viernes, 16 de octubre de 2009

"Callar o mirar para otro lado sostiene la violencia"


Fuente: http://www.ellitoral.com/index.php/id_um/45308

Violencia familiar y abuso sexual

Lo aseguró la directora del Centro de Asistencia a la Víctima ante cientos de jóvenes que participaron de una jornada de concientización. Especialistas remarcan la necesidad de prevenir y asistir a las víctimas.

Mitos y justificaciones

“Por algo será”, “algo habrá hecho”, “un coscorrón a tiempo previene males mayores”, “en el matrimonio hay que aprender a soportar todo”, “a mí me pegaban y tan mal no salí”, son algunas de las frases con las que se intenta justificar el uso de la violencia en el seno de la familia.
En este sentido, Laura Manzi -directora del Centro de Asistencia a la Víctima de la Defensoría del Pueblo de la provincia- remarcó: “Si bien la violencia se da entre dos personas -el violento y el violentado-, no son sólo dos los protagonistas. Los espectadores también juegan un rol: aceptar, callar, mirar para otro lado, no son conductas neutras, sino que sostienen la situación de violencia”.

El documental -que fue proyectado por primera vez en 2002 y es el resultado de seis años de investigación- desnudó algunos mitos en torno de la violencia familiar, como creer que es una situación que se da exclusivamente en las clases bajas, que la violencia es producto de una enfermedad o que es la propia mujer la que genera el abuso de la fuerza.

Los testimonios de las víctimas de violencia y abuso sexual familiar son el principal aporte del video. No sólo mujeres, sino también hombres, adolescentes y niños aportaron sus estremecedores relatos. “Me pegaba y decía que lo hacía porque me quería, me celaba, me cuidaba y para que yo aprendiera”, contaba ante cámara una mujer.

Círculo de la violencia

Según los especialistas, el funcionamiento de la violencia se puede explicar a través de la idea de un círculo, con tres fases. Comienza con la acumulación de tensión -caracterizada por la violencia psicológica, insultos, peleas fuertes y/o amenazas-. Esto deriva en el estallido o fase aguda, donde se producen golpes y, a veces, abuso sexual. Un tercer momento está dado por la reconciliación: el golpeador/a llora, pide perdón y jura que no lo va a volver a hacer.

“Esta situación confunde a la víctima, que queda desorientada. La violencia familiar es muy compleja porque se trata de que la persona que amamos -y que puede ser el padre de nuestros hijos- es la que maltrata”, explicó Manzi.

En esta desorientación, la víctima tiende a disculpar al violento y, en la búsqueda de una explicación -difícil por lo anteriormente señalado- se culpa a sí misma.

Romper el silencio

Para salir de este círculo de violencia -que irá aumentando cada vez más hasta culminar, en algunos casos, con la vida de la víctima- es necesario la intervención de un tercero, que puede ser un vecino, otro familiar o un profesional -un psicólogo, asistente social, abogado-. Pero para que otra persona intervenga, “hay que romper las barreras del silencio”, como aseguró una de las mujeres que dio su testimonio en el documental.

Se puede recurrir a la comisaría más cercana, donde se recomienda radicar una denuncia y no sólo una constancia. “La diferencia entre la denuncia y la constancia es que esta última es letra muerta, no activa la maquinaria judicial. Podría llegar a servir en un futuro juicio de divorcio, pero no posibilita que se activen las dos vías que abre la denuncia: la penal -por el delito de lesiones leves o graves- y la de protección a las víctimas”, detalló Cadoche.

Sin embargo, uno de los testimonios audiovisuales evidenció que el hecho de ir a la comisaría no garantiza siempre que la denuncia sea radicada. ¿Qué hacer en caso de que la policía se niegue a tomar la denuncia? Si existen marcas visibles de violencia, se puede ir a la Comisaría 1ra. para que el médico policial deje constancia. También se puede concurrir al Centro de Asistencia a la Víctima, que se encargará de chequear por qué determinada comisaría se negó a tomar la denuncia, además de proporcionar su ayuda y contención profesional.

Finalmente, los especialistas remarcaron la necesidad de informar y concientizar sobre la problemática y de garantizar la asistencia a las víctimas y también a las personas golpeadoras.

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