detención y en los asentamientos informales, y principalmente las mujeres, niños y niñas. El acceso a servicios de salud es mínimo, las mujeres embarazadas no están recibiendo tratamiento médico adecuado y tampoco hay asistencia médica para bebés recién nacidos y niños pequeños, que se encuentran expuestos a múltiples enfermedades.

Estas condiciones colocan a mujeres, niñas y niños en riesgo de sufrir violencia por parte de autoridades y población local, de violencia y abusos sexuales, y los hace aún más vulnerables a las redes de tráfico y a las redes de trata de seres humanos con fines de explotación sexual.

El acceso al procedimiento de asilo y los plazos establecidos tampoco se realizan con la debida diligencia y la falta de personal, de traductores, de abogados y abogadas y el escaso plazo que hay para recurrir y apelar impide que el procedimiento de asilo se realice de manera individualizada aplicando una perspectiva de género y de derechos de la infancia.

“Es inadmisible que la Comisión siga actuando como si estas personas no estuvieran también bajo su responsabilidad. Esta queja contra la Comisión Europea es una llamada de atención para que pongan a las personas por encima de los intereses económicos y políticos y para que apliquen todos los tratados y directivas sobre derechos humanos, derechos de mujeres y de la infancia que ha adoptado la Unión Europea”, concluye Waisman.

La voz de las mujeres y de las organizaciones

Según cifras de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), más de un millón de personas han llegado a Grecia desde principios de 2015, mayoritariamente personas refugiadas de Siria, Irak y Afganistán.

El 85% de las personas refugiadas y solicitantes de asilo que han llegado a Europa han desembarcado en Grecia. En estos momentos la llegada por mar de mujeres y niños a Grecia supone el 60% del total. Mientras que en el año 2015 el 70% de la población que llegaba eran hombres. Esto supone que más mujeres, niñas y niños ponen en riesgo sus vidas y están en situación de mayor vulnerabilidad tanto en el tránsito migratorio como cuando llegan a Europa. El 38% de las personas migrantes que llegaron a Grecia hasta enero de 2016 eran niños.

Somod (nombre ficticio), mujer Siria de 50 años, viuda y con seis hijos, se encuentra en el puerto del Pireo en Grecia: “No duermo por las noches. Me siento en una silla afuera, vigilando las tiendas de mis nueras y mis hijos, para que nadie entre y les haga daño. Este no es un lugar seguro. Los afganos, que están al otro lado de la carretera interna del puerto, se emborrachan y pasan a nuestra parte merodeando para meterse en las tiendas de las mujeres. Yo soy responsable de toda mi familia”. Testimonio recogido por Women’s Link Worldwide durante su investigación.

Reem, mujer siria de 20 años que viajaba con su primo de 15 años, afirmó: “Nunca quise dormir en las instalaciones. Tenía demasiado miedo de que alguien me tocara. Las tiendas eran mixtas y fui testigo de escenas de violencia. Me sentía más segura mientras nos desplazábamos, especialmente en autobús, el único lugar donde podía cerrar los ojos y dormir. En los campamentos hay muchas probabilidades de que te toquen, y las mujeres realmente no pueden quejarse, porque, además, no quieren causar problemas que perturben el viaje.” Amnistía Internacional (2016). Las refugiadas sufren agresiones físicas, explotación y acoso sexual al atravesar Europa.

“Me gustaría que un hombre nos acompañara al baño pero no hay ninguno. Mi mayor miedo es el largo camino que hay que hacer hasta el baño y tengo miedo por mi seguridad”, nos cuenta una mujer Siria de 36 años que está en el campo de Vathi en Samos. Otra mujer afgana de 27 años añade “la situación es muy complicada en las duchas de mujeres. No hay cortinas pero no tenemos otra opción más que bañarnos sin cortinas. Si hay otras mujeres están en las duchas me siento más segura”. Human Rights Watch (Mayo 2016). Greece: Refugee ‘Hotspots’ Unsafe, Unsanitary.

“Muchas mujeres y niñas viajando solas están completamente expuestas, sin el apoyo de sus familias o comunidades que las protejan”, dijo Vincent Cochetel, Director del ACNUR para Europa. “E incluso aquellas viajando con su familia son frecuentemente vulnerables al abuso. Con frecuencia no se reportan los crímenes y en consecuencia no reciben el apoyo que necesitan. Incluso algunas mujeres nos han dicho que se han casado por desesperación”. ACNUR (2016). Este informe advierte que las mujeres refugiadas en continuo movimiento en Europa están en riesgo de violencia sexual y de género.

Fuente y foto: Amecopress. 

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