La marcha de Ni Una Menos dio visibilidad a un problema antiquísimo que, sin embargo, no es desde hace demasiado tiempo considerado como tal: la violencia de género, que con sus múltiples manifestaciones circunda los ámbitos más diversos de la sociedad. En un contexto de progresiva sensibilización frente a las violencias de este tipo, las universidades nacionales decidieron aunar los esfuerzos que venían llevando a cabo individualmente para darles forma a dos redes de cooperación. Por un lado, el Ministerio de Educación, a través de la Secretaría de Políticas Universitarias, lanzará hoy, en el marco de la primera Jornada Nacional Universidad y Políticas de Género e Igualdad, la Red Nacional Interuniversitaria de Políticas de Género y Diversidad, con el objetivo poner en vinculación a universidades, organizaciones de la sociedad civil y áreas de gobierno. Por otro lado, la semana que viene se presentará en la Universidad Nacional de San Martín (Unsam) la Red Interuniversitaria por la Igualdad de Género y contra las Violencias, con la mirada dirigida hacia lo que ocurre dentro de las instituciones universitarias.
La primera Jornada Nacional Universidad y Políticas de Género e Igualdad –que se realizará hoy desde las 11 en el salón Vera Peñaloza del ministerio, en Pizzurno 935– contará con tres actividades centrales. En primer lugar, un panel de rectoras de universidades nacionales inaugurará la jornada de debate, que se desplegará en cinco comisiones de discusión y tendrá cierre con las palabras de la subsecretaria de Gestión y Coordinación de Políticas Universitarias, Laura Alonso, y de Victoria Montenegro, del Consejo Nacional de las Mujeres. Por otro lado, se entregarán los premios del segundo concurso de afiches convocado bajo la consigna de “Violencia de género y protección de los derechos humanos”.
También se lanzará la Red Nacional de Universidades y Políticas de Género y Diversidad, con la participación de instituciones de todo el país. La red apuntará a promover la transversalidad de las temáticas de género, con la intención de que alcancen progresivamente no sólo las currículas, sino también las agendas de docencia, investigación, extensión y bienestar universitario. Asimismo, la iniciativa impulsa a cada universidad a crear su propia área dedicada a cuestiones de género, para desde allí poder articular con políticas públicas y entablar diálogo con organizaciones políticas, sociales y culturales que trabajen en el tema.
“Lo que nosotros intentamos en todas las políticas que llevamos adelante desde la SPU es que la universidad acompañe el proceso de inclusión que se viene dando en estos últimos años de expansión de derechos y profundización del modelo democrático y no que corra atrás de eso”, dijo Alonso a Página/12. La subsecretaria alertó sobre “el rol central de la universidad tanto en la producción de conocimiento como en la producción y reproducción de muchas situaciones que suceden cotidianamente en nuestra sociedad”, por lo que consideró necesario “asumir que la universidad también educa y que en la transmisión de ese conocimiento la perspectiva de género tiene que estar presente”.
Por otro lado, la Red Interuniversitaria por la Igualdad de Género y contra las Violencias, que se lanzará el próximo jueves 3 en la Unsam, es una iniciativa de 25 universidades preocupadas por “pensar, evaluar y transformar a las universidades hacia adentro”. “Queríamos trabajar lo que no estaba visibilizado pero venía pasando, que son las formas de discriminación, hostigamiento, maltrato, acoso sexual que suceden dentro de las instituciones universitarias, que hasta ahora no han asumido el rol de sancionar y erradicar este tipo de actitudes”, señaló en diálogo con este diario Vanesa Vázquez Laba, directora del Programa contra la Violencia de Género de la Unsam, de donde surgió la iniciativa.
El programa contra la violencia en la Unsam fue lanzado en 2014 como respuesta institucional al doble femicidio de Valeria Gioffre, alumna de esa casa de estudios, y de su madre, Silvina Eiriz, cometido en 2013. Sin embargo, según Vázquez Laba “el desafío fue abordar los casos internos: trabajar con denuncias que hacen las estudiantes, docentes y no docentes por situaciones que viven adentro con colegas, y que interpelan fuertemente a la institución”. “La interpelan para pensar en códigos de convivencia –continuó–, en cómo actuar en casos de acoso de, por ejemplo, un docente a una alumna o de violencia entre alumnos. Todos estos vínculos laborales, educativos, no se pensaban como vínculos donde se podían generar distintas situaciones de violencia”, añadió.
Diserante: Victoria Montenegro |
Vázquez Laba explicó que la particularidad que tienen los casos dentro de la universidad es que implican trabajar sobre la “violencia simbólica”, categoría bajo la que ingresan, por ejemplo, los chistes o los ejemplos misóginos, homofóbicos, lesbofóbicos o transfóbicos. En este sentido, señaló que es fundamental hacer un trabajo de “sensibilización”, que suele encontrar “muchísimas resistencias”.
La directora del programa aseguró que la universidad tiene un rol fundamental en el combate contra la violencia de género porque, según datos de la ONG La Casa del Encuentro, los femicidios aumentaron en la mujeres de entre 18 y 30 años, que son las que más circulan por las universidades. Del mismo modo, Vázquez Laba sostuvo que la “detección temprana” es una herramienta central para quienes creen que “la violencia es una conducta que se aprende y que se puede desaprender”, y confió en que este tipo de iniciativas tendrá impacto a corto plazo en la sociedad.
Fuente. Página 12 - Informe: Delfina Torres Cabreros.
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