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viernes, 23 de noviembre de 2018

EL ESTADO AUSENTE

Título original: Menos blanquitos, menos bien vestidos.



En el video de la moto, el intercambio entre “los muchachos de Avon” más bien gira en torno del temor que el acoso produce y del dolor que genera, en consecuencia, en otra persona. Es una mirada a la que podría contraponerse al argumento “le gusta que la mire” o inclusive a que “es normal, está acostumbrada”, y por eso pienso que es desacertada por ser muy parcial. Hubiese sido preferible un fundamento en torno al respeto por y entre las personas como sujetos de derechos y sujetos de deseo; premisas que, por ejemplo, orientan a la educación sexual integral.

Por el contrario, creo que hay una frase interesante dicha un poco al pasar (y es una pena) “¿qué sos?, ¿un animal, que no te podés controlar?”. Sobre todo porque el otro muchacho no contesta nada. ¿El silencio reflexivo tal vez? Es sugerente que se ponga en cuestión esta dimensión, tan propia del patriarcado, que entiende a la juventud y sobre todo a lo masculino como “tomado” por las hormonas o el impulso sexo-genital ingobernable.

Ahora bien, el video circuló y se comentó. Hay una forma de deliberación que se produce en los encuentros domésticos; el desayuno, el almuerzo, la cena cotidiana, esos espacios donde a veces se habla de temas rutinarios y otras, se discute con vehemencia. También se debate en los encuentros informales, entre amigas, amigos, amigues, en las pausas laborales, en “la sala de profesores”, o el vestuario. Cuando una publicidad llega a esos lugares, con una idea que se recuerda más que la marca que la generó (imagino efecto no deseado por la agencia responsable), evidentemente está hablando de un tema de interés social. Inclusive, creo, cuando las personas que debaten no están de acuerdo, en parte o totalmente, con el contenido. Y hubo mucho de eso. Me pregunto, sin embargo, ¿entre quiénes y en qué hogares fue tema de conversación? 

Me parece que es un recurso que puede ser interesante, por ejemplo, para conversar en clase. Y en este sentido, entiendo que puede ser fructífero en las escuelas, para poner en cuestión lo que dice y sobre todo lo que no dice. Porque ya casi no se habla del origen comercial de los fondos que lo financiaron. Casi. ¡Porque tampoco imagino a Avon tirando la plata! Tampoco dilapida sus recursos L’Oreal al entregar el premio a las mujeres científicas y el premio es ya una suerte de “clásico” celebrado y potente en la difusión de las producciones de las mujeres. Obviamente, las empresas no pueden nunca reemplazar la inversión sistemática en educación en general y en educación sexual integral en particular. Por ejemplo, para profundizar la campaña hablando de y a otros muchachos, menos blanquitos, menos bien vestidos y con un lenguaje menos académico. 

¿Habrá más videos en esta dirección? ¿Habrá videos que hablen contra la violencia de género hacia las mujeres trans o lesbianas? ¿Habrá videos que interpelen a la enorme comunidad de inmigrantes latinoamericanxs que viven en Argentina? Mientras el mercado decide si vende o no vende, esa campaña que incluya la intersección de las formas de la violencia y la desigualdad de las mujeres, debe ser planteada desde el Estado. Y en un contexto de ajuste, difícil que suceda. 

Fuente: la 12 - Por Graciela Morgade

jueves, 8 de noviembre de 2018

ACOSO CALLEJERO: EN MADRID 3 DE 4 MUJERES LO SUFREN

Título original: Tres de cada cuatro mujeres jóvenes en Madrid sufren acoso callejero verbal en lugares públicos muy concurridos.

Gran Vía, Sol o Atocha son los lugares donde las mujeres jóvenes sufren más acoso callejero en la capital, según el informe de la ONG Plan Internacional

En el 11% de los casos, haber presenciado una masturbación en público era la causa de sensación de intimidación

Plan International ha llevado a cabo un informe en Madrid, Lima, Sidney, Kampala y Nueva Delhi con 21.200 jóvenes entre 16 y 30 años




La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, hacía este lunes una afirmación que es cierta: la capital española está "entre las cinco ciudades más seguras del mundo. Es una ciudad absolutamente segura", aseguraba la regidora. Aún así, las mujeres no se libran del acoso callejero.

La ONG Plan Internacional ha hecho público este martes el informe 'Inseguras en Madrid'. Con la iniciativa Free to Be, Plan Internacional ha recogido 951 testimonios y experiencias de mujeres jóvenes de Madrid de entre 16 y 30 años. A través de una plataforma web, estas mujeres han señalado en mapas online los lugares dónde se sentían más o menos inseguras en su ciudad a la vez que explicaban el por qué. 

"El informe pone de relieve que el acoso callejero es algo habitual y normalizado: las chicas lo viven con resignación. Sin embargo, tiene su origen en relaciones desiguales de poder y afecta directamente a sus derechos: limita su libertad e impide que puedan vivir la ciudad en condiciones de igualdad", ha explicado Emilia Sánchez, directora de Incidencia Política de Plan International, en II Foro Mundial sobre las violencias urbanas y educación para la convivencia y la paz que se celebra esta semana en Madrid.

Las adolescentes y jóvenes, en su mayoría estudiantes señala la organización sin ánimo de lucro, indicaron unos 800 lugares de la capital donde habían sufrido algún tipo de acoso callejero, de los que tres de cada cuatro, el 72%, corresponden a acoso verbal callejero, es decir, sin contacto físico, como pueden ser piropos no deseados, miradas insistentes, silbidos o acercamientos.


"Esta fue la principal causa de preocupación de niñas y jóvenes en Madrid, puesto que crea sensación de inseguridad y vulnerabilidad y conlleva el constante miedo de escalada a formas más evidentes de violencia", señala la ONG en su informe al que ha tenido acceso eldiario.es. En el 11% de los casos, haber presenciado una masturbación en público era la causa de sensación de intimidación. 
Llama especialmente la atención de los responsables del informe que los puntos negativos en la capital española se encuentran en torno a sitios centrales e importantes". La mayoría de las experiencias desagradables se concentran en los espacios de "la calle" y el "transporte público", señala Plan Internacional, "lo que en algunas ocasiones condicionó sus actividades cotidianas".

En el caso de la calle, los puntos positivos supusieron el 52% y los negativos el 67%, concentrados sobre todo en zonas de aglomeración de gente, como la Puerta del Sol, la estación de tren de Atocha, las calles Gran Vía y Hortaleza y las calles Argumosa, Ave María y Tribulete en Lavapiés.

"Uno de los principales y más preocupantes resultados del informe es la normalización del acoso por parte de la sociedad", señala la organización. "Las jóvenes sienten que es un problema minimizado, y que, especialmente el verbal, no es considerado como una agresión".

El 48% de las chicas señaló que sucede con tanta frecuencia que ya están acostumbradas. Como resultado las jóvenes tuvieron que adoptar sus mecanismos de defensa: tras una situación de acoso el 39% evitó volver a pasar sola por el lugar, el 10% nunca volvió al sitio y, un 1% llegó a dejar los estudios o el trabajo a raíz de una experiencia de acoso, recoge el informe de Plan Internacional.


En general, el acoso no se denuncia. "Apenas el 8% de las jóvenes participantes se animaron a acudir a las autoridades y cuando esto ocurre la respuesta es mínima o nula: en el 73% de los casos señalaron que las autoridades no actuaron como ellas esperaban. Muchas formas de acoso no están tipificadas como delito en la mayoría de los países.





Fuente: ElDiario.es -