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martes, 30 de julio de 2013

SANTA CRUZ: CINGOLANI MÁS CERCA DE LA LIBERACIÓN

Estos días podrían ser los últimos que pase tras las rejas: el miércoles la Cámara del Crimen de Caleta Olivia dio lugar al pedido de excarcelación que presentó su abogado defensor. Quedará libre si la Fiscalía no apela.



Hace más de tres años Víctor Cingolani está preso en la alcaldía de Pico Truncado, por el crimen de Johana Casas, su ex novia y hermana de su actual esposa, Edith Casas.
Sin embargo, estos días podrían ser los últimos que pase tras las rejas: el miércoles la Cámara del Crimen de Caleta Olivia dio lugar al pedido de excarcelación que presentó su abogado defensor, Lucas Chacón.
“Estamos a la espera, tenemos diez días hábiles para ver si la Fiscalía apela la medida, pero tarde o temprano Víctor va a salir porque la Justicia así lo dispuso”, dijo a este portal el abogado, quien además adelantó que también presentó el pedido de libertad a la Cámara de Casación de Santa Cruz.
“Lo de Casación tiene que ver por el juicio en donde se encontró como autor material a Mariano Díaz. El fiscal señaló que no hay pruebas que involucren a Cingolani en la escena del crimen”, confirmó el letrado.

Fianza 

El Tribunal fijó una fianza de 200 mil pesos para que salga en libertad. Su familia ya presentó en forma de garantía dos autos y una propiedad. “Estamos esperando ansiosos a que salga y que la Justicia haga lo que realmente tiene que hacer”, señaló  la hermana de Víctor, Claudia Cingolani.
El caso. El 16 de julio del 2010, un hombre encontró en un descampado el cuerpo de Johana Casas (21). La habían asesinado de dos balazos: uno en el corazón y otro en las costillas. Desde el primer momento, el foco estuvo puesto en dos sospechosos: su pareja de aquel momento, Marcos “el Tosco” Díaz y Víctor Cingolani, ex de Johana que ya en ese entonces salía con su hermana gemela, Edith.
Según los investigadores, ambos se habrían puesto de acuerdo para matar a la víctima.
Cingolani fue el primer en ser apresado, mientras que Díaz se mantenía prófugo. En julio del año pasado, Víctor fue condenado a 13 años de prisión por ser el autor material del asesinato.
La causa tomó mayor notoriedad cuando Edith Casas decidió casarse con el asesino de su hermana, contra la voluntad de su familia. Sin embargo, la causa dio un gran giro hace poco más de un mes, cuando Díaz fue condenado a 12 años de cárcel por el mismo delito, aunque con un detalle: en la escena del crimen sí encontraron ADN y huellas que involucran a Díaz, no así a Cingolani.
No obstante, el futuro de Víctor es incierto. “Con mi mamá estamos preparando la casa para cuando salga, se va a ir a vivir con Edith ahí, a lo de mi vieja, porque ella está sola. Después, cuando pueda conseguir un trabajo y estabilizarse, verán”, se ilusiona su hermana. 

FUENTE: LA OPINIÓN AUSTRAL

viernes, 7 de junio de 2013

JUICIO POR FEMICIDIO DE JOHANA CASAS: PROCESARÍAN POR FALSO TESTIMONIO A TESTIGO

Procesarían por falso testimonio a testigo que “olvidó” acusar a Díaz

La declaración de Analía Vidal, ex mujer de Marcos Díaz, complicó su situación, ya que reveló que el mismo la agredió físicamente y hasta la amenazó con un arma de fuego. En tanto, Claudia Torres, cuñada del acusado de ser partícipe necesario del asesinato de la gemela Johana Casas, podría ser procesada por falso testimonio.

La situación procesal de Marcos “Tosco” Díaz continúa comprometida en el juicio oral y público que se desarrolla en la Cámara del Crimen de la ciudad de Caleta Olivia, desde el martes. El testimonio que prestara su ex mujer y el de otros dos testigos citados por la querella fueron claves para conocer otros pormenores sobre su personalidad y las contradicciones de sus primeras declaraciones.


TESTIMONIO

Analía Vidal aseguró que, mientras mantenía una relación sentimental, él la golpeó en reiteradas ocasiones e incluso la amenazó con un arma de fuego que Díaz habría dejado caer accidentalmente, provocándole además un hematoma en el hombro a la pequeña hija de ambos.
La mujer también relató ante los jueces Humberto Monelos (presidente), Laura Vallevela y Oscar Santucci que en una oportunidad el propio Díaz la mantuvo encerrada alrededor de 10 días en la casa de la madre de ella y que ni siquiera la dejaba salir a trabajar. Ello, según indicó, debido a que el imputado era una persona extremadamente celosa y posesiva que la controlaba todo el tiempo y no la dejaba sola en ningún momento.
Además, mientras ello ocurría, contó que en una ocasión su madre salió al patio de la casa y vio a Díaz subido arriba del techo para asegurarse que la mujer no saliera de la casa.

