jueves, 27 de abril de 2017

Proyecto de Ley: QUITA DE RESPONSABILIDAD PARENTAL A FEMICIDAS Y VIOLADORES

AVANZA LA QUITA DE LA RESPONSABILIDAD PARENTAL EN CASOS DE VIOLENCIA DE GÉNERO


La norma aprobada por los diputados establece que también queda sin ese derecho sobre los hijos cualquier progenitor que mate a su cónyuge, por abuso sexual o lesiones graves. El proyecto debe volver al Senado, porque los diputados introdujeron cambios en la iniciativa original.



Los últimos casos de femicidios aceleraron los trámites en la Cámara de Diputados que aprobó una ley para quitar la responsabilidad parental (antes denominada “patria potestad”) a cualquiera de los progenitores cuando haya una sentencia en casos de homicidio de uno de los cónyuges, por abuso sexual o lesiones graves e incorporó además la suspensión de esa responsabilidad cuando el juez dicta el procesamiento al acusado de ese delito. El dictamen aprobado por 203 votos y dos abstenciones volverá a la Cámara de Senadores, que había dado media sanción, tras los cambios introducidos en la Cámara baja.

La ley que modifica el Código Civil y Comercial e incorpora los artículos 700 bis, 701 bis y 702 bis, establece que se privará de la responsabilidad parental a quien sea condenado “como autor, coautor, instigador o cómplice del delito de homicidio agravado por el vínculo o mediando violencia de género”. Además, extiende la privación para aquellos casos en que sea “condenado como autor, coautor instigador o cómplice del delito de lesiones previstas en el artículo 91 del Código Penal, contra el otro progenitor”, así como también contempla los casos de delitos “contra la integridad sexual previsto en el artículo 119” cometidos contra un hijo o hija. La norma contempla que estos delitos en su grado de tentativa será causal también del retiro de la responsabilidad parental.

La ley que se originó en reclamos de las organizaciones feministas ante el avance de la violencia de género y los femicidios planteó un debate a la hora de votar, ya que, en principio, en la redacción de los artículos se   equiparaba a los hombres y las mujeres a la hora de sancionar y se violaba el espíritu antifemicidas con que fue pensada y aprobada la ley en Senado.

El debate fue abierto por el presidente de la Comisión de Legislación General, Daniel Lipovetzky (PRO), quien remarcó “el consenso alcanzado entre los diputados de diferentes bloques para acordar las reformas al proyecto del Senado” Y sostuvo que “se trabajó con gran responsabilidad para establecer las causas por las que se dictará la pérdida automática de responsabilidad parental cuando exista una condena por homicidio agravado por el vínculo y femicidio”, así como por otros delitos. 

Las legisladoras Victoria Donda (Libres del Sur) y Araceli Ferreyra (PpV) sostuvieron que “sólo tenían que recibir esa pena los femicidas”, y que la redacción de la ley incluía de la misma forma a una mujer que sufre violencia de género y mata en defensa propia.  

Ferreyra explicó a PáginaI12 que la norma “amplía las sanciones a situaciones que no tienen que ver con los delitos de género, que era la finalidad, y por eso el articulado no refleja la idea originaria”, y remarcó que “no se puede equiparar la asimetría que hay, y que el mismo sistema carcelario muestra cuando hay 487 mujeres detenidas por delitos dolosos contra unos 70.000 hombres”. “De todas formas, es un avance que se  discute”, señaló la diputada.

La falta de consenso inicial sobre la redacción del texto obligó a votar  en general, y postergar durante varias horas la votación en particular.



La senadora y presidenta de la Comisión de Banca de la Mujer, Marina Riofrío (Alianza FpV), explicó que el proyecto que salió del Senado para quitar la responsabilidad parental “se refería al hombre porque claramente estamos intentando instalar una mirada de género sobre el tema”, y remarcó que la ley “es sumamente importante aunque parezca de sentido común, que es el menos común de los sentidos para algunos jueces, quienes han permitido caso como el de Rosana Galliano, cuyos hijos quedaron a cargo de sus asesinos, su marido (José) Arce y su suegra (Elsa Aguilar)”.

Horas después, los arreglos entre bancadas permitieron llegar a un acuerdo en la redacción del texto, que no dejó satisfechos a todos, y que ahora deberá sortear la mirada del Senado.

Fuente: Página 12 




Media Sanción: SUPRESIÓN DE LIBERTAD CONDICIONAL PARA VIOLADORES, PROXENETAS Y FEMICIDAS

Título original : con regreso a la cámara baja


EL SENADO APROBÓ EL PROYECTO DE LEY QUE LIMITA LAS EXCARCELACIONES

El texto aprobado suprime la libertad condicional para delitos graves como el ocurrido con Micaela García en Entre Ríos. Pero los senadores decidieron mantener el beneficio en el caso de las figuras penales más leves, con lo que el proyecto deberá volver a la Cámara de Diputados.


Con 48 votos a favor y sólo 8 negativos, el Senado de la Nación aprobó, urgido por las repercusiones del crimen de Micaela García, el proyecto de ley manodurista que suprime la libertad condicional para los delitos contra la integridad sexual, entre otras figuras penales. De todos modos, la reforma del sistema de excarcelaciones aún no se convirtió en ley porque deberá regresar a la Cámara de Diputados. Los senadores que votaron en contra aseguraron que esta modificación a la Ley 24.660 es “inconstitucional e ilegítima”.

