En el último “Informe anual de la situación carcelaria” el Observatorio de DD.HH de Río Negro denuncia que las mujeres detenidas en General Roca están a distancia de un candado de los detenidos por abuso sexual.
Hace un año denunciamos en “Hijas de Eva” que las mujeres detenidas en General Roca lo estaban en las celdas de castigos. También denunciamos- entre una lista demasiado larga de irregularidades- que varias de ellas habían solicitado prisión domiciliaria porque tenían hijos menores de 4 años, una de ellas enferma de Sida; al tiempo que mostramos el estado escatológico del lugar de detención.
Hace un año preguntamos al director de la cárcel por qué las mujeres detenidas en la U9 de Roca estaban en las celdas de castigo, contestó que porque no había un mejor lugar para ellas. Pero, tras la denuncia hecha por este medio, las internas de Roca fueron trasladadas al Maruchito, una sucursal del penal mencionado, pero en condiciones distintas.
La situación ambiental mejoró para ellas, pero no advertimos- hasta conocer el informe de la situación carcelaria 2011 del Observatorio de DDHH- que las mujeres siguen siendo un problema menor para el director de esa cárcel, aunque ellas multipliquen amenazas y temores.
Las presas de Roca están separadas por un pequeño candado de los detenidos por abuso sexual.
En el Centro de Ejecución Penal 2 de General Roca, denuncia concretamente el informe anual : “Las mujeres se encuentran en otra dependencia del centro de ejecución penal N°2, denominado Maruchito, que actualmente conviven delimitados solamente por una puerta con candado de pabellones habilitados para detenidos varones, que en su mayoría están condenados por diversos delitos sexuales.”
¿Qué más dice el informe?
Que el estado de una de las principales cárceles de Río Negro no mejoró en nada con respecto al informe del año anterior. Que la comida sigue siendo mala y escasa en nutrientes; que el estado sanitario es alarmante; que la cárcel es un lugar insano e inseguro. Que allí se siguen usando mecheros, los detenidos hacen conexiones clandestinas para no pasar frío o calentar agua; que circula droga, que suele ser vendida por guardiacárceles; que la visita sanitaria es casi un acto colectivo, pues ocurre sin privacidad; que siguen haciendo requisan vaginales y vejatorias; que el hacinamiento no sólo es un problema sino que es causa de conflictos cotidianos; que condenados y procesados están todos mezclados.
El informe señala una larga vulneración de derechos desde el día del ingreso al Penal hasta el día de la salida. Cuenta que allí usan gas pimienta y golpean e insultan a los internos, que “en este establecimiento existen lugares clausurados llamados “buzones”, en los que habitan entre 2 y 6 personas, en las siguientes condiciones:- 2 celdas que miden 4×3 m2 c/u. / sin luz natural./sin calefacción./-sin mesa y silla./-sin ventilación./-sin comunicación con el resto del establecimiento, ni con el exterior./- con apenas 2 horas de patio (el mismo hay un pozo de basura tapado con una madera). No conforme con esto, la visita permanece encerrada con el interno y sus compañeros de celda, en este lugar y en estas condiciones, hasta 8 hs.”
Registra el informe del Observatorio de DDHH de Río Negro, que se ocupa hace una década de monitorear la situación de todo tipo de lugares de encierro en la provincia, que las requisas a los internos las suelen hacer tipos encapuchados, inclusive durante el tiempo de visitas. Que los baños no tienen puertas y siguen siendo letrinas. Que tampoco hay médicos ni atención sanitaria básica, que reclaman odontólogos de modo constante; que hay plaga de cucarachas, que el agua sale marrón, que es permanente el olor a cloacas y que queman pan para mejorar el ambiente, pues no hay buena ventilación y que no es el único olor, también hay un inquietante olor a gas.
El Observatorio también constató que los castigos son crueles, inhumanos y degradantes como uno de los tantos que describen: “Pudimos observar que en celdas individuales de 1,90×1, 50m sean alojados hasta 2 internos en un periodo de 24 hs de encierro durante 13 días.”
