La progresiva incorporación de la mujer en la toma de decisiones de consumo, supone un gran cambio en los hábitos de gasto de las familias chinas
El espectacular desarrollo que han tenido la economía y la sociedad china en los últimos años, ha permitido que este país reproduzca a una velocidad vertiginosa las transformaciones sociales que en otras épocas tuvieron los países occidentales. Uno de los ámbitos en el que los cambios están siendo más evidentes es el de la igualdad de las mujeres, que cada día son más tenidas en cuenta por la sociedad y están alcanzando cotas de igualdad que antes se consideraban inimaginables.
Pese a que generalmente la igualdad de género no se analiza desde el punto de vista económico, las consecuencias de esta evolución para la economía china son evidentes y la mayor participación de las mujeres en la toma de decisiones a la hora de gastar supone una revolución del mercado, que está cambiando radicalmente los hábitos de gasto de sus consumidores y ha obligado a las empresas a adaptar sus productos a esta nueva realidad.
Hasta hace algunos años, las mujeres chinas no tenían ni voz ni voto en las decisiones de la familia, pero ahora reciben una mejor educación, consiguen poco a poco mayores oportunidades profesionales y tienen más independencia financiera. Por estos motivos, su contribución al gasto familiar se ha incrementado de forma dramática durante las últimas décadas y mientras en los años 50 rondaba el 20% y en la década de los 90 no llegaba al 40%, en la actualidad el porcentaje del consumo familiar femenino ya supera el 50%.
Estos cambios sociales han generado una nueva forma de pensar en las mujeres chinas, especialmente en las más jóvenes, que son más independientes y ambiciosas en el consumo que las de generaciones anteriores. Esta evolución ha tenido una incidencia directa en el consumo de las familias que progresivamente han abandonando un estilo de vida ahorrativo y han incrementado sus gastos. En este sentido, la encuesta de la revista Mujeres de China (WOC) refleja cómo mientras en 2006 la tasa de ahorro de las mujeres en zonas urbanas fue del 55%, en 2009 se redujo al 24%.
La igualdad de género también les ha ofrecido a las mujeres chinas la posibilidad de ocupar puestos de liderazgo en la gestión corporativa y la iniciativa empresarial. De acuerdo con la “2011 China Rich List”, elaborada por la revista de Shanghai Hurun Report, de las primeras 20 billonarias del mundo 11 son chinas.
Este aumento del poder de las mujeres y de su capacidad económica puede afectar potencialmente los modelos de negocio en el mercado financiero en dos aspectos: en primer lugar, porque como directivas las mujeres tienen voz y voto sobre las estrategias de inversión de la riqueza de la empresa y segundo porque como consumidoras, a través de sus decisiones de gasto, influyen indirectamente en las estrategias que las empresas adoptan para vender sus productos. Además, el mayor acceso de las mujeres chinas al mercado de trabajo también ha transformado sus papeles en la familia, que son menos patriarcales, pues la voz femenina ahora tiene mayor capacidad de decisión. Como resultado de esto, las preferencias de consumo y de inversión de las mujeres juegan un papel cada vez más importante en la estructura del gasto familiar.
Nuevas estrategias de venta
El dinero gastado por las mujeres se ha convertido en una parte significativa del “gran poder de consumo chino”, un concepto que se está convirtiendo en el ‘mantra’ de los negocios internacionales.
El gasto de las mujeres chinas representa una parte del pastel que ningún vendedor de productos quiere perderse y por eso las empresas de bienes de consumo y los proveedores de servicios dirigidos a este segmento están compitiendo para poner en marcha campañas de promoción, con el fin de atraer nuevas consumidoras.
De acuerdo con una encuesta de Nielsen, en el 2010 la confianza de consumo de las mujeres chinas entre 30 y 39 años alcanzó el mismo nivel que la de los hombres de la misma edad y hay una creciente tendencia a que estas consuman en el futuro bastante más que los hombres, ya que las jóvenes están dispuestas a pagar más por sus artículos favoritos.
“El futuro es femenino”, dijo HSBC asertivamente en una encuesta en el 2010 sobre los bienes de lujo, destacando la importancia de las consumidoras al tomar decisiones de inversión en muchas empresas globales. Las mujeres eligen cuando se trata de las compras diarias o aquellas al por mayor, ya que de acuerdo con la WOC en 2011 las esposas tomaron el 77% de las decisiones sobre los gastos de la familia.
Todos estos cambios en el patrón de gasto de los consumidores chinos están forzando a las empresas a reformar sus estrategias de venta, teniendo en cuenta patrones de consumo femeninos. Por ejemplo, la industria de los muebles de hogar ha adaptado diseños y materiales para complacer los gustos de las mujeres, ya que son estas las que amueblan las casas, sin importar quién pague.
Además, las mujeres no solo gastan dinero en sí mismas, sino también en todos los miembros de la familia. Por lo que sus preferencias determinan su propio consumo y el de sus familias (gasto en ropa, educación, salud y tiempo libre, entre otros), lo que hace que su influencia sea aún más determinante.
Implicaciones de negocio
Todos estos cambios en el mercado chino hacen que la visión que se tiene de este país desde el exterior varíe y mientras en el pasado se consideraba como un mercado monolítico, las empresas ahora están teniendo una mejor comprensión de la dinámica de género y están realizando más estudios sobre las diferencias en el comportamiento y la psicología del consumidor masculino y femenino.
Las mujeres tienen diferentes valores a la hora de tomar las decisiones de consumo y, en comparación con los hombres, tienden a comprar más y a gastar más dinero en productos de cuidado personal y en alimentos. Además, son conscientes tanto de la marca como del precio, mientras que los hombres solo tienen en cuenta las marcas que prefieren. Segmentaciones del mercado como estas ayudarán a las empresas a producir mejores productos y crear efectivas estrategias de marketing. Por ello las compañías que compitan por captar la demanda femenina deberán tener en cuenta las especiales características de las consumidoras chinas, introduciendo ciertos valores y pensamientos femeninos en sus decisiones estratégicas y comerciales.
Está claro que la igualdad de género afecta a la economía y ha producido grandes cambios en los hábitos de consumo del gigante asiático, por eso es fundamental que las empresas que deseen vender sus productos en China sean conscientes de los cambios que se están produciendo en su sociedad y, aunque solo sea por motivos económicos, se esfuercen en realizar los cambios en sus estrategias encaminados a adaptarse a una realidad que cambia a velocidad de vértigo.
Únicamente las empresas que tengan en cuenta estos cambios en sus estrategias empresariales y que sepan adaptarse a ellos, tendrán éxito en los próximos años. Aquellas que ignoren este progresivo acceso de las mujeres chinas al mercado de consumo y que no tengan en cuenta sus especiales características, diferenciadas tanto de los patrones de consumo de los hombres como de los de las mujeres occidentales, tendrán mayores dificultades para tener éxito a la hora de vender sus productos en el gigante asiático.
FUENTE: AmecoPress.
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