La reforma a la ley que regula la ejecución de la pena privativa de la libertad volvió a sumar un nuevo capítulo: senadores de todos los bloques acordaron, en el plenario de comisiones de la mañana, retocar el proyecto que contaba con media sanción en Diputados en diciembre pasado. A la tarde, la discusión pasó al recinto y más de dos tercios de la Cámara alta ratificó lo decidido horas antes. 

¿Cuáles son las principales correcciones al proyecto original? Los delitos de homicidio simple, contrabando simple y delitos contra el orden financiero fueron quitados del listado de figuras penales que no contarán con los beneficios de la libertad asistida.

Por ende, si la cámara Baja aprueba ahora esta modificación, se eliminarán las salidas anticipadas a los condenados de “delitos graves” –tal como calificaron los propios senadores– en los que se encuentran homicidios agravados, delitos contra la integridad sexual, trata de personas, narcotráfico, financiamiento del terrorismo, contrabando agravado, secuestro extorsivo seguido de muerte y tortura seguida de muerte. Tampoco los reincidentes podrían obtener el beneficio. “Con la sanción de esta norma estamos dando una respuesta a la sociedad, sin embargo, no hay soluciones mágicas”, aseguró, al iniciar la sesión, el senador Pedro Guastavino, presidente de la comisión de Justicia y Asuntos Jurídicos.

El otro cambio que introdujo el Senado al texto enviado por los diputados radica en el funcionario encargado de seguir los procesos de progresividad del recluso. En el proyecto original, aquella tarea era encomendada, casi en exclusiva, por el director del servicio penitenciario. Tras las fuertes críticas de diversos especialistas, el jueves pasado, en el Congreso de la Nación, la función volverá a ser propiedad del juez de ejecución de la pena.

“Esta norma no es más que un parche al sistema. No aporta ninguna solución sino que busca una tapa del diario”, criticó Anabel Fernández Sagasti, del Frente para la Victoria. La senadora aseguró que “la reforma, apoyada por el Poder Ejecutivo, corresponde a una demagogia penal” y agregó que “no profundiza temas centrales del servicio penitenciario: financiamiento, programas educativos y sobrepoblación”. En su último informe, la Procuración Penitenciaria indicó que en 2016, la tasa de ocupación carcelaria declarada fue del 103 por ciento, es decir, más detenidos que plazas disponibles.

En la misma línea, el dictamen de los senadores que votaron en contra de la reforma a la ley 24.660 expresa que “este proyecto de ley atenta contra los principios y garantías receptados en nuestra Constitución Nacional”. El documento asegura que esta modificación no cumple con la esencia de la ejecución de la pena privativa de la libertad: la reforma y readaptación social de los condenados.

Fuente: Página 12 



SI NO HAY CONSENTIMIENTO, SIEMPRE ES VIOLACIÓN

Título Original: Sacarse el preservativo en pleno acto sexual ya es considerado una forma de violación.


Es un fenómeno mundial llamado “Stealthing”. Son hombres que conocen a una mujer en una red social, deciden tener sexo pero luego se sacan el preservativo, por la fuerza o disimuladamente. Ya hay denuncias en Argentina.

Fotografía: (Shuttersotck)

Existe, en la mayoría de nosotros, una idea más o menos sólida acerca de qué es una violación. Por lo general, suponemos algo así: un hombre que se le aparece a una mujer en la calle, la apunta, la obliga a subir a un auto, la golpea, a veces la droga, y luego la viola. Sin embargo, algunos especialistas empezaron a registrar un fenómeno que está lejos de ese estereotipo pero que, de todos modos, ya es considerado una forma de violación. Se trata de parejas ocasionales -que se conocen por Tinder o por una red social-, la pasan bien y deciden tener sexo. Pero en pleno acto sexual, los hombres se sacan el preservativo. Algunos lo hacen y las obligan a seguir. Otros lo hacen disimuladamente, con trucos y en la oscuridad, y la mujer se entera después, cuando ve el preservativo vacío en el piso.

El fenómeno ya tiene nombre, se llama "Stealthing" o "stealth sex" y su significado viene de hacer algo sigilosamente, de manera oculta. Tuvieron que ponerle una denominación porque empezaron a aparecer casos concretos. En enero, de hecho, un tribunal de Suiza condenó a un hombre a un año de prisión en suspenso por "violación". El hombre, de 47 años, fue denunciado por una mujer que había conocido en Tinder. La Justicia determinó que si ella hubiera sabido que él iba a sacarse el preservativo, se habría negado a tener relaciones sexuales.


¿Por qué es considerado una forma de violación? "Por el no consentimiento. Vos acordaste tener relaciones sexuales, pero no consentiste que sea bajo esas condiciones", explica a Infobae la psicóloga María Soledad Dawson, coordinadora de los "Equipos Móviles de Violencia Sexual" del Ministerio de Justicia y DDHH de la Nación. Lo que sucede entonces, es que un acto de sexo consentido se convierte en un acto de sexo no consentido.

En Argentina ya hay mujeres que están denunciando: "En todos los casos, denuncian que los varones se sacaron el preservativo durante el acto sexual y las forzaron a continuar hasta que ellos eyacularan. A veces les dicen 'no te preocupes, me lo saco pero termino afuera', algo que luego no sucede y que tampoco evita un embarazo ni una enfermedad de transmisión sexual", sigue Dawson. "No son muchas las que denuncian. Como son relaciones ocasionales, muchas sienten vergüenza, tienen la sensación de que son responsables".

