lunes, 19 de octubre de 2009

Violencia doméstica: el 75 por ciento de las víctimas son mujeres adultas


Fuente: http://www.notife.com/noticia/articulo/983447.html

La tendencia se reitera en el ámbito de la provincia de Santa Fe. En la capital santafesina, el Tribunal de Familia Nº 2 recibió, en los últimos 10 meses, 1.117 expedientes por esta causa.

18-10-2009 | 09:03 hs.Autor: · Fuente: UNO Santa Fe
La Oficina de Violencia Doméstica (OVD), creada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, concluyó que el 75 por ciento de las mujeres afectadas por ese tipo de episodios son adultas, tras analizar denuncias de un total de 6.021 afectadas, de las cuales 4.493 tienen entre 22 y 59 años de edad. Es decir, tres de cada cuatro víctimas de esta metodología de avasallamiento a los derechos humanos son mujeres adultas.

En la ciudad de Santa Fe el Tribunal de Familia Nº 2 recibió, en los últimos 10 meses, 1.117 expedientes de violencia familiar –casi el 36 por ciento de los ingresados a través del mismo. En tanto, la provincia se encuentra en plena depuración del registro de las denuncias policiales bajo esta carátula.

En diálogo con Diario UNO, María Rosa Ameduri, directora provincial de la Mujer (dependiente del Ministerio de Desarrollo Social), confirmó: “Por la cantidad de denuncias que tenemos referencias en este momento y por la cantidad de situaciones que nos llegan a la Dirección para asistencia, el porcentaje no variaría más que en un punto en relación al informe elaborado por la Oficina de Violencia Doméstica”.

—¿De qué manera se está trabajando en la provincia para atacar este problema?
—Se comenzó con la decisión política de armar una dirección que tenga una planificación acorde a las necesidades de cada región. Se está trabajando con la regionalización, y lo que intentamos es tener una delegación en cada una de las cabeceras de estas regiones. Esto es como mínimo, porque en realidad el abordaje de la violencia hay que hacerlo desde lo local. La intención es tener una espacio físico reconocible en cada región para brindar apoyo a los equipos locales que ya están trabajando. Estamos articulando el trabajo con los gobiernos locales y con algunas ONG.

—¿Con qué situación se encontraron cuando se creó la dirección?
—Había muchas cosas para hacer, todo para hacer. Fundamentalmente porque lo que plantea esta gestión es un cambio de paradigma. Hay muchas cosas rescatables y buenas que se estaban haciendo, pero nosotros intentamos transversalizar con una perspectiva de género la política pública. Eso lleva mucho tiempo, al igual que consensuar, acordar y articular con otros sectores gubernamentales y no gubernamentales.

—¿Qué es más difícil: concientizar, tratar a la víctima o prevenir?
—El desafío más importante es cumplir con el principio fundante de esta dirección, que es que se cumpla la legislación y todos los pactos nacionales e internacionales relacionados con los derechos de las mujeres. Es lo más difícil, porque hay zonas de nuestra provincia donde ni siquiera se visualiza la problemática de la violencia y donde las poblaciones están demasiado distantes de los efectores que pueden atender la situación. La realidad que plantean las diferentes regiones es muy disímil. Por eso lo más complejo es brindar igualdad de oportunidad en cuanto al acceso a las instituciones para las mujeres que atraviesan esa situación.

—¿A qué regiones se refiere?
—Cuanto más te alejás de las ciudades urbanamente más desarrolladas, la cuestión se hace más difícil. No es lo mismo para una persona que sufre una situación de violencia estar en un ejido urbano, donde tiene una comisaría de la mujer, ONG o juzgados de Familia que le pueden brindar una cobertura, que una mujer que quizás tiene una delegación de la Policía en el próximo pueblo.

—Y en el resto de las regiones, ¿se entiende de qué se trata?
—A pesar de ser reiterada, esta problemática todavía no es totalmente entendida. Si la violencia es un desequilibrio de poder, y hay pautas culturales que la sostienen, es muy difícil ir contra esas pautas. Todo depende de la posibilidad de sociabilización y de sostenimiento de estas pautas patriarcales.

El estudio elaborado por la Nación establece que en cuanto a la relación que une a las personas afectadas y denunciadas se observa que la relación de pareja es la predominante en un 84 por ciento de los casos, mientras que el resto de las relaciones es filial, fraternal o de otro familiar hasta el cuarto grado de parentesco.

Los datos aluden también a las personas “subafectadas”, aquellos en los que no es necesario que la persona se encuentre presente en la sede de la oficina, sino que su situación de violencia puede ser referida por quien posee un vínculo de parentesco.

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