martes, 6 de noviembre de 2018

MOOBING Y ABUSO DE PODER, DELGADA LÍNEA ROJA

El mobbing puede definirse como las conductas de hostigamiento y  persecución intensa o extrema violencia que sufre una persona y que se prolongan en el tiempo y tienen como fin dañar psíquicamente al trabajador.
En cambio, los conflictos interpersonales en el trabajo pueden ocurrir ocasionalmente y son identificados como tal.

Por otra parte, el abuso de poder se se distingue por tratarse de conductas de hostigamiento pero que no tendrían como fin el daño psíquico del trabajador, sino que pretenden investirse de un poder del cual se carece.

La Organización Mundial de la Salud define el mobbing como una situación de violencia recurrente dirigida a una persona con el fin de aislarla de un grupo laboral, caracterizándose por conductas crueles y hostiles que se convierten en tortura psicológica para la víctima. Las conductas pueden ser:


  • Rumores y calumnias
  • Aislar o excluir 
  • Insultos o motes
  • Ignorar o no dejar participar 

Mobbing vs. abuso de poder

La línea divisoria entre lo que significa el mobbing y lo que es el abuso de poder es muy fina y muchas veces se tiende a equiparar el uno con el otro.

En la empresa “la violencia y el acoso nacen de la necesidad de poder y la perversidad”  (Marie France Hyrigoyen)

En el ambiente laboral, los juegos perversos de abuso de poder son muy frecuentes, mucho más de lo que nos imaginamos. La cuestión reside en que muchas veces las agresiones y malos tratos son silenciados, naturalizados y pasan a formar parte de la conducta diaria y aceptada por el contrato laboral.

Por otra parte, tenemos que el abuso de autoridad está muy unido al abuso de poder.
Cuando hay abuso de autoridad, la persona suele tener una jerarquía reconocida por todos como se da en el caso de los políticos.

El caso del político es un caso común de abuso de autoridad ya que es conocido por todos, tiene el poder que  “genera” conflicto de intereses cuando los sobornos aparecen.

Si en tu lugar de trabajo has sido víctima de agresiones o malos tratos recurrentes es momento de actuar para prevenir males mayores tanto a nivel personal como laboral. 

El abuso de poder genera desgaste psicológico que se traduce en una baja de productividad y ausentismo.

Te ofrecemos tres consejos para enfrentarlo:

Identificación del abuso: Debes analizar fríamente el comportamiento de la persona que puede estar acosándote. ¿Es así sólo contigo o se comporta igual con los demás compañeros? ¿Son conductas ocasionales o recurrentes? ¿Es molesto o perturba tu trabajo?

Es fundamental evaluar bien para identificar si la persona  que nos molesta tiene claras intenciones de perjudicarnos a nivel personal o laboral o si simplemente es una persona conflictiva que incomoda a varios también. En este último caso, la mejor estrategia podría ser ignorar y evitar a esa persona.

Confrontación del abuso : Nuestra actitud laboral debe ser lo más profesional para poder manejar nuestras relaciones con los mejores resultados posibles. Para ello. es importante no ponernos emocionales y marcarle los límites al abusador manteniendo nuestro control.
Para no convertirnos en un blanco fácil cuando alguien intenta perjudicarnos en nuestro trabajo es de suma importancia demostrar y expresar nuestro disgusto frente a esas actitudes.

No debes dejar pasar ni ignorar el abuso, domina las emociones y actúa inteligentemente expresando firmeza y demostrándole a la persona que te desagrada su comportamiento y no estás dispuesta a permitirlo.

Denunciar el abuso: Si la situación de acoso laboral se sale de tu control o perturba tu desempeño laboral es necesario que se lo comuniques a tu superior inmediato. Para ello, es importante es que tengas pruebas sólidas así como argumentos válidos de que esa persona está perturbando tu desempeño laboral.

Es importante reprimir las emociones y actuar de la forma más profesional posible al expresar tu disgusto por las actitudes del abusador.

Mientras más racional y controlada sea la descripción de los hechos mejor aceptación tendrá por parte de la empresa lo que llevará a un más pronta posibilidad de solución .

Cuando se trata de tu jefe la situación cambia y lo mejor es intentar dialogar para plantearle tu disgusto y si ves que su actitud se mantiene deberás apelar a instancias superiores de ayuda como el departamento de Recursos Humanos de la empresa, buscar un cambio de área o hasta incluso ver la posibilidad de búsqueda de nuevas oportunidades en el área laboral.

Fuente: Juspin - Por Judy Golisnki


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