En concreto, de los 400 casos de delitos contra la integridad sexual denunciados este año, tres fueron por este tema. Pero saben que, en este tipo de delitos, "detrás de un caso que se denuncia, hay al menos siete que no". Lo cierto es que en todos los casos de Argentina hubo algo, más evidente, que hizo sonar una alarma: el uso de la fuerza: "Como estoy encima tuyo, manejo la situación, te someto y vos no tenés escapatoria", dice la experta. Sin embargo hay casos mucho más sutiles que no se denuncian porque aún no se registran como una forma de violencia.

De eso habló la semana pasada Alexandra Brodsky, investigadora de la Universidad de Yale, que entrevistó a víctimas para entender el fenómeno. Su trabajo muestra que todos los relatos comienzan así: "No estoy segura de que sea una violación pero…". Lo que sigue después del "pero" son sus sensaciones: todas dijeron que se habían sentido violadas, traicionadas en su confianza, que sus decisiones en el acto sexual no habían importado y que habían sentido un grave daño a su dignidad.

En los casos que relevó, hubo varones que se sacaron el preservativo mientras cambiaban de posiciones sexuales, para que la mujer no lo notara. De hecho encontró foros en los que, quienes lo hacen, ofrecen "tips, trucos y técnicas" para asegurarse de "vaciar toda la carga y que ellas no sospechen". En ese foro, al que Infobae tuvo acceso, sugieren usar mucho lubricante y tener sexo fuerte para que no se den cuenta.

Aconsejan también ponerle mucho lubricante a la mujer, acordar con ella eyacular afuera pero "dejar un poco adentro, camuflado con el lubricante". O tener preparado un acting para cuando ella vea el preservativo vacío en el piso: "¿Qué pasó? Pensé que te habías dado cuenta y estaba ok. ¿De verdad me decís que no te diste cuenta cuando me lo saqué?". Y dan consejos sobre cómo "esparcir las semillas en las vaginas fértiles".

Quien habla ahora es Irene Meler, doctora en psicología y coordinadora del foro de psicoanálisis y género de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires. "Además de la protección y de la provisión, uno de los emblemas tradicionales de masculinidad, es decir 'qué es ser un hombre', ha sido la fecundación. Eso ha quedado obsoleto, sin embargo muchos varones que hoy se sienten descalificados e inseguros acerca de su masculinidad recurren al viejo emblema de la fecundación como una de las maneras, aberrantes y violentas, de reafirmar su masculinidad. Se sienten masculinos en tanto fuerzan a una mujer a una concepción no deseada. No creo que la fantasía sea contagiar enfermedades sino más bien embarazar compulsivamente. En ese contexto, un embarazo es una manifestación imaginaria de potencia".

Ahora bien, ¿puede una mujer probarlo ante la Justicia? "Creo que es muy difícil. Supongamos que la chica contrae una enfermedad o queda embarazada ¿Cómo probar que el hombre se sacó el preservativo a propósito y que no se pinchó?". Lo que puede sí, es estar atenta para evitar que suceda. .

La investigación de Brodsky, publicada esta semana, tuvo centenares de comentarios de lectores. Alguien, en uno de ellos, preguntó: "Hay mujeres que dicen que están tomando pastillas para tener sexo sin protección y no es verdad, ¿eso también es violencia?". "Desde mi punto de vista, sí", concuerda Meler. "Tengo en mi consulta casos de chicas que no logran formar pareja y mienten en una relación ocasional con tal de tener un hijo antes de que se les pase el tiempo biológico. Por eso yo planteo que debe haber una nueva ética de género. Si las mujeres no queremos padecer embarazos no deseados por culpa de un varón también tenemos que comprometernos a no sustraer material genético de ellos sin autorización y con engaños".

fuente: Infoabae - Por Gisele Sousa Dias

miércoles, 26 de abril de 2017

TARJETA ROJA PARA EL MACHISTA DE BILARDO ( y otros)

título original: Culpar a la víctima, esa costumbre machista que vamos a erradicar


Para Carlos Salvador Bilardo, ex DT de la Selección Nacional, la forma de vestir de las mujeres “fomenta la cultura de la violación y la violencia”.


Una vez más, el foco es puesto en la víctima y no en el victimario, ni en la cultura machista y patriarcal. Cordera, Baby Etchecopar y Bilardo son emergentes de la violencia machista que se resiste a que las mujeres tengamos autonomía sobre nuestros propios cuerpos y deseos. Con la clara intención de perpetuar el espacio público como un lugar en donde las mujeres no gozamos de libre circulación. Las calles bajo el dominio del machismo con peaje establecido, para aquellas que no reconozcamos las reglas de esta dominación territorial y cultural. Para estos personajes y sus aliados, las violaciones y los femicidios son un precio justo que las mujeres debemos pagar, cuando transitamos fuera de la esfera doméstica desobedeciendo horarios “prudentes” y códigos de vestimenta establecidos como decentes.

Esta cultura machista asigna valor a las mujeres y clasifica nuestro derecho a la existencia de acuerdo al largo de nuestras polleras. El valor asignado a las mujeres es directamente proporcional al tamaño de nuestras faldas. Cuanto más cortas más desafiantes, más desobedientes. Y la mala conducta legitima el castigo, la violación, el femicidio.

Bilardo, quien fue consultado sobre la violencia de género en un programa de televisión, considera que las mujeres “en la calle no pueden ir como quieran porque incitan a la violencia (…) hay mujeres que visten bien y hay mujeres que son provocativas”. Para Baby Etchecopar muchas violaciones son por “provocación de las nenas”, Gustavo Cordera está convencido de que de “hay mujeres que necesitan ser violadas para tener sexo”.

