En España hay miles de niñas que corren el peligro de ser víctimas de la mutilación genital femenina, una práctica ancestral que los inmigrantes subsaharianos han importado y que varias ONG y organismos públicos luchan por erradicar.
Se trata de hijas de inmigrantes senegaleses, malienses o nigerianos, entre otros, a quienes la tradición manda extirpar el clítoris y los labios vaginales como parte de su transición a la edad adulta, para mantenerse limpias, castas y apetecibles para los varones.
Este lunes, 6 de febrero, se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Tolerancia Cero a la Ablación, una práctica reconocida internacionalmente como una violación de los derechos humanos por la que, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año 5 millones de niñas sufre la extirpación parcial de sus genitales externos.
Proteger a las víctimas potenciales de ablación
"Cuando ves una mutilación genital por primera vez te quedas en estado de shock; cuando ves que sucede en España comprendes que tienes que luchar contra ello como sea", asegura la subinspectora de los Mossos d'Escuadra, Rosa Negre, que encabeza la operación para erradicar esta práctica en Cataluña.
"Todos estamos pendientes de las niñas y atentos a su evolución: médicos, enfermeras, maestros; en cuanto sospechamos un cambio actuamos", explica del funcionamiento de este programa por el que, el año pasado, se abrieron diligencias a 25 familias en Gerona impidiendo así la posibilidad de ablación de 36 niñas.
"No vale con amenazar con la ley y la cárcel, hay que convencer a madres y padres de que la ablación es mala para la salud de sus hijas, que es un atentado contra su integridad y que tiene profundas secuelas físicas y psicológicas", explica.
Prueba de ello es la condena a seis años de prisión que la Audiencia de Teruel impuso el pasado mes de noviembre al padre de una niña nacida en Alcañiz (Teruel) que fue sometida a la ablación a la edad de ocho meses en Gambia, un país en el que ocho de cada diez niñas sufre mutilación genital femenina.
Cataluña, el ejemplo
Esta ONG imparte cursos de formación y sensibilización para personal sanitario y ha editado unas guías sobre la mutilación genital femenina y cómo prevenirla para "concienciar a la sociedad de que el horror de la ablación también se produce en España".
Velasco subraya que en España no solo hay que luchar contra las creencias de los inmigrantes, también contra quienes piensan que se trata de un tema tradicional propio de otras culturas que hay que respetar, aunque ésta es una actitud cada vez más minoritaria.
Pero en Andalucía "falta dar el siguiente paso: llegar a la comunidad y trabajar con las asociaciones de mujeres inmigrantes, sólo ellas pueden acabar con esta horrible tradición", explica Velasco, quien ha trabajado 30 años en África y sabe bien de la influencia de los mayores.
"Las abuelas africanas tienen muchísima importancia y la presión social para mutilar a las niñas aunque vivan en España es muy grande", advierte Bombo N'dir, una activista senegalesa que lleva 13 años viviendo en España y es vicepresidenta del Equipo de Sensibilización contra las Mutilaciones Genitales Femeninas (EQUIS).
"Cuesta más convencer a la mujer recién llegada y mucho más difícil trabajar con los hombres porque tienen un desconocimiento total de la mujer y estás hablando de cosas de las que no se habla jamás", subraya esta activista convencida de que con mucha pedagogía y trabajando también en los países de origen es posible erradicar esta práctica ancestral sin fundamento médico ni religioso.
FUENTE. OBSERVATORIO DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO - MADRID
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