viernes, 17 de abril de 2015

JUCIO DE FEMICIDIO EN 9 DE JULIO: LA ESPERA DE LA SENSATEZ

Título original: A la espera de la sensatez

El crimen de Sandra Villalba, ocurrido en la ciudad de 9 de Julio, tendrá sentencia hoy. El proceso, según los familiares y allegados, está rodeado de irregularidades. El acusado tiene detención domiciliaria, pero camina libremente por las calles.







El Tribunal Criminal Nº3 de Mercedes dictará sentencia hoy al mediodía en el juicio por el femicidio de Sandra Villalba, ocurrido en 9 de Julio, provincia de Buenos Aires, en 2011. El único imputado es su marido, Marcelo Vicente Gamella, quien llegó al juicio en el marco de algunas “irregularidades”, según denuncian sus familiares. “Los vecinos pueden cruzarse con el femicida por las calles porque goza de arresto domiciliario –obviamente que violado–, lo que implica que prevalece la impunidad. Tendrán estos jueces la posibilidad de revisar esto y por fin otorgar la justicia que reclama la familia de Sandra”, dijo Flavia Delmas, de la Red de Monitoreo para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra Mujeres-Provincia de Buenos Aires, que junto a otras organizaciones sociales y vecinos se vienen movilizando en la localidad bonaerense para apoyar a la familia de Villalba.

El juicio oral y público se desarrolló los días 7, 8 y 9 de abril. En esa instancia declararon todos los testigos que en su momento lo habían hecho y volvieron a ratificar lo dicho. “Por ejemplo, la ex mujer del imputado había sufrido lo mismo. Dijo que era muy agresivo, de pegar. Es más, se tuvo que separar producto de esto. Todos los testigos acreditan la violencia del imputado hacia las mujeres”, relató a este diario Pablo Harguindegui, abogado junto a Marcelo Peña, de la familia de Sandra.

Villalba era madre de dos hijos, un varón y una mujer, que hoy tienen 21 y 24 años. Trabajaba para la municipalidad de 9 de Julio, en Barrido y Limpieza. En el juicio se reconstruyó que durante 16 o 17 años fue víctima de todo tipo de violencias por parte de su pareja, el patovica Marcelo Vicente “Boli” Gamella. Hacía seis meses que se habían casado. “La hija de Sandra, de 23 años, testimonió que a los 12 años se fue de la casa porque no soportaba los golpes que le daba a Sandra”, dijo Harguindegui. El hijo varón de la pareja fue quien encontró a su madre muerta en la casa, en la madrugada del 10 de diciembre de 2011. La habían matado a golpes de puño y roto la cabeza en el costado izquierdo con un objeto contundente como un fierro.

Sandra Villalba era hija única. Su padre, Omar Villalba, está destrozado en la espera de justicia. Amalia Cappannari, su esposa desde hace 12 años, dijo a este diario: “Queremos que sea condenado porque tenemos la seguridad de que la mató él. Están dadas todas las pautas de que es la única persona que estaba en el lugar del hecho”. “Un día me dijo que se había roto un diente. Otro día tenía un golpe en la cara. Siempre mentía que se caía de la moto”, dijeron los padres.

Villalba está preocupado por lo que pueda pasar. Viene denunciando “desprolijidades” en la causa, como que le hayan concedido prisión domiciliaria a Gamella durante una feria judicial y sin hacerle exámenes psicológicos. Además denuncia que el imputado viola ese arresto domiciliario. También que los días del juicio no llegó acompañado por una custodia policial como debería, sino por una de sus hijas; y que salía en los cuartos intermedios a tomar café en el mismo bar donde estaban los familiares y amigos de Sandra Villalba.

La causa está caratulada “homicidio agravado por el vínculo”. Hoy el tribunal definirá si condena a prisión perpetua a Gamella o lo deja en libertad. “Pedimos además la revocación del arresto domiciliario”, dijo Harguindegui, ya que una posibilidad sería que lo condenaran y que a su vez le mantuvieran el arresto domiciliario hasta que la sentencia quedara firme. Podrían ser años.

Por otro lado, entre las preocupaciones de la familia está el hecho de que hubo tres testigos que pidieron que se desalojara la sala al declarar, ya que habían recibido amenazas para que no hablaran contra Gamella. Ante este panorama, Villalba se mostró abatido: “No sé qué puede pasar. Los abogados tienen mucha fe. Ojalá que se haga justicia. Ningún testigo salió a favor de él, nada, nada. Uno que declaró a favor de él se equivocó. Eso sí, tenemos el apoyo de la gente de 9 de Julio”.

Delmas destacó que en estos días hubo dos fallos ejemplares por violencia de género: en Azul se reconoció que la mujer que mató a su marido, quien la golpeó durante años, lo hizo en defensa propia (ver aparte) y en La Matanza dieron cadena perpetua a un femicida.

Fuente: Página 12

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