Años atrás, estos dichos hubieran pasado desapercibidos o, incluso, algunos los hubieran celebrado. Lo que estos hombres públicos no tuvieron en cuenta es que ya no gozan de la misma impunidad que antes. Que detrás de cada niña o mujer lastimada por la violencia machista, somos muchas, muchísimas, las mujeres que no vamos a naturalizar tanta agresión. Esto no es una utopía ni una intención a futuro. Ya está sucediendo. Los dichos de Bilardo fueron repudiados de manera masiva, Etchecopar perdió trabajos por ser considerado persona no grata, Cordera vive escondido y con miedo de salir a la calle, por el importante rechazo social que se ganó desde sus dichos nefastos. 

Así comienzan a acomodarse un poco las cosas: deben ser ellos quienes sientan temor de transitar el espacio público, que ya no los legitima con la misma impunidad que antes.

fuente: LATFEM - Por Karina Borododnikoff

martes, 18 de abril de 2017

LA VIOLACIÓN ES UN ACTO DE PODER

TÍTULO ORIGINAL: “Con más cárcel no solucionamos el problema”


RITA SEGATO, EL CASO MICAELA Y UNA MIRADA DESDE EL FEMINISMO SOBRE LAS VIOLACIONES



La antropóloga estudia las violaciones y lo que se pone en juego cuando un hombre viola a una mujer. A partir del femicidio que conmovió al país, reflexiona sobre el fenómeno y rechaza las alternativas punitivistas que se renovaron política y mediáticamente esta semana.




Los políticos tienen que entender que no es necesario cambiar la ley y partir hacia un punitivismo mayor para solucionar el fenómeno. El punitivismo no lleva a ningún lugar. La prueba es Estados Unidos, donde tienen las penas más severas y tasas de violación altísimas”, advierte, en diálogo con PáginaI12, la antropóloga Rita Segato, una de las voces más lúcidas de América latina para pensar sobre la problemática. “La violación no es un delito como todos los otros –apunta–. Es un crimen del poder.

 Lo que se debe hacer es ofrecer más educación de género en las escuelas, con docentes capacitados, y que el abordaje sea integral, que abarque la violencia machista en sus varias formas”, explica Segato, quien entrevistó a condenados por violación en la Penitenciaria de Brasilia, para entender qué se pone en juego cuando un hombre penetra por la fuerza, con crueldad, a una mujer.

Cuando empezó a trabajar con los presos, Segato pensó que sería una situación excepcional y pronto abandonaría el tema. Luego de plasmar su experiencia y sus análisis en el libro Las estructuras elementales de la violencia, publicado en 2003, fue invitada para aplicar su modelo de “la fatria masculina”, del club de hombres, al caso de los femicidios en Ciudad Juárez. Y pensó también que estaba ante un caso excepcional, raro, que rápidamente ese tema iba a desaparecer de la historia. Pero no sucedió. Ahora siente una tremenda frustración porque no consigue abandonarlo. “Es de una fatiga y de una amargura extraordinaria saber que desde entonces solamente el tema crece”, sostiene Segato. En 2016, fue perita en el histórico juicio de Guatemala, en el que se juzgó y condenó por primera vez a miembros del Ejército por los delito de esclavitud sexual y doméstica contra mujeres mayas de la etnia q’eqchi de una aldea en Senur Zaco, en el conflicto armado ocurridos en los años ‘80. Hubo 14 peritajes; ella hizo el antropológico y de género. Hoy mira con tristeza y amargura la escalada de violencia machista contra los cuerpos de jóvenes en la Argentina. Cuenta que el martes, cuando escuchaba los testimonios de chicas en la Plaza de Mayo, reunidas para “abrazar a la familia” de Micaela, “de repente parecía que hablaban de una sociedad islámica fundamentalista, cuando mencionaban las imposiciones de vestimenta y de horario para ausentarse del espacio público”. Y advierte sobre el riesgo de que se instale “una mentalidad moralista, como la que tienen todas las religiones. Son políticas basadas en el control del cuerpo de la mujer, en su opresión”.

Vive en Tilcara, pero en los próximos días estará por Buenos Aires para dar una conferencia, en una actividad organizada por el sindicato de La Bancaria.

Sus palabras ayudan a entender un tema complejo, difícil, doloroso. La clase política no parece estar a la altura para debatir cómo enfrentarlo. Las salidas fáciles se imponen: en el Senado se reflotó un proyecto con media sanción de Diputados para eliminar el beneficio de la libertad condicional a condenados por violación y otros delitos, mientras el Gobierno desguaza el Programa Nacional de Educación Sexual Integral, sin que ningún legislador se escandalice.

La antropóloga, investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas de Brasil, explicó sus conceptos. “La libertad de existir está en riesgo para las mujeres. Mi hija no puede tener la libertad de circulación como tuve yo. La violencia contra las mujeres de la forma que la estamos viendo en la Argentina es un síntoma de un momento del mundo,




es un momento desesperado por varias razones, un momento en el que hay un poder de dueños, es una época de ‘dueñidad’. Hay en el mundo contemporáneo figuras que son dueñas de la vida y la muerte. Eso irrumpe en el inconsciente colectivo en la manera en que los hombres que obedecen a un mandato de masculinidad, que es un mandato de potencia, prueban su potencia mediante el cuerpo de las mujeres.


 En el mundo entero hay problemas con la violencia de género pero en nuestro continente cada vez más controlado por formas paraestatales de control social y de la vida, por formas no exactamente regidas por la ley, eso se expresa en la vulnerabilidad de la vida de las mujeres”, dice Segato.

–¿Qué busca el violador?

