domingo, 2 de abril de 2017

INVISIBILIZADAS, LAS MUJERES DE MALVINAS

TÍTULO ORIGINAL: Mónica Liliana Rodriguez. " Borramos una parte de los que nos pasó"


MALVINAS ARGENTINAS


Sometidas e invisibilizadas durante muchos años, las mujeres de la guerra hasta llegaron a naturalizar el olvido para que no las afecte. Todas trabajando actualmente en la Fuerza, posguerra asumieron la misma postura. Cada una fue a su destino y la premisa “usted no tiene que hablar, olvídese, acá no pasó nada”


Así lo manifestó la veterana de guerra, desmemoria que atribuye en parte a la poca visibilización del rol de la mujer durante el conflicto. “Nuestro inconsciente quizás es sabio y uno lo guarda y no afloró hasta estos últimos años”, expresó en diálogo con Tiempo FM quien también celebra la reivindicación de los últimos años, devolviendo la memoria.







La hoy en día vicecomodoro Mónica Liliana Rodríguez, directora de la Unidad Docente de Enfermería del Hospital Aeronáutico Central (HAC), pertenece al reducido grupo de mujeres reconocidas oficialmente como veteranas de Malvinas, en 2014. Previo a esto, estuvo invisibilizada junto a 13 de sus pares, con quienes estuvo en Comodoro Rivadavia y otros lugares brindando atención y contención a los soldados heridos en combate durante el conflicto bélico de 1982.
A los 26, directora de la Unidad Docente de Enfermería del Hospital Aeronáutico Central (HAC), ingresó a la Fuerza Aérea Argentina, en 1981, y al año siguiente le tocó ir a Malvinas. Durante la entrevista recuerda que les informaron que “había que desplegar al sur. No sabíamos adónde”. Durante ese primer día se formaron dos comisiones: una, la que desplegó el Hospital Reubicable y que estuvo allí durante todo el conflicto y no fue llevada a Malvinas por cuestión de logística, y la otra cumplió funciones en un hangar cercano a la pista de la IX Brigada Aérea.
Llego a Comodoro Rivadavia el 27 de abril con un grupo de compañeras y la incertidumbre de no saber lo que iba a pasar. El 1° de mayo tuvieron el bautismo de fuego de la Fuerza Aérea, lo que según la propia protagonista “fue muy chocante, fue cuando comenzamos a recibir los primeros heridos que llegaban al continente”. También recuerda que recibían a todos los heridos a la noche, momento en que se hacían los cruces a la Isla para no ser detectados. Por esas horas Rodríguez estaba a cargo del quirófano y tenía todas las cirugías, un grupo atendía los “pie de trinchera” –congelamiento de los pies- en el Hangar y otro en el hospital a los más graves. Una tarea, hasta hace poco, poco valorada y recordada.

La vida posguerra

Sometidas e invisibilizadas durante muchos años, las mujeres de la guerra hasta llegaron a naturalizar el olvido para que no las afecte. Todas trabajando actualmente en la Fuerza, posguerra asumieron la misma postura. Cada una fue a su destino y la premisa “usted no tiene que hablar, olvídese, acá no pasó nada”, fue parte de varios años después del conflicto. Crearon su propio escudo.
En ese sentido Rodríguez expresó: “Nuestro inconsciente quizás es sabio y uno lo guarda, y no afloró hasta estos últimos años que comenzó con la visibilización de las mujeres”, manifestó la Directora, al referirse a cómo fue su vida luego de aquella participación.
Remarcó que ni siquiera entre ellas hablaban del tema, algo que cambió hace 4 o 5 años, a pesar de haber tenido antes el reconocimiento de la FA y el Congreso. Entrando más en detalles, contó que no recuerda cómo la recibió su familia tras la guerra, misma situación que pasaron sus compañeras: “Es como que borramos una parte de lo que nos pasó”.
Para Rodríguez fue una experiencia inolvidable, retenida en el inconsciente,  que “ahora la podemos hacer oír. Antes no se podía”.


Profesión: militar y enfermera. Mónica Rodríguez en primera persona.

“Me incorporé a la Fuerza Aérea en el año 1981 como cabo principal, cuando ya tenía el título de enfermera profesional. En el ‘84 fui a la Escuela de Aviación Militar y, luego de seis meses de instrucción, obtuve la jerarquía de alférez. Al tiempo, la Fuerza comenzó a incorporar licenciados en Enfermería como oficiales pero yo ya era primer teniente y había obtenido la licenciatura por motus propio”, narra la Vicecomodoro.
A lo largo de tantos años al servicio de la FAA, Rodríguez señala dos hitos que marcaron su carrera como profesional de la salud y como personal militar: su participación en el Conflicto del Atlántico Sur y en la misión de paz de Naciones Unidas en la República de Mozambique.
En 1993, Mónica se desenvolvió como enfermera en el Hospital Reubicable que se instaló en Machava, a 15 kilómetros de la capital de Mozambique, donde se asistió sanitariamente a las tropas de otras naciones, a personal diplomático y a la población local, detectando diferentes enfermedades como malaria, parasitosis y HIV.
“Creo que las mujeres de la Fuerza Aérea Argentina fueron las primeras de América Latina en participar en misiones de paz (…) Yo fui en la segunda tanda; éramos cuatro enfermeras y vivíamos en una carpa. Durante seis meses trabajamos incansablemente. Fue una experiencia muy dura pero a la vez muy enriquecedora para mi profesión”, asegura la Vicecomodoro y finaliza: “Nunca me casé; aboqué mi vida a mi carrera y a perfeccionarme. No es por falsa modestia, pero me emociona saber que gracias a mi aporte se cambió la enfermería en la Fuerza Aérea”.

fuente: Tiempo Sur 



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