Y que ahí, en un Penal que pocos saben que también las aloja a ellas, las mujeres también son más discriminadas.
Nada que no haya constatado en Juez de Ejecución de la Pena, Juan Pablo Chirinos. Es más, produjo un fallo en 2010, en el que afirmó: “En estas condiciones doy por probado que existe una situación generalizada en la cual los internos se encuentran sometidos a condiciones inhumanas y degradantes, violando lo dispuesto por el Art. 18 de la Constitución Nacional, el Art. 23 de la Constitución Provincial y los arts. 13, 14, 16, 18, 19 y 30 de la Ley 3.008….”(Expte. Nº 235-JE10-10 caratulado “Juzgado de Ejecución N° 10 S/ informe Observatorio de Derechos Humanos”.), fallo en el que responsabiliza de tal situación a los tres poderes del Estado y mediante el cual resuelve no superar un mínimo de internos en la superpoblada cárcel de Roca.
El encierro de ellas
La mirada de género es algo ignorado en el sistema carcelario argentino. El contundente número de varones que pueblan las cárceles ya no es excusa para incorporar esta mirada, en tanto hay mujeres allí que requieren de una mirada singular. En ámbitos como el ejército y la policía, donde también existe una mayoría masculina, el Estado procura avances en este sentido. También en el Poder Judicial, desde su cúpula, se procura instalar este enfoque. Es decir, ya es exigible.
Reproducimos algunos párrafos del Informe Anual del Observatorio que exponen la situación de las mujeres privadas de libertad:
“Las ventanas de los pabellones de varones dan al patio de mujeres. El lugar fue reacondicionado tomado muy poco en cuenta las necesidades y problemas de las mujeres encarceladas que son diferentes a las de los hombres…Las necesidades físicas, mentales y emocionales de las mujeres reclusas difieren de las de los hombres reclusos. En el penal no se ofrecen los cuidados adecuados que se necesitan durante la maternidad y el período prenatal, o un acceso apropiado a productos de higiene femenina. La mujer tiene necesidades diferentes en relación a ciertos problemas, por ejemplo, de adicción a sustancias, enfermedades psicológicas, manejo del enojo, un pasado con maltrato psicológico, físico o abuso sexual. La mayoría de las mujeres del penal son madres, además de -muchas veces- ser únicas cuidadoras de sus hijos. No se implementan formas de ayudarlas a mantener los lazos familiares. Observamos que muchas veces no se toman en cuenta los derechos de los/as niños/as, hijos/as de madres encarceladas.
La celda destinada a alojar internas carece de un sistema apropiado de ventilación e iluminación natural, es pequeña (2mts x 3mts) y no posee comodidades. Los pabellones no se encuentran diseñados para alojar niños/as: las celdas y los pabellones no tienen lugar disponible y adecuado para los niños. El hacinamiento en los pabellones produce que las condiciones higiénicas no sean las adecuadas, especialmente para la permanencia de niños y mujeres embarazadas.
Los baños y duchas no están diseñados ni se encuentran en condiciones para ser usados por niños/as. No cuentan con servicio de enfermería, y las entrevistas con el gabinete criminológico no se realizan. No tienen acceso a la educación, ni a talleres”.
Tampoco pueden trabajar aunque piden hacerlo. Tampoco son escuchadas cuando reclaman sus controles ginecológicos periódicos. En síntesis, un patrón grave de violación a los derechos humanos más elementales; que las cárceles de Río Negro siguen a años luz de los estándares internacionales, y en lo que refiere a derechos de las mujeres, en particular.
El presente documento es el resultado trabajo del del Observatorio de Derechos Humanos de Rio Negro, Comisión Cárcel en el Establecimiento de Ejecución Penal N°2 de General Roca, Río Negro. Se ha elaborado tomando en cuenta normas y estándares internacionales vigentes en la Argentina relacionados con las condiciones de detención, así como normas constitucionales y de la legislación penal sobre la materia.
FUENTE: SUSANA YAPPERT - Blogs " Hijas de Eva"
No hay comentarios:
Publicar un comentario