Las relaciones de género son un campo de poder. Es un error hablar de crímenes sexuales. Son crímenes del poder, de la dominación, de la punición. El violador es el sujeto más moral de todos: en el acto de la violación está moralizando a la víctima. Cree que la mujer se merece eso. Los jueces, los abogados, los legisladores, no están formados, no tiene educación suficiente para entenderlo. Lo que sucedió con Micaela, con Lucía Pérez en Mar del Plata, son ataques a la sociedad  y a la vida en el cuerpo de la mujer. Es un error, que el pensamiento feminista eliminó hace muchísimo tiempo, la idea de que el violador es un ser anómalo. En él irrumpen determinados valores que están en toda la sociedad. Entonces, nos espantamos y el violador se convierte en un chivo expiatorio pero él, en realidad, fue el protagonista de una acción que es de toda la sociedad, una acción moralizadora de la mujer. No es con más cárcel, mucho menos con su castración química, que vamos a solucionar el problema. La violación no es un hecho genital, es un hecho de poder. Puede realizarse de forma genital y de muchas otras formas. Si no cambia la atmósfera en que vivimos el problema no va a desaparecer.

–A partir del femicidio de Micaela, en el Senado quieren aprobar una ley para impedir que violadores accedan a la libertad condicional.

–Uno de los países que tienen una de las penas más severas contra la violación es Estados Unidos y es uno de los países donde la incidencia de la violación es máxima. Eso significa que estamos yendo por el camino equivocado. Es decir, el punitivismo no es el camino. Eugenio Zaffaroni, a quien respeto mucho y presentó un libro mío en 2015, como muchos otros, no consiguen entender el tema de la violencia de género. Como los punitivistas, piensa que el agresor está en el campo de lo sexual. Unos se corren al punitivismo extremo y otros a la indulgencia extrema. Nosotras, las feministas, las estudiosas del tema, sabemos que


en una violación no hay una relación sexual: hay deseo de control, de apropiación. El órgano sexual masculino entra como un arma para destruir. Es indispensable para el hombre ser hombre por la necesidad de ser un ser humano viril. Tiene que demostrar su capacidad de control y secuestro sobre el cuerpo de la mujer.




Por lo general se consigue por otros medios que no son criminales. El violador se rinde ante un mandato de masculinidad que le exige un gesto extremo aniquilador de otro ser para verse como un hombre, para sentirse potente, para verse en el espejo y pensar que merece el título de la hombría. El interés del violador es la potencia y su exhibición frente a otros hombres para valer como un hombre. Hay que hablar más del tema, sobre qué es una agresión sexual, qué es una agresión íntima en el mundo de las relaciones de pareja, qué es una violación anónima, en la calle, como le sucedió a Micaela, y qué es una violación en la guerra: cada vez más la violación es un arma de guerra. Si no se comprende qué papel tiene la violación y la masacre de mujeres en el mundo actual, no vamos a encontrar soluciones. No hay recetas fáciles.

–Existe la creencia generalizada de que la reincidencia es ineludible en el caso del violador.

–Es obligatorio pensar que todo ser humano puede cambiar. Es muy difícil a veces. Hay que dar las condiciones para que lo pueda hacer, condiciones que no están dadas en la actualidad.

Fuente: Página 12 - Por Mariana Carbajal

domingo, 9 de abril de 2017

FEMENICIDIOS: ZONA DE HORROR




Micaela García, quien había desaparecido el domingo pasado a la madrugada en Gualeguay al salir de bailar, fue encontrada muerta ayer a la mañana. La policía encontró sus restos en una zona de pastizales cercana a esa ciudad, a unos siete kilómetros de la ruta 12. En la noche del viernes había sido detenido Sebastián José Luis Wagner, de 30 años, el principal sospechoso.

La investigación de la desaparición de Micaela García dio un giro importante cuando la policía detuvo en la localidad bonaerense de Moreno a Wagner, quien en 2010 fue condenado por dos casos de violación y estaba en libertad condicional. Ayer también habían sido halladas pertenencias de la joven en un descampado también cercano a la ruta 12, en las afueras de Gualeguay. Wagner fue detenido en la casa de su madre por personal de la Policía bonaerense en una casa ubicada en Tablada y Davaine, en el barrio Las Catonas, de Moreno, en el oeste del conurbano, luego de que los investigadores intervinieran teléfonos vinculados con él. En otra vivienda ubicada a pocos metros de allí había sido detenido la noche el jueves el padrastro de Wagner, José Fabián Ehcosor, de 53 años, policía municipal del partido bonaerense de Malvinas Argentinas y suboficial retirado del Ejército, a quien se acusa de haber encubierto al sospechoso.

Tras ser arrestado, Wagner fue trasladado a Gualeguay. Allí se reanudó esta mañana el rastrillaje en busca de Micaela. El propio sospechoso aportó información que hizo posible el hallazgo.

El cuerpo de Micaela estaba en una zona de malezas a la vera de un camino rural, a la altura de la estancia Seis Robles, en las afueras de Gualeguay. Fue a unos kilómetros de allí, en un lugar denominado Sección Chacras, donde la policía había encontrado algunas pertenencias de la joven de 21 años, entre ellos su pantalón, sus sandalias y sus llaves.

Fuentes de la investigación explicaron que Wagner fue condenado en dos casos por haber atacado a mujeres de contextura física parecida a la de Micaela y actuado en forma similar, descartando la ropa de sus víctimas en distintos lugares para tratar de despistar a la policía.

Wagner, quien trató de suicidarse al ser arrestado pero no lo logró porque el revólver 32 que se gatilló dos veces en la sien no disparó, estuvo desde un primer momento en la mira de los investigadores porque los registros de numerosas cámaras de seguridad lo muestran siguiendo a Micaela a la salida de la discoteca King de Gualeguay hace una semana, cuando fue vista por última vez. La policía afirma haber encontrado en su auto numerosas pruebas que lo implican en el hecho.