No se acuerda de nada

En la víspera, se sentaron en el banquillo Claudia Torres y Carlos Gutiérrez, quienes incriminaron aún más a Díaz. Ante la mayoría de las preguntas realizadas por el Tribunal y la querella, a cargo de Fabián Farías, Torres respondió “no recuerdo”, e incluso, cuando le leían lo que quedó plasmado en su primera declaración (del 11 de agosto de 2010), se limitó a decir que “cuando me tomaron la declaración el juez escribía cualquier cosa y me daba vueltas en las mismas preguntas para que yo respondiera más cosas”.
Además aseguró “no recordar nada”, ya que después de eso “tuve muchos problemas familiares y hay cosas que no recuerdo y que tampoco me interesan”. También sostuvo que se hartó porque durante la instrucción de la causa “me tuvieron ocho horas declarando”, aunque desde la querella se dijo que sólo fueron poco más de 3.
Ante la negativa de la testigo a recordar su declaración inicial, fue consultada por el Tribunal si estaba amenazada por alguien, a lo que respondió que no.
Al notar que no quería cooperar en la resolución del caso, fue advertida por el fiscal de Cámara, Carlos Rearte, que de continuar en esa posición sería detenida por incurrir en falso testimonio, no obstante lo cual continuó sin obedecer.
Es que cuando en su momento el juez de instrucción Leonardo Cimini Hernández le había preguntado si Díaz era capaz de matar, ella respondió afirmativamente “por todos los comentarios que se hacen de él y porque es un tipo muy celoso que la perseguía (a Johana) todo el tiempo y se hacía el matón”.

Además había dicho que Viviana, la hermana de Díaz, le comentó a otra persona que “Marcos se mandó una macana”, a las pocas horas de conocerse el crimen de la gemela, pero ayer dijo que no recordaba haber dicho eso.

Por otro lado, cabe mencionar que la posibilidad de que Claudia Torres fuera amenazada cobró fuerza al conocerse que luego de su declaración inicial solicitó custodia policial.

Inicio

Cabe recordar que el juicio comenzó el pasado martes. Ese día Valentín Casas, el padre de la joven que murió acribillada por disparos de arma de fuego, dijo sentado en el banquillo como testigo que “Marcos pertenece a una secta, jugaba al juego de la copa e ingresaba a cementerios para hacer cosas raras”.
Las primeras instancias fueron seguidas por los familiares de Johana Casas, quienes son testigos de la causa, tal el caso de su hermana gemela Edith, que a principios de año se casó con Víctor Cingolani, condenado por el homicidio.

El primero en sentase frente al Tribunal fue el acusado del delito de “partícipe del homicidio”, Marcos “El Tosco” Díaz, quien se negó a prestar declaración, sólo brindó sus datos filiatorios. Llegó a la Cámara en patrullero y permaneció en el calabozo hasta que pasadas las 09:00 horas dio inicio la primera jornada del juicio oral. 

Declararon los padres

Quienes declararon como testigos fueron los padres de la gemela: Valentín Casas y Marcelina Orellana.
El hombre dijo que la última vez que la vio con vida a su hija fue cuando, junto a Marcos Díaz, fueron a buscar a uno de los hermanos de la víctima para llevarlo a la escuela.
Entre sollozos contó, además, que fue “un crimen premeditado”, y aseguró que le recomendó a Johana que no anduviera con “ese tipo”, ya que “uno de los hermanos de Díaz, incluso, llegó a matar a su propio hijo cuando era un bebé. Si seguís con él vas a terminar igual”.
Por su parte, la madre de Johana, Marcelina Orellana dijo que “Díaz era muy exigente y obsesivo con Johana, la llevaba a mi casa y a los 15 minutos ya volvía a buscarla, no la dejaba tranquila”.
En ese punto destacó que “ni siquiera la dejó ir al cumpleaños de mi nieta, no la dejaba ni un minuto sola”. 

