Su esposo la amenazó con hacerla deportar para impedirle ver a su hija de 3 años.
Otra fue a dar a la sala de emergencias golpeada por su esposo, que la había traído de Vietnam con la promesa de una vida feliz en Estados Unidos.
Una más, sujeta a un matrimonio forzado desde hace años, era repetidamente obligada por su esposo a tener relaciones sexuales.
Eventualmente las tres huyeron a Mosaic Family Services, que da atención a inmigrantes y refugiadas víctimas de violencia doméstica.
La organización no lucrativa de Dallas cuenta con un albergue de 35 camas y brinda servicios de asesoría y jurídicos sin costo.
Dejar a un cónyuge abusivo puede ser extremadamente difícil para cualquiera, pero las inmigrantes y refugiadas enfrentan obstáculos que parecen insuperables.
Es frecuente que no hablen inglés, estén desempleadas y no sepan manejar. Pueden no ser ciudadanas, lo que sus verdugos utilizan para someterlas.
Además, algunas vienen de países donde las mujeres soportan una fuerte presión familiar y cultural para que sigan con su esposo, dice el Walter Nguyen, director ejecutivo y fundador de Mosaic.
Más de 30,000 incidentes de violencia doméstica fueron reportados en el Norte de Texas en 2009, el año más reciente para el que hay estadísticas.
De ellos, 12,000 ocurrieron en Dallas. No hay estadísticas de cuántas víctimas eran inmigrantes o refugiadas. En 2009, 111 mujeres murieron en incidentes de violencia familiar.
En el caso de alto perfil más reciente, Trini Do y cuatro miembros de su familia murieron a finales de julio en una pista de patinaje en Grand Prairie cuando su esposo les disparó y se disparó a sí mismo en una fiesta de cumpleaños del hijo de la pareja.
Do, cuya familia inmigró de Vietnam en 1994, ya había intentado dejar a su esposo.
Pidió una orden de protección pero posteriormente la retiró diciendo que su esposo le prometió dejar de maltratarla.
Nguyen, refugiado de Vietnam, dijo que las actitudes culturales pueden hacer especialmente difícil a los inmigrantes y refugiados denunciar abusos.
"En nuestra cultura, que una víctima denuncie un abuso o a un asesino en potencia está casi vedado. No quieren que nadie sepa que denunciaron al esposo", dijo Nguyen.
"La denuncia no se da, y aún si se da, la sociedad no la condona. Los vecinos dirán 'se lo merecía' ".
Agregó que algunas víctimas vienen de países que carecen de programas contra la violencia doméstica.
"No conocen para nada sus derechos", dice Mirjana Omeragic, directora de programas en Mosaic y refugiada de guerra bosnia.
Mosaic distribuye folletos en idiomas como el árabe y el vietnamita en lavadoras automáticas, salones de cuidado de las uñas y en supermercados étnicos para llegar a esas mujeres.
FUENTE. AL DÍA TX.- Por KIM HORNER/DMN
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