El jefe de la Policía de Entre Ríos, Gustavo Maslein, no descartó que Wagner tenga algún cómplice. Por lo pronto, de Gualeguay se había escapado en un camión hasta Campaña, donde lo fue a buscar su padrastro, también detenido y cuya indagatoria se aguarda. También debía declarar el dueño del lavadero donde trabajaba Wagner, el tercer detenido. En principio, a los dos se les imputa haber encubierto a Wagner en su fuga.

Por la mañana, en la puerta de la Jefatura Departamental de Policía de Gualeguay, tras ser notificados del hallazgo del cadáver de la joven,los padres de Micaela agradecieron la labor policial y la ayuda de amigos y habitantes de la zona para tratar de hallarla con vida. Néstor García, decano de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) en Concepción del Uruguay, contó que su hija anhelaba una sociedad más justa, por la que “militaba muchísimo” y pidió que “no hubiera justicia por mano propia”.

En tanto, agrupaciones sociales y políticas emitieron un comunicado en el que destacan la militancia de Micaela en el Movimiento Evita y convocan a las manifestaciones en las principales plazas del país.

Por otra parte, diputados provinciales de otros bloques pidieron ayer el mecanismo de Enjuiciamiento de Magistrados el juicio político y remoción del juez de Ejecución de penas de esa ciudad, Carlos Rossi, quien fue quien liberó a Sebastian Wagner.

Fuente: Página 12 T´´itulo Original: Encontraron muerta a Micaela GArcía.

¡BASTA DE FEMICIDIOS!

TÍTULO ORIGINAL: ESTAMOS DE DUELO



Estamos de duelo. Nos unimos frente al dolor y nos organizamos. El dolor no nos paraliza. Nos moviliza. El disciplinamiento sobre nuestros cuerpos que pretenden imponernos –desde una razzia policial ilegal y arbitraria hasta la apropiación de nuestros deseos y movimientos— nos rebela y nos pone en acción.  




Micaela ya no está. Y no va a volver del boliche al que fue a divertirse con amigas y amigos. Su cuerpo sin vida fue encontrado en el lugar que indicó el principal sospechoso de su femicidio, Sebastián Wagner: el acusado tenía una condena a 9 años de prisión por dos ataques sexuales, pero un juez le había dado salidas transitorias anticipadas, a pesar del informe que desaconsejaba su liberación, emitido por el Servicio Penitenciario. Se sabe, de todas formas, que ese tipo de informe carcelario no suele ser confiable. Hay mafias que los venden. La pregunta que tiene que responder hoy el juez de Ejecución de Penas Carlos Alfredo Rossi es sobre qué evaluación le otorgó el beneficio que le permitió recuperar su libertad antes del final de la condena.

Pero no hay que quedarse solo en esa decisión. Hay otras preguntas. ¿Qué medidas llevó adelante antes el sistema carcelario para evitar que Wagner –como otros ofensores sexuales— pudiera reincidir al salir? ¿Qué políticas de prevención de la violencia machista implementa el Estado entre los convictos? En algún momento Wagner cumpliría la pena en su totalidad y saldría en libertad. Un poco antes o más tarde.

Poner solo el foco en ese juez, que posiblemente incurrió en mala praxis –y deberá recibir la sanción que corresponda--, es equivocar la mirada. Es fácil apuntar todos los cañones contra Rossi. Pero debemos pensar en el problema integralmente, desde su complejidad. Y no como un caso aislado.

El Estado es responsable del feminicio de Micaela como de cada uno de los femicidios que nos están desangrando, por no prevenirlos, por llegar tarde. El Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable está debilitado, con escaso presupuesto, sin capacitaciones masivas a docentes ni recursos, casi, para imprimir materiales. Es la herramienta fundamental para pensar el cambio cultura a largo plazo, para desarmar el machismo arraigado en la sociedad. La educación sexual integral es una herramienta federal, que podría llegar a cada una de las aulas del país, con un efecto multiplicador en cada hogar. Pero este Gobierno la está acicateando. Del mismo modo que quiso quitar 67 millones del presupuesto votado para el Consejo Nacional de las Mujeres, esperando que “si pasa, pasa”, y tuvo que dar marcha atrás ante la reacción y denuncia de organizaciones de la sociedad civil y un periodismo comprometido.

Hay que profundizar las capacitaciones en la Justicia para desterrar el machismo en las decisiones de los tribunales, en los fallos. Para que cada operador de la justicia –incluido Rossi— comprenda la complejidad de la violencia machista, sus distintas aristas, sus causas y sus consecuencias. La discriminación histórica de las mujeres en la sociedad es el caldo de cultivo que la favorece. Si no se ataca, como política prioritaria, en términos integrales, con el presupuesto necesario, desde el Estado, seguiremos llorando y enterrando otras Micaelas.

 Fuente: Página 12 - Por Mariana Carbajal

domingo, 2 de abril de 2017

INVISIBILIZADAS, LAS MUJERES DE MALVINAS

TÍTULO ORIGINAL: Mónica Liliana Rodriguez. " Borramos una parte de los que nos pasó"


MALVINAS ARGENTINAS


Sometidas e invisibilizadas durante muchos años, las mujeres de la guerra hasta llegaron a naturalizar el olvido para que no las afecte. Todas trabajando actualmente en la Fuerza, posguerra asumieron la misma postura. Cada una fue a su destino y la premisa “usted no tiene que hablar, olvídese, acá no pasó nada”


Así lo manifestó la veterana de guerra, desmemoria que atribuye en parte a la poca visibilización del rol de la mujer durante el conflicto. “Nuestro inconsciente quizás es sabio y uno lo guarda y no afloró hasta estos últimos años”, expresó en diálogo con Tiempo FM quien también celebra la reivindicación de los últimos años, devolviendo la memoria.