Fuente:  El Patagónico Y LA OPINIÓN AUSTRAL

FEMICIDIO DE JOHANA CASAS: DIAZ HABRÍA ENTREGADO EL ARMA A CINGOLANI

Comenzó a ser juzgado en la Cámara del Crimen de esta ciudad Marcos Díaz, último novio de Johana Casas, acusado de ser partícipe necesario en el crimen de la joven truncadense ocurrido el 16 de julio de 2010.




Se negó a declarar ante el tribunal y en la causa consta que fue él quien entregó el arma a Víctor Cingolani para que la matara.

Marcos Díaz junto a su defensor, Carlos Toledo Vargas, ingresó custodiado por efectivos de Infantería a la sala de audiencias de la Cámara del Crimen.Caleta Olivia (agencia)

La primera audiencia comenzó poco después de las 9:30 y el tribunal estuvo conformado por Humberto Monelos (presidente), Laura Vallevela y Oscar Santucci. La fiscalía fue asumida por Ramiro Chiartano, la defensa por Carlos Toledo Vargas y la querella por Fabián Farías.

Marcos “Tosco” Díaz fue trasladado desde la Seccional Primera de Pico Truncado vestido con una camisa de jean celeste, pantalón de vestir, una campera azul y zapatos de color negro. Pero lo más llamativo fue que se había cubierto con un apósito el tatuaje que lleva en la frente: una cruz invertida que para algunos simboliza al anticristo.

En todo momento se lo notó muy tranquilo, incluso cuando tuvo que sentarse en el banquillo de acusados, aunque se negó a prestar declaración y solo respondió consultas sobre datos filiatorios.

LA TRAGEDIA PERMANENTE

Quienes sí contaron su versión antes los jueces fueron los padres de la víctima, Valentín Casas y Marcelina Orellana, y su gemela, Etith Casas.

El primero de ellos dijo que la última vez que vio con vida a su hija fue cuando, acompañada por Díaz, buscó a uno de los hermanos para llevarlo a la escuela.

Entre sollozos sostuvo que para él fue “un crimen premeditado” y también relató que le había recomendado a Johana que no anduviera con “ese tipo”, ya que “uno de los hermanos de Díaz incluso llegó a matar a su propio hijo cuando era un bebé. Por eso le dije que si seguís con él vas a terminar igual”.

Además, denunció ante los jueces que el imputado pertenece a una secta y que en reiteradas oportunidades lo vieron de noche en el cementerio de Pico Truncado con otros sujetos participando del “juego de la copa” y provocando destrozos de tumbas.

Por su parte, Marcelina Orellana dijo que “Díaz era muy exigente y obsesivo con Johana. La llevaba a mi casa y a los 15 minutos ya volvía a buscarla; no la dejaba tranquila”.

En ese punto destacó que “ni siquiera la dejó ir al cumpleaños de mi nieta. No la dejaba ni un minuto sola”.

Además relató que vio una vez llegar a su hija “con un moretón en la cara y cuando le pregunté qué le había pasado, me dijo que se había golpeado jugando con él (por Díaz)”.

Cabe señalar que inicialmente Díaz estuvo detenido por poco tiempo ya que no había pruebas que lo comprometieran hasta que el ADN de una colilla de cigarrillo delatara su presencia en el lugar del crimen. Luego (durante el período de instrucción de la causa) dio una versión insólita para justificar ello al señalar que Johana acostumbraba a guardar las colillas de él en un  paquete vacío.

Por otro lado, según consta en la causa, el viaje que realizó en la mañana siguiente del asesinato a la localidad de Comandante Luis Piedra Buena no tenía una razón justificada y se considera que fue un claro intento de huir, ocasión en la que también se habría desecho del arma.

Además no resulta convincente el hecho que haya dejado sola a Johana en horas de la madrugada en un descampado, teniendo en cuenta que era una persona extremadamente absorbente.

También se constató que luego de la hora del deceso no le mandó más mensajes de texto a su celular porque ya sabía que estaba muerta. Además, se pudo saber que el día anterior le había enviado un mensaje cada 18 minutos durante un lapso de 6 horas.

CINGOLANI CUMPLE SU CONDENA

A todo esto, la justicia procura establecer en este juicio la relación que tenía Díaz con Cingolani y sus respectivos nexos con Johana Casas, que fue asesinada de dos balazos el 16 de julio de 2010, a pocos días de cumplir los 20 años de edad, en cercanías al Bridasaurio de Pico Truncado.

Por el crimen, Cingolani fue juzgado hace un año y se encuentra cumpliendo una condena de 13 años de prisión. El caso cobró notoriedad internacional cuando el 14 de febrero de este año contrajo matrimonio con la gemela Edith Casas.


FUENTE : EL PERIÓDICO AUSTRAL