No alcanza; parece que nada es suficiente para tratar de desterrar el sentido de posesión que se arroga el poder masculino sobre las vidas de las mujeres.
No basta con leyes ni penas para frenar la violencia hacia ellas, porque el fin no es que existan más varones en las cárceles, sino que no haya más mujeres víctimas de femicidios.
Este año esos crímenes en Argentina —de enero a septiembre— ya suman 209 víctimas. El 64 por ciento de los casos fueron cometidos por parejas o exparejas; 70,5 por ciento de las mujeres tenían entre 19 y 50 años, 14 por ciento de las víctimas habían realizado denuncias previas o medidas judiciales de exclusión del agresor.
A la vez, 5,3 por ciento de los agresores pertenecían o pertenecieron a fuerzas de seguridad (policía), mientras 293 hijas e hijos quedaron sin madre y cerca del 70 por ciento son menores de 18 años.
En cuanto a femicidios vinculados, se registraron 293 víctimas. Éste es el asesinato de aquellas personas que quedan encerradas en "la línea de fuego" con el fin de impedir el asesinato de la mujer. También se califica de esta manera a la persona del círculo familiar o afectivo que es asesinada por el victimario con el fin de hacer daño a la mujer.
Estos datos fueron difundidos por el Observatorio de Femicidios Adriana Marisel Zambrano, perteneciente a la asociación civil La Casa del Encuentro, durante la presentación del libro Por ellas…ellas: 5 años de informes de femicidios, que se realizó en días pasados en la Embajada de los Estados Unidos en Buenos Aires.
El libro fue elaborado por La Casa del Encuentro y cuenta con el apoyo del Centro de Información de la ONU (CINU) y el financiamiento de la Fundación Avon y la Embajada de Estados Unidos en Argentina.
El texto reúne informes de los femicidios registrados en los últimos cinco años y, a su vez, un conjunto de reflexiones acerca del accionar de la justicia, la incorporación de esta figura en el Código Penal argentino y el impacto psicológico de la violencia en niños y niñas, entre otras aristas.
Considerado una herramienta fundamental para dimensionar la magnitud social de la violencia más extrema sobre las mujeres, el volumen registra que, entre 2008 y 2012, fueron 1.223 las mujeres víctimas de estos crímenes, lo que indica que cada 35 horas una mujer es asesinada en Argentina.
Como resultado, han quedado sin madres 1.520 hijos e hijas, 63 por ciento menores de edad, dato con el cual "quisimos informar el impacto que tiene este fenómeno en la sociedad", señaló Fabiana Túñez, coordinadora de La Casa del Encuentro.
"El libro no es un registro de números, sino las historias de las mujeres víctimas", agregó Túñez durante la presentación. Por ellas: 5 años de informes de femicidios (http://www.porellaslibro.com/) invita a reflexionar sobre los avances para erradicar la violencia de género.
Cuando La Casa del Encuentro comenzó esa tarea en 2008, no sólo no existían estadísticas oficiales, sino que tampoco había legislaciones al respecto. Luego, en 2009, se sancionó la ley 26.485, que apunta a la protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, y en 2012 se tipificó el femicidio en el Código Penal.
Durante la presentación del libro, el director del CINU, David Smith, subrayó que el femicidio "no es aceptable y nunca es excusable", a la vez que indicó que la violencia de género alcanza índice de "pandemia en todo el mundo".
Silvia Zubiri, directora ejecutiva Fundación Avon, reflexionó que en Argentina son evidentes los avances en cuanto a violencia de género.
Antes "se hablaba de crimen pasional, pero en estos momentos todos saben que es violencia de género", precisó. "Hay leyes; sin embargo, esperamos que algún día La Casa del Encuentro no tenga la necesidad de seguir elaborando estos informes", dijo.
Túñez puso énfasis en la necesidad de más políticas públicas y prevención, a la vez consideró evidente que las mujeres han perdido la vergüenza para denunciar.
En tanto, Ada Rico, directora del Observatorio de Femicidio, refirió que la mujer que denuncia "no recibe la contención necesaria, es maltratada. Los dispositivos tendrían que estar mejor aceitados para que la mujer que dio ese paso se sienta contenida", refirió.
Túñez reconoció que, efectivamente, hay falencias respecto a la asistencia directa a las víctimas, porque (la asistencia) "debe ser sostenida en el tiempo, y para eso es necesario invertir, debe haber más presupuesto para que los especialistas estén capacitados y profesionalizados para asistir".
"No podemos olvidar que las denuncias han aumentado, pero también han aumentado los femicidios con denuncias previas. Ello está mostrando que alguna parte del dispositivo está fallando", añadió.
En cuanto a la visión social de la violencia de género y los idearios que aún perduran y culpabilizan a las víctimas, Túñez subrayó que "el gran desafío es la deconstrucción de la cultura patriarcal que aún busca mecanismos más complicados y sutiles para seguir justificando al agresor. Debemos empezar a pensar una nueva forma de educación basada en la igualdad, en la equidad y que sea libre de violencia".
Entre otros desafíos, Túñez habló de modificar el currículo educativo "para que no se tome a la mujer como algo que se compra, que se vende, que se viola, que se mata. Todavía, a pesar de los avances, esta percepción aún perdura".
Feminicido o femicidio
En América Latina se usan dos vocablos diferentes para definir a la violencia más extrema hacia las mujeres: femicidio y feminicidio. Sin embargo, ambas palabras poseen una diferencia, ya que femicidio es una de las formas más extremas de violencia hacia la mujeres, es el asesinato de una mujer cometido por un hombre, por considerarla de su propiedad.
En cambio, el feminicidio es un término construido por la antropóloga mexicana Marcela Lagarde que supone, además, otros factores como impunidad, la complicidad de los Estados que no condenan los asesinatos de mujeres y que los legitima por acción u omisión.
"Nosotras hablamos de femicidio en Argentina porque no podemos decir que el Estado, por acción u omisión, sea cómplice de los asesinatos de mujeres. Sí consideramos que el término feminicidio está bien aplicado cuando el Estado termina siendo cómplice de esos asesinatos, como es el caso de México. No podemos decir que en Argentina no hay leyes y que no se hacen cumplir", manifestó Túñez.
Hogar, el infierno jamás pensado
El 56 por ciento de los femicidios de este año se produjeron en el hogar y desde el 2008 hasta 2012, seis de cada 10 fueron cometidos en el hogar compartido, o el hogar donde la mujer había intentado construir una nueva vida.
"El hogar es el lugar indicado por la sociedad para la mujer como el espacio ideal donde se la designa reina o ama, es paradójicamente el lugar donde ha sido confinada por el varón violento para poder ejercer control y mantenerla aislada", refieren Ada Rico y la investigadora Silvia Lommi en el libro.
Fuente: Ameco Press/ POR NORMA LOTO
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