La hoy en día vicecomodoro Mónica Liliana Rodríguez, directora de la Unidad Docente de Enfermería del Hospital Aeronáutico Central (HAC), pertenece al reducido grupo de mujeres reconocidas oficialmente como veteranas de Malvinas, en 2014. Previo a esto, estuvo invisibilizada junto a 13 de sus pares, con quienes estuvo en Comodoro Rivadavia y otros lugares brindando atención y contención a los soldados heridos en combate durante el conflicto bélico de 1982.
A los 26, directora de la Unidad Docente de Enfermería del Hospital Aeronáutico Central (HAC), ingresó a la Fuerza Aérea Argentina, en 1981, y al año siguiente le tocó ir a Malvinas. Durante la entrevista recuerda que les informaron que “había que desplegar al sur. No sabíamos adónde”. Durante ese primer día se formaron dos comisiones: una, la que desplegó el Hospital Reubicable y que estuvo allí durante todo el conflicto y no fue llevada a Malvinas por cuestión de logística, y la otra cumplió funciones en un hangar cercano a la pista de la IX Brigada Aérea.
Llego a Comodoro Rivadavia el 27 de abril con un grupo de compañeras y la incertidumbre de no saber lo que iba a pasar. El 1° de mayo tuvieron el bautismo de fuego de la Fuerza Aérea, lo que según la propia protagonista “fue muy chocante, fue cuando comenzamos a recibir los primeros heridos que llegaban al continente”. También recuerda que recibían a todos los heridos a la noche, momento en que se hacían los cruces a la Isla para no ser detectados. Por esas horas Rodríguez estaba a cargo del quirófano y tenía todas las cirugías, un grupo atendía los “pie de trinchera” –congelamiento de los pies- en el Hangar y otro en el hospital a los más graves. Una tarea, hasta hace poco, poco valorada y recordada.

La vida posguerra

Sometidas e invisibilizadas durante muchos años, las mujeres de la guerra hasta llegaron a naturalizar el olvido para que no las afecte. Todas trabajando actualmente en la Fuerza, posguerra asumieron la misma postura. Cada una fue a su destino y la premisa “usted no tiene que hablar, olvídese, acá no pasó nada”, fue parte de varios años después del conflicto. Crearon su propio escudo.
En ese sentido Rodríguez expresó: “Nuestro inconsciente quizás es sabio y uno lo guarda, y no afloró hasta estos últimos años que comenzó con la visibilización de las mujeres”, manifestó la Directora, al referirse a cómo fue su vida luego de aquella participación.
Remarcó que ni siquiera entre ellas hablaban del tema, algo que cambió hace 4 o 5 años, a pesar de haber tenido antes el reconocimiento de la FA y el Congreso. Entrando más en detalles, contó que no recuerda cómo la recibió su familia tras la guerra, misma situación que pasaron sus compañeras: “Es como que borramos una parte de lo que nos pasó”.
Para Rodríguez fue una experiencia inolvidable, retenida en el inconsciente,  que “ahora la podemos hacer oír. Antes no se podía”.


Profesión: militar y enfermera. Mónica Rodríguez en primera persona.

“Me incorporé a la Fuerza Aérea en el año 1981 como cabo principal, cuando ya tenía el título de enfermera profesional. En el ‘84 fui a la Escuela de Aviación Militar y, luego de seis meses de instrucción, obtuve la jerarquía de alférez. Al tiempo, la Fuerza comenzó a incorporar licenciados en Enfermería como oficiales pero yo ya era primer teniente y había obtenido la licenciatura por motus propio”, narra la Vicecomodoro.
A lo largo de tantos años al servicio de la FAA, Rodríguez señala dos hitos que marcaron su carrera como profesional de la salud y como personal militar: su participación en el Conflicto del Atlántico Sur y en la misión de paz de Naciones Unidas en la República de Mozambique.
En 1993, Mónica se desenvolvió como enfermera en el Hospital Reubicable que se instaló en Machava, a 15 kilómetros de la capital de Mozambique, donde se asistió sanitariamente a las tropas de otras naciones, a personal diplomático y a la población local, detectando diferentes enfermedades como malaria, parasitosis y HIV.
“Creo que las mujeres de la Fuerza Aérea Argentina fueron las primeras de América Latina en participar en misiones de paz (…) Yo fui en la segunda tanda; éramos cuatro enfermeras y vivíamos en una carpa. Durante seis meses trabajamos incansablemente. Fue una experiencia muy dura pero a la vez muy enriquecedora para mi profesión”, asegura la Vicecomodoro y finaliza: “Nunca me casé; aboqué mi vida a mi carrera y a perfeccionarme. No es por falsa modestia, pero me emociona saber que gracias a mi aporte se cambió la enfermería en la Fuerza Aérea”.

fuente: Tiempo Sur 



sábado, 1 de abril de 2017

VIOLENCIAS DE GÉNERO: VÍCTIMAS Y TESTIGOS BAJO SOSPECHA

Título original: En la mira

Las testigos –y víctimas– de violencia machista extrema enfrentan una vez que van a la Justicia otras victimizaciones: la falta de protección efectiva y una mirada social que las coloca bajo sospecha, dándole menos validez a su palabra. Es el Estado el que puede construir esa legitimidad.




Vieron -y al mismo tiempo sufrieron- la violencia machista más extrema. Aunque sus historias son distintas, viven la misma indefensión. Magalí tiene 16 años y recibió disparos en la pierna y en la cabeza, el 11 de febrero pasado en Florencio Varela. Declaró hace pocos días porque recién pudo recuperarse de las heridas y señaló sin dudar al autor de los disparos que mataron esa madrugada a Sabrina, de 15 y Denise, de 17. Otra amiga, Némesis, también de 15, resultó herida. Magalí es una testigo protegida pero al Estado le faltan estrategias para que esa protección sea eficaz. Mientras viva en su barrio, en su casa, y la trama de complicidades entre las economías delictivas y las fuerzas de seguridad se mantengan intactas,  los riesgos son patentes. Es lo que vivió Melody, la única testigo del asesinato de Melina Romero, en 2014. La joven enfrenta una denuncia por falso testimonio.

El 17 de marzo, el Frente de Mujeres de San Martín se movilizó hasta la fiscalía para denunciar, justamente, la revictimización que sufrió Melody. “Desde la muerte de Melina, Melody que podés ser vos, que podría ser Melina, vive en un estado de total abandono. En primer lugar porque la justicia definió que habría que ‘cuidarla’ cuando en realidad lo que quería era controlarla y para eso puso a la policía en la puerta de su casa que la obligó a estar en un régimen similar al de la prisión domiciliaria no pudiendo salir de su casa. Tuvo que abandonar la escuela, quedando marginada del sistema de salud. Soportó el asesinato de un policía en la puerta de la casa, de lo que poco se sabe, quedó expuesta a las internas de esta connivencia feroz que propone el entramado siniestro de la policía, la droga y la justicia”, enumeraron las mujeres de San Martín, que se movilizaron acompañadas de diputadxs nacionales y provinciales.

Justamente, por Melody, el Observatorio de Violencia de Género de la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires presentará un amicus curiae. Sin entrar en los casos particulares, la coordinadora del Observatorio,Laurana Malacalza, señala que


  “en el marco de definiciones de políticas públicas, lo que ocurre cuando pensamos en abordajes de la violencia contra las mujeres hay dos temas que no están definidos: uno tiene que ver con las instancias a reparación a víctimas de violencia de género y otras con las instancias de protección de testigos, que se ha asociado mucho en términos de terrorismo de estado, pero no se ha implementado en situaciones de violencia de género, a testigos que han formado parte de instancias de femicidio”.


 Justamente, Malacanza subraya que -con Melody- la indefensión provino de las mismas decisiones del Estado. “En San Martín, la medida de protección de testigo que a ella le ponen en ese momento, la expone frente a las violencias que hay en el barrio. Le pusieron a dos policías en la puerta, con lo que significa la policía en barrios cooptados por el narcotráfico. Por eso hace falta que esas políticas sean adecuadas al contexto y al hecho que se va a reparar”, explicó.


Y eso se engarza con la falta de validación social que tiene algunos testimonios. “Aparece como muy evidente la desconfianza hacia la persona que testifica que vio algo, y que estuvo en una escena. Ese testimonio que da una mujer, sobre todo cuando son jóvenes y pobres, tiene para la justicia mucho menos valor, no sólo que el testimonio de los hombres, sino de otras mujeres”, analizó Malacanza, para quien el estado debe abordar es “la posibilidad de la escucha de esos testimonios, donde aparece como una valoración de qué tipo de mujeres víctimas de qué tipos de delitos, porque tiene que ver con la construcción de una escucha social para determinados testimonios”. La especialista cree que hay un antecedente fecundo en cómo el estado puede tomar una política activa, y es el tratamiento a testigos-víctimas del terrorismo de estado.  “Todo lo que están diciendo es lo mismo que han dicho las mujeres que han declarado como testigos en los juicios por terrorismo de estado, se ha construido una legitimidad social sobre ese discurso de las víctimas de terrorismo de estado y el estado tiene mucho que ver en la construcción de esa legitimidad”, agregó. Claro que el paralelismo incluye, de manera urgente, la movilización social. “Las feministas tenemos mucho que hacer en eso, en ponerlo como un tema de agenda”, sostuvo Malacanza.

Desde el territorio, el Frente de Mujeres de San Martín le pone palabras a la cercanía con Melody, pero apunta a los mismos problemas. “Escuchando  sus relatos hay claros indicios de los abandonos y abusos que la  marcaron. Resulta más fácil y con menos costo para la justicia culpabilizar a las jóvenes”, dicen quienes llegaron hasta la fiscalía para pedir otro tratamiento. “A nadie le parece importante indagar a los varones implicados, ni el entramado de complicidades que terminaron con la vida de Melina. Ni asumir que esta situación es una más, de las muchas que ha diario someten a las mujeres  empobrecidas en red de violencia sexual. Es el Estado el responsable de la precarización de esas vidas y el cómplice de la falta de pruebas en el femicidio de Melina Romero”, expresaron desde su experiencia cotidiana. 

“Para que esto se sostenga y reproduzca es necesario de un entramado y una connivencia entre la policía, el narcotráfico y la justicia. Nosotras las mujeres jóvenes y pobres del conurbano somos un plato más del que se sirven los varones, somos una mercancía más en el negocio de la pobreza. Sobrevivir nos vuelve culpables porque esta sociedad solo se conmueve si aparecemos muertas en un basural, pero si sobrevivimos seguro “algo hicimos””, expresaron.

Fuente: La 12 - Por Sonia Tessa